Capítulo 18

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Feliz Cumpleaños.

He estado pensando mucho en cuando llegó la Sra Emilia, saber que no trabajaré por todo un mes, eso significa que tendré tiempo para poder pasar tiempo con las chicas. Después de haber tenido esa conversación con Jayden, el ha estado un poco ausente, que ya ni me sorprende si se desaparece de esta manera. Aun así sigo pensando en las palabras que me ha dicho.

Pero dejando de lado todo este rollo con el, el trabajo, la Sra Emilia, las chicas, y entre otras cosas más. Ya solo falta poco para que llegue Diciembre, y eso solo significa una sola cosa para mí. Mi padre, el siempre estaba presente en todas las navidades, siempre estaba cuando lo necesitaba.

Recuerdo cuando estábamos en Zaragoza, mi madre, mi padre y yo estábamos haciendo las hallacas para la cena navideña.

Las hallacas es una tradición venezolana que mi madre toda la vida ha estado haciendo en las navidades. Las amistades de ellas siempre iban en temporadas donde mi madre sacaba su arte culinario venezolano. Gaitas, adornos, hallacas, pernil, ensalada de pollo, ponche de crema, vino y muchas cosas mas.

Siento como mi vista se empieza a cristalizar por los recuerdos vividos en Zaragoza con mi padre, mi pecho se comprime por el dolor, paso rapido el dorso de mi mano por mis ojos para evitar que se escape una lágrima. Ya basta de llorarle, necesito dejarlo descansar, no puedo seguir llorándole... Por más que duele, tengo que aceptar su muerte, aunque haya pasado más de 10 años tengo que soltarlo.

Estaba ubicada en mi pequeña sala, busco el móvil en mi bolsillo del pantalón que cargaba y le marco a mi madre, tenía ya mucho tiempo que no me comunicaba con ella, también la extraño, y la razón por llamarla es porque me dijo que vendría en el mes de diciembre, para pasar la navidad conmigo, ya son 3 años sin verla y su ausencia ya me está afectando.

Al tercer tono mi madre contesta en un tono muy alegre y sonrio al saber que se la está pasando bien.

—Hola mamá —cambio el tono de voz para que no se note que estaba un poco apagada hace unos minutos.

—Dios te bendiga mi niña, creí que te habías olvidado de mí —del otro lado de la línea, estaba en la sala de la casa con una taza de café en manos, disfrutando una pequeña reunión en familia.

—Perdona por no llamarte.

—Tranquila, entiendo que hayas estado ocupada, pero dime—su voz era como un calmante para mi, de verdad quiero tenerla aqui conmigo, hablarle que aun me duele la muerte de papá, pero se que no puedo llenarla de preocupacion.

—No pasa nada mamá, solo quiero saber si te estás preparando para venirte en el mes que viene —paso un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja, nerviosa por su respuesta.

Ella suelta un suspiro y eso termino de removerme por dentro, conozco esa manera de suspirar.

—Nena.. por motivos de la iglesia no puedo viajar para esa fecha, y le he dicho a mi pastor que necesitaba viajar por motivos familiares pero no me ha concedido el permiso.

Sentí que ya todo se terminó de caer, fue como si me cayera un balde de agua fría encima, esa respuesta no me la esperaba, simplemente sería un "hija no puedo porque estaré trabajando", se la dejo pasar. Pero que el pastor ni le dio permiso para viajar? Que clase de goístas de mierda dicen que no a un viaje familiar?, que clase de persona con tres dedos de frente pide permiso para ir a ver su propia hija?

Trate de ocultar mi rabia y sonar lo más tranquila, pero es que no puedo creerlo.

—Mamá ¿es enserio?, tienes tres años que no ves a tu hija y no vienes solo porque el pastor no te ha concedido el permiso por motivos de la iglesia?, estás haciendo mal y lo sabes —no quiero explotar, calmate Violet por favor—, eso es muy egoísta de su parte y de la tuya es muy estúpido querer hacerle caso.

Cuando Te Conocí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora