El chico agarra un albornoz y se lo coloca, amarra la cinta y cuando veo que se encamina al clóset, yo empecé a respirar demasiado rápido, mi ritmo cardiaco estaba como si estuviera corriendo un maratón.
¡No te acerques! ¡NO TE ACERQUES!
Ay Dios mío, me moriré de vergüenza si me encuentra aquí.
El se detiene y suelta una risita demasiado encantadora, suelto un pequeño suspiro de alivio cuando se detiene. Pero con lo que dice termina de dejarme sin pulso.
—No estoy jugando a las escondidas, asi que sal de una puta vez —se cruza de brazos y pone su mejor cara de culo.
«Se ve sexy hasta con su cara de culo.»
Callate por favor.
No puedo moverme, por más que quiero darle órdenes a mis piernas para que salga, no ceden a ningún movimiento.
—Aveces me hace pensar que de verdad eres sorda.
Vamos muévete y sal.
Con manos temblorosas, abro la puerta y cuando doy pasos dudosos afuera del clóset, el perro se pone alerta y el chico chasquea los dedos, indicándole que se fuera de la habitación.
La puerta estaba entre abierta y el perro se retira. Miro al chico y llevo mis manos a la parte de atrás de mi espalda para empezar a moverlas de manera inquieta.
—Yo.. —mi voz sale temblorosa—. No es lo que estás pensando.
Trago saliva.
El da pasos hacia mí y yo doy uno atrás, quedando completamente acorralada. Quisiera saber qué es lo que destellan sus ojos, no se si está enojado, irritado, o no se qué carajos tiene este hombre, solo se que se tiene una hermosa sonrisa.
—¿Que quieres que piense? —se cruza de brazos y entrejunta sus cejas.
Intento hablar pero el me interrumpe.
—Entraste a mi habitación, te metiste en mi clóset y ¿Que no me hace pensar que me estabas viendo mientras que me estaba desvistiendo? —levanta un brazo y empezó a moverlo como si estuviera contando una historia y lo expresaba moviendo su mano.
El vuelve a sonreír de lado.
—Aunque tu sonrojo me confirma que si estabas viendo —vuelve a cruzar su brazo—. No creí que tendríamos una niñera pervertida, tampoco me molesta.
Yo soy todo menos pervertida.
«¿Enserio?»
—No era mi intensión entrar, además no soy..
El vuelve acercarse y estaba tan cerca que podía oler su fragancia masculina, cierro los ojos por unos segundos cuando percibo ese olor tan exquisito y muerdo mi labio inferior.
Abro los ojos cuando siento su mirada clavada sobre mi rostro, siento que está escaneando cada facción de mi rostro.
—Quisiera creerte, pero encontrarte aquí, me dice todo lo contrario.
Ni siquiera sé si ponerle las manos sobre su pecho, igual no tenía una distracción, tenía un albornoz puesto. Yo no hallaba donde mirar, porque odio el maldito contacto visual, pero tampoco le voy a demostrar que me intimida.
«No eres buena en eso.»
Hay que probar las cosas para saber si eres buena o no.
Levanto la mirada y justo me encontré con sus ojos color gris, eran demasiados llamativos, tenía pestañas cortas pero su mirada era demasiado misteriosa, aproveche para poder escanear su rostro de madera discreta y tenía un piercing en su ceja izquierda, color plata.
Que hombre tan sexy.
Pero Violet que te pasa?
Se acerca hasta llegar a mi oído y el simple susurro, hace que me de un escalofrío por todo el cuerpo, provocando que se me erizara la piel.
—Si te ven saliendo de mi habitación, van a pensar algo que no creo que te agrade, aunque a mi no me molesta si te ven salir.
Me relamo los labios y el se aleja, dejando espacio para yo poder soltar el aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo.
—¿Se te pegaron los pies de suelo? —dice dándome la espalda.
Quisiera hacerme esa misma pregunta. Pero no quieren moverse.
—Puedes irte, quisiera tomarme un baño, aunque yo no tengo ningún problema en terminar de desnudarme delante de ti —ofreció pícaro.
¿Acaso se volvió loco?
—No gracias, hasta luego.
Fue lo último que dije antes de irme de la habitación, sin voltear cierro la puerta y me quedo ahí recostada sobre la pared. Tenía el pulso demasiado acelerado, llevo una mano a mi corazón y siento como si quisiera salir de mi pecho.
«¿Que fue eso?»
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Cuando Te Conocí
RomanceSoy Violet Borbón, tengo 21 años y nací en Zaragoza(España). Mi familia es Venezolana, me mudé con ellos a su país cuando cumplí los 15 años, me quedé hasta tener la mayoría de edad y decidi irme a Madrid para experimentar un mundo nuevo. Tengo dos...