Capitulo 21

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Miedo.

Quisiera poder saber explicar lo que estoy sintiendo ahora mismo, no sé si es inquietud, angustia, preocupación, ansias, no se, creo que lo que siento es miedo.

Miedo.

Consumida por mis propios pensamientos, había dejado de acariciarle el cabello a Jayden, quien se encontraba acostado en el césped, con su cabeza en mis piernas. El apoya sus manos sobre el césped y se levanta quedando sentado a mi lado, me mira y toca mi mejilla para poder hacer el contacto visual con sus hermosos ojos grisáceo.

—¿Estás bien? —su tono de voz había bajado de una manera que se me había olvidado que el me estaba contando sobre su niñez con su padre.

Ignoro su tacto, y lo primero que hago es ver el cielo por unos segundos, la brisa juega con mi cabello suelto, cierro los ojos para disfrutar de ese momento, bajo la mirada y ahí estaba el, su lindo perfil, su cabello sedoso y brillante, sus piercing que hacía juego con su aspecto pálido y sus tatuajes en sus brazos lo hacía ver el hombre mas rudo de este mundo.

Pero es una persona con sentimientos iguales a los míos, perdimos una persona ejemplar y creo que por eso nos volvimos personas que ocultan lo que sienten y que delante de los demas estamos bien, pero cuando vemos a Esa Persona nos volvemos vulnerables sin importar nada, solo nos entregamos y nos dejamos llevar por lo que sentimos.

Si Violet, sientes miedo.

«Miedo de volver a quedarme con todo ese amor en mis manos otra vez.»

Se que es normal tener miedo, pero mientras estoy con Jayden no dejo de pensar en lo mucho que me va a doler si nos llegamos a separar por cualquier cosa.

Nada en este mundo dura para siempre, lamentablemente es así.

Puedo durar una hora, un día, una semana sin poder verlo, pero, ¿Que pasa si no lo veo más? ¿Que pasa si ya no nos veremos más?

Siento un dolor de cabeza y mi vista se torna oscura, tan oscura como el color negro, tan oscura como el abismo del vacío.

Solo escucho a lo lejos la desesperación de como Jayden me llamaba, no logro verlo, mis párpados se sienten pesados, y me dejo ganar por el sueño profundo y extraño que me acaba de dar.

Otra vez, otra vez vuelvo a tener ese sueño, todo oscuro, yo de pie y a lo lejos está de nuevo ese sujeto, ese hombre que no se inmuta en moverse, que no me dice nada y que mi cuerpo tampoco obedece a mis órdenes de querer moverme.

Intento llamarlo pero ni siquiera puedo hablar, es como si estuviera atrapada en un maniquí. Todo se desaparece en cuestión de segundos y al abrir mis ojos, logro ver el techo blanco con una lámpara en el medio.

Respiro lento, es como si estuviera viendo todo en cámara lenta, miro a mi derecha y ahí estaba el, sentado con su frente apoyada en sus manos, lo veía borroso, pero se que era el.

Intento buscar mis lentes con mis manos en la mesita que está al lado de la camilla, lo que logro es hacer ruido haciendo que se caiga algo, Jayden levanta su mirada rápido y al verme despierta se para de la silla como si fuera flash y en menos de 2 segundos ya estaba a mi lado.

El se agacha para agarrar lo que se había caído y resultaron ser mis lentes, el me los coloca y puedo volver a ver su hermoso rostro.

—¿Estás bien?, como te sientes? —pregunta muy preocupado. Entre junto las cejas un poco desentendida de lo que me estaba preguntando.

—¿Bien?, no me digas que estoy en un hospital —mi tono de voz es serena y tranquila, aunque se que estoy en un hospital, este olor a productos de limpiezas no se compara con ningún otro.

Cuando Te Conocí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora