El tiempo pasó rápido, para cuando ambos se dieron cuenta Kyle ya había cumplido ocho meses y tres semanas de embarazo. Los preparativos para el parto los habían iniciado hace dos semanas, e incluso habían armado un plan de emergencia (no hace falta aclarar que esto fué idea de Kyle) además de haber reservado una maleta con todo lo necesario para recibir a sus pequeños bebés.
Aquella mañana de viernes Kyle despidió a su pareja con un cariñoso beso en los labios y un abrazo para desearle un buen día, no sin antes pedirle que lo llame cuando estuviera por regresar a casa. Parecía que no quería soltarlo pero Eric ya se tenía que ir o llegaría tarde a esa entrevista que sería transmitida por un canal deportivo.
Mientras transmitían esa entrevista Kyle enviaba por correo electrónico varias tareas recién terminadas y revisaba algo sobre un trámite para su titulación cuando comenzó a sentir dolor en su espalda. No le tomó demasiada importancia pensando que era otro de sus malestares y se le pasaría más tarde, pero cuando comenzó a sentir fuertes contracciones cerca de su vientre se asustó más, pues uno de sus mayores miedos en esos momentos era el comenzar a entrar en labor de parto sin Eric presente o alguien que pudiera ayudarlo.
Trataba de mantener la calma y pensar rápido en lo que debería hacer, la entrevista aún seguía y no podía llamar a su pareja e interrumpirlo mientras trabaja, de todos modos las contracciones aún no eran tan frecuentes y se repetían cada quince minutos. Pero cuando este dolor comenzó a sentirse aún más fuerte y había roto la fuente supo que debía hacer algo antes de que sea demasiado tarde así que llamó a una ambulancia a falta de gente que pudiera ayudarlo.
Y mientras Eric estaba terminando con la entrevista comenzó a recibir muchas llamadas por parte de su omega, llamadas que no pudo responder sino hasta después de una pausa y momento de descanso que le dieron.
- Estoy en el hospital, los bebés están por nacer...
Eric sintió su corazón detenerse por un momento, seguido de un vacío en el estómago y ganas de salir corriendo de ahí. Le pidió a Kyle que le dijera en qué hospital se encontraba y de inmediato le avisó a la producción del programa que necesitaba salir por una emergencia y que no se podía quedar más tiempo.
Salió del edificio lo más rápido que pudo y subió a su auto, estaba desesperado por llegar pero aún así mantuvo sus precauciones para no provocar un accidente, no quería darle problemas a su pelirrojo y menos en la situación en la que estaba. Por fortuna no tardó demasiado en llegar pero cuando preguntó por Kyle una de las enfermeras encargadas le notificó que sus pequeños ya habían nacido. Se sintió frustrado por no poder haber estado para él en un momento como ese pero al menos Kyle estaba bien, lo dejaron pasar a verlo minutos después.
Eric entró a la habitación que le habían indicado y al ver a su amado omega cargando en brazos a sus bebés no pudo contener su alegría, incluso se le escaparon algunas lágrimas. Cerró la puerta y se acercó a su nueva familia que lo esperaba.
- Pensé que llegarías antes - Kyle hablaba con un tono tranquilo, acariciando las mejillas del pequeño Eric y apartando el rizado y rojizo cabello del rostro de Emma.
- Perdóname, me costó trabajo salir pero vine tan pronto como pude.
Eric abrazaba por los hombros a su amado omega, besó su mejilla y luego cargó a uno de sus bebés, a Eric para ser exactos. Si bien ambos guardaban cierto parecido a él en cuanto a complexión y algunas facciones de sus rostros eran más parecidos a Kyle: los ojos verdes, cabello rizado pelirrojo y las pecas que decoraban sus rostros lo delataban.
Kyle tuvo algunas complicaciones durante el parto, pero todo se compensaba con ver a su alpha al lado y tener en brazos a sus dos bebés que había cargado en su vientre y a los que ahora llenaría de amor.
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When Kyle falls in love
FanfictionQuizás el no es la persona más expresiva del mundo, tampoco es el mejor expresando sus sentimientos... Pero cuando Kyle se enamora se nota en su rostro. Kyle conoció a un chico con mirada de hombre y resulta que su corazón cabe perfectamente en la p...