Es curioso cómo funcionan las cosas que no recordamos y las que no podemos olvidar.
Adora no recordaba la última vez que salió de su manada a pesar de ser la alfa, la persona que debía mantener a salvo a todos los miembros de esta.
Catra no olvidaba...
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Glimmer vuelve a soltar otro gruñido de fastidio mientras da vueltas en el estudio de la alfa, sería poco decir que está furiosa, en primera Adora secuestro a una cazadora, en segundo cruzo los límites del bosque y en tercero puso en peligro la tregua creada hace 10 años después de la última masacre al su clan.
-¡Pensé que era broma!- grita Mermista entrando a la habitación -¡Secuestraste a una cazadora idiota!
-En mi defensa solo diré que no pude evitarlo- respondió con tranquilidad Adora mirando a la chica inconsciente en el sofá.
-También la dejo inconsciente de un golpe- comento Bow quien estaba sentado junto a Adora.
-Y puso en peligro la tregua- informo Glimmer con frustración.
Mermista guardo silencio para pasar su mano por su rostro con un estrés claramente notorio, miro a la castaña recostada en el sofá y miro nuevamente a todos los involucrados.
-No es por ser aguafiestas pero debemos regresarla con su gente- dijo provocando que la alfa se pusiera de pie con furia.
-¡Ella no volverá con ellos!- sentencio Adora alertando a todos -¡Es mi luna y no permitiré que se marche de este lugar!
-¡Es una cazadora!- grita con frustración Glimmer -¡Pone en peligro a todos en la maldita manada! ¡No se puede quedar!
Adora suelta un gruñido poniendo en alerta a todos en la sala, es claro que no es una opción dejarla marcharse y que preferirá una guerra antes de dejar que la cazadora se marche.
-¿Mínimo sabes su nombre?- cuestiona Mermista con fastidio.
-No pero no es necesario- responde Adora con simpleza.
-Te clavo una flecha en el hombro- comenta Bow con una sonrisa –Creo que es necesario saber su nombre.
Todos los presentes se quedan en silencio mirando a Adora quien suspira con cansancio, la verdad es que ni siquiera ella entiende lo que ocurre, no pensó mucho antes de traer a esa chica a su manada. Y ahora solo podía pensar en encontrar una manera de estar a su lado por más tiempo.
-Necesito pensar- exclama la rubia con tranquilidad –Salgan por favor.
Los chicos aceptan la orden de Adora dejándola sola junto con Catra quien se mantiene inconsciente en el sofá. Pronto el silencio se apodera del lugar, solo la respiración de la castaña se mantiene en la mente de Adora quien no puede evitar sonreír al escucharla.
-¿Cómo te llamas?- murmura Adora desatando las manos de la castaña.
-¡Mi puño en tu cara!- grita Catra soltando un fuerte golpe en el rostro de Adora quien cae al suelo –Estúpido lobo.
Catra comienza a correr buscando una salida, mira la ventana aceptando que no tiene otra opción por lo que finalmente decide saltar sin mirar la altura. No tiene el lujo de hacerlo.
-¡Necesito pensar mejores planes!- grita la castaña antes de que su cuerpo impacte el suelo sintiendo el dolor apoderarse de su cuerpo.
-¡Estás loca!- grita Adora desde la ventana del tercer piso -¡Te pudiste lastimar!
-¡Ti pidisti listimir!- replica Catra con diversión poniéndose de pie -¡Vete al carajo!
Antes de que Adora pueda hacer algo la cazadora sale corriendo directo al bosque, reconoce la posición del bosque por marcas hechas hace años, marcas hechas por los cazadores para ubicarse en terreno de lobos, pero antes de que pueda alejarse lo suficiente escucha fuertes pisadas que vienen por ella.
-Malditos lunes- murmura Catra con fastidio –Mejor me hubieran abortado.
Catra se prepara para sentir una embestida fuerte de lobo, casi lo suficiente como para quebrarle algún hueso pero al contrario solo cae al suelo suavemente. La mirada bicolor y la marina chocan, el mundo desaparece por unos instantes, solo están ella.
-¿Cuál es tu nombre?- cuestiona Adora rozando los labios de la castaña.
Por primera vez Catra se percata de la desnudes de la rubia, de lo perfecto de su ser, su sutil aroma a Durazno y la estúpida sensación de protección estando a su lado.
-Ponte ropa pervertida- susurra Catra antes de sentir los labios de Adora robar los suyos.
