C A P I T U L O 24

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Hay cosas que nunca podemos olvidar, para Catra sería la sensación de sentir las manos de Adora en su cintura, los besos traviesos en su nuca, sus manos entrelazada, la risa espontanea de la chica, la protección que sentía entre sus brazos

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Hay cosas que nunca podemos olvidar, para Catra sería la sensación de sentir las manos de Adora en su cintura, los besos traviesos en su nuca, sus manos entrelazada, la risa espontanea de la chica, la protección que sentía entre sus brazos. Era claro que no podría olvidarla nunca, no podría continuar viviendo sin ella.

Pero tampoco podría olvidar a su padre, en cada momento de su niñez él estuvo a su lado, la abrazo cada noche después de la muerte de su madre, le enseño a usar un arco, cocino todos los días siempre con una sonrisa, bailo con ella el día del padre y fue su primer fan cuando tuvo su etapa musical.

Tal vez por eso bajo el arco, dejo de apuntar a su padre y cerró los ojos tratando de no mirar, tratando de fingir que no dejaría que mataran al amor más grande que jamás tendrá en su vida.

Pero no es así, alza el arco a una velocidad asombrosa y aun con sus manos temblando dispara. La flecha parece ir en cámara lenta para la cazadora, pasa a lado de Adora y termina por clavarse en el estómago de Hordiano.

El peliblanco cae al suelo mirando con asombro a Catra quien corre a su lado ignorando todo lo demás, abrazándolo con fuerza y llorando, llenando su propia ropa de sangre.

-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento- solloza la castaña ocultando su rostro en el pecho de su padre –No podía dejarte hacerlo... por favor perdóname.

Hordiano acaricia el cabello de la castaña, rebelde y suave como lo recordaba, podía sentir como su cuerpo temblaba aferrándose. Su propia hija había disparado la flecha que lo mataría, lo traiciono y aun así no podía sentir odio por ella, no estaba decepcionado, ni siquiera estaba molesto. Solo estaba feliz de poder tenerla entre sus brazos. Solo eso quería. Quería recuperar a su hija.

-Eres idéntica de a tu madre- exclama el hombre tomando el rostro de su hija entre sus manos y manchándolo de sangre –Tienes sus ojos... pecas... aún me pregunto cómo era tu padre... De seguro tenia rasgos finos

-Tu eres mi padre- asegura Catra mientras el peliblanco limpia sus lágrimas –Tu eres el único padre para mí.

-Cyra estaría muy orgullosa de ti- la voz del hombre se vuelve más baja –Esta bien, todo está bien, todo tiene que terminar- susurra besando la frente de la castaña y tomando el cuchillo oculto en su traje de cazador –Te quiero y siempre lo hare, sin importar que... te quiero.

La hoja del cuchillo se clava en el costado de Catra quien cierra los ojos con fuerza pero no se aleja de su padre, como si aceptara la muerte, como si estuviera bien, quiere poder estar con él en sus últimos momentos y no se alejaría por una estúpida herida.

Hordiano da su último aliento mientras la magicat sigue aferrada a él, se quedan en esa posición por minutos enteros, como si de esa forma Catra pudiera mantener a su padre vivo, negándose a aceptar que se ha ido, que ella lo ha matado por una estúpida mujer lobo.

Adora nota el aroma de la sangra de Catra y la trata de alejar del cuerpo inerte del cazador, la chica se resiste mientras grita y patalea, pero poco a poco su cuerpo pierde fuerza, deja de luchar dejándose llevar por esa calma que solo se siente al estar punto de morir. La calma de dejar ir todo el dolor.

-Tenemos que irnos- exclama Adora con Catra entre sus brazos –Si queremos que sobrevivían tenemos que apresurarnos.

Glimmer asiente para ponerse de pie con dificultad, Scorpia y Sea Hawk ayudan a llevar a Bow. El grupo camina entre cadáveres y sangre, Roy revisa si alguien tiene pulso pero no tiene la suerte de encontrar a alguien y cuando finalmente llegan a la zona infantil Glimmer se queda estática mirando el cuerpo inerte de su tía en el suelo, con cientos de heridas pero cubierta por la sudadera de Weaver.

-La vio morir- susurra Sea Hawk con culpa –Weaver la vio morir.

-Así fue- comenta Glimmer aguantando el llanto y desviando la mirada.

-Continuemos- ordena Adora entrando al lugar.

Todos entran por la puerta a excepción de Roy quien los mira entrar por un pequeño túnel cubierto por un retrato viejo, el chico corre de vuelta a donde está el cuerpo de Hordiano y recoge el cuchillo del hombre, cubre su cuerpo con una capa y camina hacia Weaver quien está muerta con los ojos abiertos.

-No te dejare aquí- susurra Roy tomando el cuerpo entre sus manos –Puedo apostar que fue difícil estar con ella

El peliverde deja el cuerpo de Weaver a lado del de Casta y cierra los ojos de la mujer, limpia la sangre de sus manos y finalmente se dispone a seguir a sus amigos.

-Ahora entiendo porque me dicen raro- murmura para sí mismo con una sonrisa –No debería contarle a nadie.

Wolf and Hunter || CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora