Es curioso cómo funcionan las cosas que no recordamos y las que no podemos olvidar.
Adora no recordaba la última vez que salió de su manada a pesar de ser la alfa, la persona que debía mantener a salvo a todos los miembros de esta.
Catra no olvidaba...
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Para Adora mirar la espalda de Catra herida de una forma tan inhumana es una tortura, el poder oler el aroma fuerte de la sangre, el desear quietarle todo ese dolor pero no poder hacer nada era una tortura.
-Jamás pensé que mi hermano tuviera una hija tan resistente- bromea Weaver con diversión –De seguro ese maldito perfeccionista la volvió la mejor cazadora del mundo.
-Lárgate Weaver- ordena la rubia acariciando el cabello de Catra con cuidado.
-Escucha Adora no me interesa la estúpida relación que tengan, ella es la hija de mi hermano, necesito asegurarme de que ella este bien- aclara con fastidio la mujer.
La rubia está a punto de ponerse de pie y sacar a Weaver de la habitación cuando los ojos de Catra se abren con dificultad, su mirada es dolorosa, pequeñas lagrimas comienzan a caer de esos preciosos ojos ocasionando que Adora tome el rostro de la chica tratando de calmar su llanto.
-Todo está bien- se apresura a decir la rubia con dolor –Estoy a tu lado, no dejare que nadie te toque, no me iré a ninguna parte.
-Duele mucho- solloza Catra sintiéndose tan frágil que le aterra, es como si su cuerpo finalmente comprendiera todo el dolor que debió de sentir –Duele.
El corazón de Adora se rompe con esa frase, toma a Catra entre sus brazos permitiéndole aferrarse a su cuerpo, sintiendo sus lágrimas mojar su playera blanca, su cuerpo temblar del dolor. Era un maldito infierno.
(...)
En ocasiones Scorpia se sentía en otro lugar, como si estuviera ausente de todo el mundo a su alrededor pero cuando escucho el látigo golpear la piel de su primer amor deseo no estar presente, poder correr hacia ella y sacarla de ese lugar, pero no podía ya que las reglas eran claras.
-Lamento lo que paso ayer- exclamo Perfuma detrás de la chica.
-¿Lamentas presionar a Adora para castigar a Catra?- cuestiona Scorpia mirando con decepción a la chica -¿O lamentas que ella sobreviviera?
-Tu no entiendes lo que ocurrió ayer- la voz de la rubia es triste.
-¡Pues explícalo joder! ¡Porque no lo entiendo!- grita la albina con frustración.
-Adora es nuestra alfa porque su madre lo era, pero cuando Mara falleció ella tuvo que tomar el cargo, sin ninguna preparación, sin guía, tienes que entender que solo éramos un montón de adolescentes cuando asumimos los cargos- explica Perfuma con calma –Teníamos 17 años y la gente no creía que fuéramos capaces de mantener la paz, hemos luchados por 10 años para mantener esto y no podemos dejar que solo porque queremos a Catra arruinemos todo.
Scorpia desvía la mirada con rabia, entiende el punto de Perfuma pero no puede aceptarlo, porque el punto de la tregua es mantener a quienes amas a salvo, pero la tarde de ayer demostró lo contrario.
-Iré a ver a Catra- sentencia la albina a punto de salir de la habitación.
-¡No puedes!- grita la mujer lobo con angustia –La temporada de celo no termina, si Adora te ve en la mansión principal con Catra herida te podría lastimar, por eso todos estamos dándoles distancia.
(...)
Adora limpia el sudor que cae de la frente de Catra, la cazadora ha pasado una noche tan difícil que la mujer lobo no ha dormido por tratar de relajarla en cada aspecto posible.
-Solo márcala- exclama Weaver entrado a la habitación –Si no lo haces no sobrevivirá después de esta noche- asegura la mujer con diversión.
-Eres un dolor de cabeza Weaver- sentencia Adora soltando un fuerte rugido.
-Cierto la temporada de celo aún no termina- recuerda Weaver con un tono de cansancio –Tengo que volver a la cabaña con Casta, pero en serio deberías tomar mi consejo, si no la marcas morirá.
La puerta se cierra dejando a Adora en total silencio y duda, es verdad que desea con toda su alma poder marcar a Catra, pero también desea que ella lo quiera, que lo haga voluntariamente. Aunque parece que nada de eso importara si ella muere esa noche.
-Hey tonta- susurra Catra abriendo los ojos con cansancio –Ven aquí.
Adora asiente agachándose a la altura del rostro de la chica quien se mantiene recostada boca abajo, Catra acaricia el rostro de la mujer lobo sintiendo como se tensa ante su toque, puede ver el temor en esos ojos azules que por un instante e recuerdan a los de un pequeño cachorro abandonado. Mierda. Se está enamorando realmente de esa idiota.
-Tienes que dormir- la voz de la rubia suena tan dulce que derrite el corazón de Catra –Te amor mucho.
-Te quiero- responde la cazadora cerrando los ojos y quedando dormida casi al instante.
-No dejare que te vayas de mi lado tan rápido- asegura Adora quitando el cabello del cuello de Catra –Perdóname por esto.
(...)
Hordiano mira con atención los planos sobre la mesa del consejo de cazadores, todos están de acuerdo de que los lobos han cruzado la línea inquebrantable y que seguir permitiéndolo solo traería el caos del pasado.
-¿Cuándo atacaremos?- cuestiona una morena mirando el plano.
-4 semanas- sentencia Hordiano recibiendo una celebración por parte de los demás cazadores –Destruiremos esa aldea sin importar el precio, acabaremos con la peste de los lobos antes de que alguien salga herido.
