Es curioso cómo funcionan las cosas que no recordamos y las que no podemos olvidar.
Adora no recordaba la última vez que salió de su manada a pesar de ser la alfa, la persona que debía mantener a salvo a todos los miembros de esta.
Catra no olvidaba...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hordiano toma un poco de aire, sentía que en cualquier momento explotara disparándole a su propia hermana quien trata de forma tan insistente convencerlo de dar la vuelta y volver a casa.
-Si tu matas a Adora ellos mataran a todo el pueblo- asegura Weaver con seriedad -¡Esa mocosa te importa tanto!
-¡Ella no es una mocosa!- grita el hombre con frustración -¡Ella es mi hija! ¡Y yo haría cualquiera cosa por ella!- sentencia acorralando a su hermana con un árbol –Esa mocosas como tu llamas es la única familia que tengo y no permitiré que alguien la corrompa como a ti.
-Te recomiendo que te alejes de mi esposa antes de que te mate- exclama Casta con una sonrisa tranquila –No te asesine cuando le disparaste a tu propia hermana hace años, pero ahora no dudaría en hacerlo.
Weaver mira a su esposa con seriedad, es verdad que Casta sería capaz de matar a Hordiano pero ella jamás lo permitiría por lo que sin pensarlo empuja a su hermano logrando que el hombre caiga en el suelo de forma violenta.
-Sera mejor que te relajes Casta- pide Weaver con seriedad –O te juro que te dejare sin sexo por el resto de tu vida.
Casta está apunto de hablar pero Hordiano apunta con el arma de su bolsillo a Adora quien camina lentamente protegiendo a Catra con su cuerpo, poco a poco los demás comienzan a llegar analizando la escena, tratando de encontrar un punto en el que nadie salga lastimado en ese momento.
-¿Qué ocurre aquí?- cuestiona Adora mirando con seriedad a las dos mujeres que miran al hombre con pena -¡Estoy preguntando algo! ¡Responda!
-Él iba a matar a Weaver- responde Casta sin dudarlo –Así que pensaba hacerlo antes.
-¡Mientes!- grita Catra sorprendiendo a todos los presentes -¡Mi padre no haría eso!- asegura tratando de correr al hombre en el suelo pero siendo detenida por Adora -¡Sueltame mierda!
-Por favor Catra, necesito que mantengas la calma- suplica la rubia dejando de poner fuerza en su agarre –Cálmate
La cazadora asiente sin despegar la vista de su padre que la mira con asombro, como si se decepcionara de la devoción que ha desarrollado por Adora, como si fuera una aberración digna del infierno mismo.
-Mermista, Glimmer, Perfuma quiero que lo lleven a la sala de conferencias, quiétenle todas sus armas, le daremos un juicio- ordena Casta ignorando la mirada asesina de Weaver sobre ella –No permitiré que alguien así se salga con la suya.
Todos miran a Adora quien asiente dejando que tomen al hombre en arresto, el resto de los humanos desvían la mirada con culpa, Scorpia está apunto de decir algo pero Sea Hawk la detiene con la mirada. Como si tratara de decir que solo lo empeoraran si lo hacen.
Pero es en ese instante de retirada donde Catra empuja a su padre nuevamente al suelo, lo mira con suplica, como si tratara de decirle que necesita desesperadamente que confié en ella, que no permitirá que su padre pierda aquella batalla.
-Pon el cuchillo en mi cuello- susurra Catra tomando la mano de su padre –Llegaremos hasta el límite de la frontera y entonces podrás escapar, la tregua te podrá proteger.
-Lo que te harán a ti será horrible- alega el hombre con dolor –Ellos no perdonaran esto, ella no te lo perdonara.
-Ella no me interesa- asegura la cazadora con una sonrisa –Ella es remplazable pero tú eres el único padre que tengo en el mundo y te necesito vivo para cuando regrese a casa.
Hordiano coloca el cuchillo en el cuello de la castaña, Adora mira toda la escena sorprendida y conteniendo la ira que crece dentro de ella, no puede dejar de ver como aquel hombre mantiene el filo en el cuello de Catra quien la mira con arrogancia como si ese tiempo juntas no importara en absoluto.
-Si alguno de ustedes se hacer juro que la matara- sentencia el peliblanco mirando específicamente a Adora quien gruñe –Prefiero matar a mi hija que entregársela a algún lobo.
Glimmer está apunto de caminar hacia el hombre cuando Adora la detiene indicándole a todos que aceptara su petición hasta que Catra esté libre.
(...)
Hordiano aleja el cuchillo del cuello de Catra quien respira con más calma, puede sentir la presencia de Adora a unos metros de ellos, esperando el reclamarla como siempre lo hace, pero ante de eso abraza a su padre con fuerza.
-Déjame sacarte de aquí- pide el hombre con fuerza –No tienes que volver con ella.
-Si me marcho ellos podrán atacar al pueblo- comenta la castaña con clama –No puedo hacerlo hasta que pase el plazo, así que tienes que confiar en mí.
El cazador asiente con dolor pues es consiente del castigo que Catra tendrá que pagar al volver con los lobos, del dolor intenso que soportara, pero su mirada bi color le pide que se marche, que se aleje y confié en su voluntad, que confié en que ella es fuerte y él quiere hacerlo con toda su alma.
-Te quiero papa- susurra la morena alejándose del hombre y entrando al bosque.
-Te quiero hija- responde Hordiano perdiendo la silueta de su hija entre los arbusto y árboles.
Catra camina con tranquilidad, Adora esta recargada en un árbol sin quitarle la mirada de encima, la castaña detiene sus pasos lo que provoca que la mujer lobo camine hasta ella. Entonces el cuerpo de Catra cae al suelo producto de la bofetada que Adora le acaba de dar rompiendo su labio.
-¡Sabes la mierda que te pasara Catra!- grita la rubia con frustración -¡Tienes idea de todo lo que te harán cuando pises la aldea! ¡Eres una idiota!
-Pensé que eras más relajada lobita- se burla la cazadora con arrogancia grabada en su voz –Parece que me equivoque.
-¡Deja de jugar mierda!- grita Adora tomando con fuerza su brazo y levantándola del suelo provocando un gemido de dolor por parte de la chica -¡Ellos te destrozaran! ¡Y yo no poder hacer nada por ti!
-Jamás te pedí que hicieras algo por mí- gruñe Catra tratando de soltarse del agarre de la mujer lobo –No eres nadie para preocuparte por mí.
-Soy tu maldito Mate- gruñe Adora tomando jalando a la chica para que camine –Tienes que comenzar a respetarme Catra.
-No eres nada mío, porque no creo en tu estúpida diosa luna, en tu estúpido vinculo ficticio- suelta la chica logrando que la rubia detenga su paso –Y no necesito tu estúpida protección.
-Ellos te darán 100 azotes- confiesa Adora con seriedad –Ayudaste a escapar a un asesino, alguien quien atentaría contra la vida de todos, rompiste la paz porque ahora perteneces a este lado por ello recibieras uno de estos castigos.
-Lo sé- responde Catra con una sonrisa –También sé que si pido perdón a los afectados se reducirá a la mitad el castigo, pero jamás en mi vida pediría perdón por algo de lo que no me arrepiento.
Adora deja escapar el aire de sus pulmones mientras observa la silueta de Catra entrar decidida a la manada donde el mismo infierno está apunto de desatarse y en esta ocasión ella no podrá detener nada.
-Mierda- gruñe Adora con furia –Porque tienes que ser tan obstinada.
