Todo había terminado. Finalmente todo había llegado a su fin. Los cazadores que llegaron al lugar después de la masacre pensaron que tanto hombres lobo como humanos se habían exterminado los unos a los otros. No había un solo ser vivo que pudiera decir lo contrario y claramente los cazadores estaban aliviados por el terminar tan deprisa el conflicto. Mucha sangre había sido derramada y ya no deseaban más.
La manada de lobos había huido al norte, un punto perdido en el tiempo y alejado de cualquier poblado de humanos en cientos de kilómetros, la guerra los había destrozado en más de un sentido, ahora tendrían que criar a las próximas generaciones solas, tendrían que construir un hogar, un futuro sin el dolor del pasado.
Catra recordaba de forma borrosa como en cuanto Sea Hawk vio a Mermista sana y salva corrió a ella llorando, pidiendo perdón por decir cosas horribles y el como Mermista también pidió perdón por cada error y cada ocasión en la que hizo sentir mal al chico.
Recordaba los primeros días en los que Bow estuvo dormido en cama, esos días en los que todos estuvieron tensos por sentir que el chico no lo lograría y recordaba la mañana en la que todos estaban haciendo planos de nuevas casa cuando el chico salió por la puerta con una taza de café en la mano.
-El café de Mermista sigue siendo malo- fue lo único que dijo antes de tener a una Glimmer llena de lágrimas sobe él.
Incluso Scorpia había decidido formalizar una relación con Perfuma, iban a paso lento, pero avanzaban, tanto que la tarde anterior pudo observar como la chica albina besaba rápidamente a la mujer loba y después se avergonzaba como si tuviera 15 años. Era lindo, tanto que en ocasiones podrían jurar que lo único que les traería la vida sería felicidad.
Roy fue un caso diferente, el chico había sido prácticamente arrastrado a un campo de batalla, había cuidado a los pequeños mientras los adultos se encargaban de las heridas de Catra y Bow, por ello todos le dieron la opción de quedarse o regresar a la ciudad. La decisión del peliverde fue algo neutral, no podía dejar su vida de golpe pero tampoco quería darles la espalda a los nuevos amigos.
-Regresare en 5 meses- aviso el chico con el cabello ligeramente más largo –No se maten mientras no estoy- pidió subiendo a su auto.
Y al final quedaba Catra, la chica había pasado dos días en cama, sin poder levantarse por la lesión y sin querer vivir, y aunque sus amigos estuvieran bien nada cambiaria que asesino a su propio padre. Ella no tenía idea de cómo vivir después de ello.
Adora tampoco tenía, la verdad es que la mayoría de las cosas que hacía era por impulso, actuaba y después rezaba a todos los santos y dioses competentes que funcionara. Pero a pesar de ello, durante dos días, durante dos meses, durante 1 año, jamás la dejaría sola, no importaba cuanto tiempo pasara. Siempre estaría a lado de Catra y la ayudaría a sanar tanto como ella la ayudo a amar la vida.
Poco tiempo después fue el momento de llorar a los perdidos, llorarle a Casta y Weaver, a cada lobo joven y anciano por no abandonar hasta que lo niños estuvieron a salvo, llorar por la sangre derramada y por lo que nunca volverá a ser.
(5 meses después)
La risa de varios pequeños jugando en el jardín provoca que Catra abra los ojos con cansancio, las últimas noches han sido un poco difíciles para todos, han estado tan ocupados construyendo los túneles de evacuación y nuevas cabañas para los niños que realmente resulta agotador en ocasiones.
-Despierta- exclama la castaña moviendo el hombre la rubia quien se cubre del sol con su almohada –Adora es tu turno de hacer el desayuno.
-Es de Bow- recuerda la alfa abrazando la cintura de la castaña –Que él se encargue de ellos.
Catra suelta una risita al mimos tiempo que la rubia se vuelve a meter entre las cobijas, la cazadora rueda los ojos y se arregla para bajar. Aunque ahora Bow sea un hombre lobo sigue siendo el mismo chico amable con un color carmesí en los ojos.
-Gracias por bajar- exclama el chico con alegría –Cada día es más complicado lograr que Glimmer se levante a tiempo.
-Descuida, es normal- asegura la chica poniendo platos y cubiertos en la gran mesa –Supongo que cuando estas embarazada necesitas más energía.
Antes de que Bow pueda hablar un grupo de niños entra corriendo, algunos pequeños se lanzan a abrazar a Catra quien les sonríe, los mas grande ayudan a Bow a llevar el desayuno a la mesa y los más pequeños ya están sentados.
Unos minutos después la castaña abandona el comedor, el día es perfecto y tranquilo, puede ver a sus amigos convivir unos con otros, puede sentir la brisa reconfortante de una dulce mañana, la calma invadir cada uno de sus sentidos.
La castaña se dispone a ver el pequeños rio que cruza detrás de la casa principal, muy pronto llegara el invierno, un invierno donde debía de estar casándose con Scorpia, tomando la mano de su padre camino al altar y sobre todo riendo en la mesa de brindis con Octavia. Un invierno que jamás pudo ser y está muy segura de que no lo necesita.
-¿Por qué no estas desayunando?- cuestiona Adora abrazando a la chica por la espalda.
-Solo quería dar un paseo antes- confiesa la cazadora besando la mejilla de la rubia quien cierra los ojos perdiéndose en el aroma dulce de la chica.
-¿Hay algo que quieras hacer?- la voz de la mujer lobo aún se escucha ronca –Haremos cualquiera cosa que quieras.
-Adora- exclama Catra dando la vuelta y tomando el rostro de la rubia entre sus manos –Tenemos la vida entera para hacer lo que queramos, avancemos con calma, no me iré a ningún lado.
-¿Lo prometes?- los ojos azules de Adora tienen ese clásico brillo que enamora a Catra, tiene sus cejas ligeramente fruncidas por la duda, es simplemente hermosa.
-Lo prometo- asegura Catra dejando un beso tierno sobre los labios de la rubia.
El beso es dulce, cariñoso, calmado, tiene una vida entera para estar juntas y no tienen por qué ir rápido. Finalmente no tienen una razón para querer hacerlo porque ahora saben que sin importar que nacieron para estar juntas.
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Wolf and Hunter || Catradora
FanficEs curioso cómo funcionan las cosas que no recordamos y las que no podemos olvidar. Adora no recordaba la última vez que salió de su manada a pesar de ser la alfa, la persona que debía mantener a salvo a todos los miembros de esta. Catra no olvidaba...