Dos

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T O M

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T O M

Estaba apoyado en el lavamanos mirando el reflejo de mi rostro mojado en el espejo mientras resoplaba fuertemente haciéndome la idea de que tan solo en una hora volvería a ver su rostro.

Recordé el día que la ví por primera vez, en el meet & greet, le preguntó a Bill su color favorito.

Solté una risita nostálgica. Siempre fué una tonta.

En un principio solo me «interesó» su aburrida y básica amiga rubia.

Le dije a Miranda, nuestra asistente de ese entonces, que las invite a nuestra fiesta privada en una discoteca solo para tirarme a Nancy.

Pero entonces me encontré con una pelirroja que me pareció mejor opción.

La verdad que no estaba muy cuerda que digamos...

Pero Dios...agradezco desde lo más profundo de mi ser que la loca me haya abofeteado. Porque de lo contrario, no nos hubiéramos conocido en primer lugar.

Admito que al principio la detestaba, ¡Y tenía mis motivos!

Era como un estorbo cuando yo solo quería follarme a su amiga, pero ellas eran como uña y carne.

Mi forma de verla cambió esa noche en la que la rescaté de un asqueroso aprovechado. Se veía tan frágil, tan vulnerable.

El resto es historia...

Aún no sé cómo carajos pasé de detestarla a enamorarme de ella.

A amarla.

No, ¿Qué mierda estoy diciendo?

Ya no la amo...ya no.

Dejé de hacerlo hace tres años.

Cuando se montó en ese puto avión y desapareció de mi vida.

Proceso A Sanar © | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora