«𝗦𝗼́𝗹𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗲𝗻𝗲𝗿 𝗰𝗼𝗻𝗳𝗶𝗮𝗻𝘇𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗱𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼, 𝗽𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻𝗮𝗹 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗮𝗰𝗮𝗯𝗮𝗻 𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼𝘀...»
~ Pasaron casi tres años desde la dolorosa despedida de Sophia...
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TOM
Creí que todo sería diferente después de eso.
Creí que no volveríamos a actuar como antes y haríamos como si nada.
Creí que el hecho de que literalmente le hiciera el amor haría que las cosas en nuestra “relación” cambiasen.
Pero no.
Tan solo un par de horas después de que el coito acabase, todo se jodió.
Cómo si el puto destino estuviese en contra de que algo bueno pueda volver a pasar en mi vida.
☙
—¡Acabamos de follar! ¡¿por qué mierda de pronto actúas tan histérica!?—pregunté alterado haciendo ademanes con mis manos.
—¡Porque no estuvo bien!—me devolvió el grito poniéndose su camisa.
—¿Disculpa? Por como pedías más una y otra vez pensé que sí—me burlé.
—¡Eres un puto idiota!—me señaló con enfado, negando, como si no pudiese creer que me estuviera burlando de la situación.
—¿Ah sí? ¡Y tú una jodida paranoica!
—¡¿Yo soy una paranoica!? ¿¡Solo por hacer las cosas como debería?!
Gracias a Dios la música estaba lo suficientemente alta y los demás lo suficientemente borrachos y en sus asuntos que al parecer no se percataban del griterío que armamos en cuestión de minutos.
—¿¡Y cómo mierda se supone que deberían ser las cosas?!—cuestioné sin comprender su repentino cambio como si tuviera bipolaridad.
