Veinte

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SOPHIA

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SOPHIA

Con la mayor cara de trasero que alguien podía tener a las seis de la mañana me recogí el cabello sin ponerle mucho empeño en que quede bonito y bajélas escaleras donde estaba Hanna junto con Melanie y Motita.

Me acerqué aún con bolsas de ojeras bajo mis ojos y los acaricié sonriendo un poco.

Mi amiga se encargaría de cuidarlos todo este tiempo viviendo en mi casa mientras yo esté en esta gira.

Intenté pagarle aunque tal vez suene muy egocéntrico de mi parte, Pero se negó diciendo que lo único que pedía a cambio era que, me asegurase que Georg no mire ni una sola mujer y lo vigile con lupa para detectar cualquier actitud sospechosa.

Dije que pondría lo mejor de mí en esa tarea fingiendo ser Sherlock Homes.

Me imagino lo difícil que debe ser para ambos estar separados aunque sea una semana como pareja y más tomando en cuenta lo empalagosos que estos eran.

—¿Te quedaron claros los horarios de los paseos?—inquirí levantando las cejas.

—Sí, absolutamente—asintió levemente entusiasmada.

Puede sonar extraño, Pero a diferencia de la mayor parte de los gatos, Motita adoraba sus respectivos paseos matutinos junto a Melanie. Ambos podían tomar aire fresco y mear o cagar en uno que otro arbusto, lo que les encantaba.

—No puedo esperar a usar el Jacuzzi—mencionó Hanna por el costoso artefacto que ya venía incluído con la casa y el cual nunca antes había utilizado por lo que a saber cómo mierda se encendía eso—. Lastima que mi querido novio no estará para disfrutarlo conmigo pero me conformo—bromeó y apretó sus labios.

—Tranquila, me encargaré de que ninguna zorra se le aproxime—le guiñé un ojo y me levanté del suelo dónde estaban mis mascotas.

—Te lo confío—hizo una seña irónica de juntar ambas palmas en señal de rezo.

—Seré tus ojos—afirmé riendo y dejé un beso en la cabeza de mi Mel y Motita para salir por la puerta también despidiéndome de mi mejor amiga.

Allí estaba Armin esperándome junto a su auto.

Proceso A Sanar © | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora