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— ya tenemos un blanco, ahora nos tenemos que dedicar a vencer a todas las figuras y regresaremos a casa. —le explicaba arisu como si fuese lo más sencillo del mundo.

aeri lo miró unos segundos y volvió a desviar su atención hacia los edificios.

habían decidido que aeri necesitaba aire y estar sola para calmar sus emociones tan explosivas y la habían enviado a la azotea de un edificio para eso, pero arisu parecía no querer dejarla sola en ningún momento.

los nuevos juegos comenzarían al otro día al mediodía tal y como mira les había dicho, por lo que tenía toda la noche y la mañana para mentalizarse y tranquilizarse.

— ya lo sé, arisu. —habló en voz baja queriendo algo de silencio.

y fue lo que obtuvo, ambos se quedaron en un silencio sepulcral y miraron el atardecer en este mismo silencio.

— no me gusta cuando estás callada. —volvió a hablar arisu sin querer interrumpir el silencio, pero obligándose a hacerlo de todos modos.— siempre que estás callada es porque la estás pasando mal.

aeri jamás se dejaría de sorprender de la manera en la que arisu parecía conocerla más de lo que creía y se preguntó desde hace cuanto el chico tenía sentimientos por ella.

— tal vez porque la estoy pasando mal. —habló irónicamente.— dame unas horas y ya estaré bien, arisu, no me tienes que monitorear. —rodó los ojos apoyando sus manos en la baranda de la azotea.— no es como si me fuese a tirar del edificio.

— no te estoy monitoreando. —negó arisu.— solo quiero asegurarme de que no te sientas sola.

aeri sintió como su corazón palpitaba un poco más rápido y supo que era porque arisu la estaba comenzando a tratar como un chico trata a una chica y no como los amigos se trataban.

— ¿aprendiste a coquetear en tus jueguitos o leías fanfics en tus tiempos libres? —preguntó confundida.

vio como arisu rodaba los ojos tratando de ser disimulado y sonrió pensando en que aún podía sacar al chico de quicio.

— nunca me das crédito por nada. —se quejó logrando sacarle una pequeña risa.

— tal vez si supieras coquetear te lo reconocería. —siguió molestando la chica.

arisu se iba a quejar por seguir siendo avergonzado, pero cuando notó que aeri se estaba distrayendo prefirió dejar que se burlara de él y sus pobres intentos de ser romántico.

— al menos lo intento. —suspiró derrotado.

todo se quedó en silencio de nuevo y ambos pudieron observar como las estrellas comenzaban a ser vistas en el cielo mientras el sol estaba a punto de desaparecer.

— arisu. —lo llamó, a lo que arisu le indicó que la estaba escuchando.— lo siento mucho.

el chico volteó a verla y notó como aeri siguia mirando las estrellas, como aquella vez que ambos estaban recostados en el pasto confesandose lo solos que se sentían.

𝗜𝗟𝗟𝗨𝗦𝗜𝗢𝗡 | 𝘢𝘳𝘪𝘴𝘶 𝘳𝘺𝘰𝘩𝘦𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora