🎮 15. Love Game (Parte 2)

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Una espada no tiene fuerza por sí sola, a menos que las manos que la sostengan tengan coraje.
Legend of Zelda

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Sebastian

Lo último que esperaba al oír el timbre del departamento, es que fuera Borja quien estuviera de pie en el pasillo. Sabía que Álex había regresado y estaba con Max, por lo que no tenía sentido esperar que fuera ella, y aunque tampoco esperaba a nadie más, las distancias que habíamos tomado entre nosotros últimamente hacían improbable que se presentara aquí esta noche.

No soy de ir a fiestas. Al menos ahora.

Prefiero pasar la noche con una buena novela policial o un libro de economía.

Borja habla sin parar, intentando que lo acompañe a la dichosa fiesta, y aunque no es tan convincente como él cree, soy yo el que no sabe cómo decir que no a sus peticiones. Y eso puede ser muy peligroso según el punto de vista.

En el auto, siento su mirada inquieta sobre mí, moviendo todas mis emociones de golpe.

—Si no dejas de mirarme, me tentarás a cambiar de rumbo y llevarte a otro sitio.

Es una broma, por su puesto. Pero no alejado de la realidad.

Más bien lo digo solo porque me encantan verlo nervioso, y hacerlo se vuelve adictivo. En especial, cuando juguetea con su lengua, moviendo el aro de su labio de un lado a otro.

Tengo que hacer uso de todo mi autocontrol para no frenar en seco y comerle la boca ahí mismo.

No sé cuántas veces ya he pasado por eso, pero ver ese gesto, una y otra vez, está agotando mi contención.

No esperaba que su respuesta fuera una propuesta para acostarme con alguien más. Llevo mucho tiempo sin hacerlo, porque entre mi última experiencia, lo de Álex y ahora él, no estoy seguro de cómo dejar todas esas cosas de lado y simplemente entregarme a otra persona.

Ya es bastante difícil tener que enfrentar cualquier juicio social al respecto, como para que, además, tenga que caminar como si fuera por una pista de hielo.

En el mejor de los casos, me resbalo y me caigo.

En el peor, me hundo y me ahogo.

La voz de Max en los altoparlantes del auto me entrega una certeza que no había conectado.

Hoy Max terminó su gira, y volvió a casa. De seguro ya se han vuelto a ver y eso explica completamente el buen estado de ánimo de Borja. Después de pasar 2 semanas completas compadeciéndose de sí mismo, su amigo llega y su ánimo cambia radicalmente.

Algo que yo no pude lograr.

Llegamos a la fiesta, con más personas de las que esperaba encontrar. Sigo a Borja entre toda la gente, y para no perderlo de vista, intento sujetarlo desde el cinturón, pero involuntariamente hundo mis dedos por dentro del borde de la cinturilla y siento la calidez de su piel.

Punto de control©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora