El corazón puede ser débil, pero algunas veces es todo lo que necesitamos
Kingdom HeartsHa pasado 1 mes y medio desde mi accidente en el cerro y al fin creo que hoy es el día en que van a quitarme esta maldita cosa del brazo. Estoy tan ansioso, que siento un cosquilleo por todo el cuerpo pensando en todo lo que podré hacer ahora.
Son tantas las cosas que siento que puedo hacer ahora con ambos brazos disponibles, que la espera en sala y luego en la consulta del doctor se está haciendo físicamente insoportables de llevar.
Después de una eternidad, me llaman y el doctor me hace algunas preguntas y una evaluación. Por lo visto tenía razón, al parecer me iré de aquí sin esa maldita cosa en el brazo.
—Chico, si no dejas de moverte, harás que te corte el brazo —me reclama el asistente del doctor. Un viejo mal humorado que me observa con las cejas muy juntas.
Le pido disculpas y para no distraerme entre tantas ideas, me detengo a mirar lo que hace mientras veo cómo corta y retira con delicadeza la escayola de mi brazo.
¡Libertad al fin!
Muevo un poco la mano y el brazo para recuperar movilidad. El doctor me examina y luego de un par de exámenes para corroborar que todo esté bien, me envían a casa.
Se supone que no debía conducir en este estado, aunque lo hice muchas veces, pero como no quería que alguien me denunciara preferí venir en taxi. Ahora se me hace aburrido sabiendo que puedo volver a conducir con normalidad.
Saco mi teléfono para pedir un Uber, pero al instante se me ocurre una mejor idea. Busco entre mis contactos a Dave y le escribo un rápido mensaje. Por suerte lo responde de inmediato.
Si lo que quiero es conducir, que mejor que hacerlo con él.
Paso por algunas tiendas cercanas, me compro un café y hago un poco de tiempo hasta que Dave me escribe diciendo que está esperando en el punto de encuentro.
El Lamborghini Asterion negro, en el que llega, llama la atención de todos quienes pasean por el sector. Podría tener un orgasmo solo de verlo.
Dave se baja con una enorme sonrisa al saberse el centro de atención, va vestido de forma sencilla, pero toda su apariencia grita dinero por donde se mire.
Se acerca a mí con una sonrisa arrogante, con unas gafas de sol oscuras, jeans y una camisa negra abierta hasta la mitad del pecho.
Que sexy.
—No voy a arrancarte el brazo si te saludo con un poco más de entusiasmo, ¿no? —pregunta justo antes de chocar las manos y avanzar hasta darme un corto abrazo—. Estaba esperando que llegara este día.
—¿Este día en particular?
—El día que volvieras a correr conmigo —aclara—. ¡Vamos!
Me lanza sus llaves y se sube por el lado del copiloto. Mi corazón aletea al comprender su ofrecimiento.
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Punto de control©
RomantizmSi hay algo que Borja tiene claro, es que solo desea encontrar esa alma gemela con la que compartir esa felicidad que todos tienen y que a él se le resiste. O tal vez es porque siempre ha estado enamorado de la persona incorrecta y necesita encont...