🎮 22. Blink

1.3K 188 6
                                    

No puedes deshacer lo que ya has hecho, pero sí puedes enfrentarlo.
Silent Hill: Downpour

Tener espacio cuando trabajas con la persona que quieres evitar, y además es el hermano de tu mejor amiga, es algo difícil de hacer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tener espacio cuando trabajas con la persona que quieres evitar, y además es el hermano de tu mejor amiga, es algo difícil de hacer.

Álex sabe que va mal algo entre Sebastian y yo, y aunque no ha insistido en sacarme información, sé que nos observa intentando adivinar algo solo por nuestro comportamiento. Mira mal a su hermano, y eso me duele, porque esto era justamente lo que no quería que pasara.

Cuando estamos juntos, intento fingir que no pasa nada. En más de una ocasión logré sostenerle la mirada a Sebastian e incluso sonreír, pero para él es más difícil ocultarlo. Siempre ha sido serio y gruñón, y aunque las últimas semanas estaba más animado, ahora ha vuelto a ser el mismo de antes.

Incluso en sus manías.

Está más irritable en la oficina, se queja más de la cuenta cuando los documentos no vienen exactamente con el clip de la forma que él quería, y si alguien se atreve a cambiar de lugar alguna silla, es posible que esta oficina sea una versión moderna de Troya ardiendo.

Cada vez que algo pasa, me miran a mí. No sé si intuyen algo o solo piensan que yo tengo la respuesta a su comportamiento. Pero sea como sea, no quiero saberlo. No he podido tener el espacio que necesito para pensar esto con calma.

Cuando no estoy con él, lo extraño. Lo extraño tanto que a ratos rompo en lágrimas y deseo con todo mi corazón arreglar esto y olvidar todo lo que pasó. Imagino escenarios donde le propongo algún plan que nos aleje de todos y podamos volver a ser los mismos de antes y estar bien.

Pero cuando lo tengo cerca, lo detesto. La rabia que siento al recordar lo que hizo me domina y me comporto más idiota de lo normal. Lo ignoro e incluso lo miro mal, aunque no me esté mirando. En este caso mis planes son romper todo lo que nos une. Renunciar a la empresa, evitarlo a toda costa y hacer como que nunca existió.

Sé que en ambos casos es mi corazón hablando, pero no logro llegar a un punto medio, y no sé qué hacer.

El viernes por la tarde, Sebastian se va a eso del medio día, y aunque al principio me extraña su actitud, recuerdo que lo odio y que es mejor que no esté en la oficina. En cuanto cierra la puerta, Annie se acerca a mí.

—¿Qué le hiciste? —chilla en voz baja, muy cerca de mi oído. Mira sobre su hombro para verificar que nadie la escucha y vuelve a mirarme—. Sé que algo pasó y necesito saberlo o voy a enloquecer.

—No tengo idea de que estás hablando —murmuro, indiferente.

Recibo un golpe con una carpeta con pocos papeles como respuesta. Algunos de los chicos nos observan, pero rápidamente vuelven a sus labores.

—No soy tonta, Borja. Esas miraditas que se echan entre ustedes son demasiado evidentes. Y ahora, parece que quieres calcinarlo cada vez que lo ves.

—Bueno. Ya tienes tu respuesta entonces.

Punto de control©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora