Capítulo 6.-

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Tres fuertes golpes se escucharon aciendo que  el hechicero se despertara un poco agitado tomo al bebé quien no paraba de llorar "tranquilo tranquilo" murmuraba mientras meneaba al pequeño entre sus brazos

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Tres fuertes golpes se escucharon aciendo que el hechicero se despertara un poco agitado tomo al bebé quien no paraba de llorar "tranquilo tranquilo" murmuraba mientras meneaba al pequeño entre sus brazos. Otro golpe se volvió a escuchar y está vez el ruido de un cristal rompiéndose "que chingados" dijo para luego comenzar a bajar las escaleras llegando al primer piso.


-que putas están haciendo en mi puto santuario- grito un poco evitando que el bebé llorará más.

Ambos hombres se apuntaban con distintas armas, uno con una espada y el otro con una ametralladora, con suerte el hechicero llegó antes de que ambos cometieran homicidio.

-che pelao' decile a este wacho que me deje de apuntar con eso, si no no pienso en detenerme- el oso alzo la espada

-intentalo mamahuevo, ya veremos cuál de los dos es más rápido - menciono el monaguillo

-haber hijos de la chingada, acaso quieren destruir mi puto santuario?! Vallanse a chingar a su madre a otro lado- mencionó algo molesto.

-ah?! El que se debería ir es, este intento de monaguisho- el oso cruzó los brazos.

-el que se debería ir eres tú, ademas tu eras el imbecil que estaba escondido en la azot-- el oso había atacado al chico de sombrero religioso.

🔹🔹💠
Apenas estaba amaneciendo cuando Drako supuso que sería buena idea ir a fastidiar al hechicero, cuando llegó al santuario con su habilidad de levitar pudo pasar la puerta, cuál era su sorpresa al mirar al oso en aquella azotea.

Ambos se miraron, ni un solo sonido hicieron, Drako miro detrás del oso y ahí se encontraba el hechicero en su cama aún dormido.

Drako volvió la vista al oso quien se miraba como si lo hubieran atrapado haciendo algo indebido -No pue!..-fue callado por spreen quien se lanzo hacia el haciendo que ambos cayeran al suelo.

💠🔹🔹

Un leve "que?" salio de los labios del hechicero quien al ver el ataque del argentino intervino - ¡Haber pueden dejar de pelear como monos salvajes!- al gritar esto un rayo cayó justo en la puerta del santuario, justo donde se encontraban ambos hombres.

Estos vieron al hechicero quien los miraba con enojó -! Tú!- señalo al monaguillo -no se que chingados quieres aquí pero sea lo que sea hablamos después, así que vete de mi casa- grito mientras señalaba la puerta.

padres por accidente (spruan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora