padres por accidente (spruan)

Capitulo 10.-

El hechicero miro el teléfono nuevamente viendo un nuevo mensaje del oso, dudo en si abrirlo o no, al final lo hizo

{Juan, siento el anterior mensaje, carre tomo mi teléfono y bueno ya sabes el resto}

Leyó estaba por escribir cuando el oso volvió a escribir.

{No te preocupes, el niño está bien, carre me a ayudado a cuidarlo y no se ah asustado por los truenos, espero estés bien tu también.. descansa}

Se recostó en su cama, se sentía menos preocupado, apenado, no sabía realmente lo que estaba sintiendo. "Descansa" volvió a mirar el mensaje, se sintió bien leer eso, apagó su teléfono y lo dejo a un lado.

Nuevamente comenzó a recapitular todo lo que había estado sucediendo, como es que su amistad con el oso comenzó a florecer, era extraño pues casi nunca se llevaron TAN bien que digamos, el oso cada que podía insultaba al hechicero, apenas y lo podía ver... Y ni hablar cuando le contó sobre ayudarlo a encontrar esa extraña flor que el científico le pidió.

El oso se había negado a ir, pero cuando escucho al hechicero decir que el iría y seguramente ya no volvería rápidamente se apuntó para ir, y más aun después de decirle sobre su paga, que ahora que lo pensaba ya ni siquiera le había pagado, bien se ahorro unos tortillacoins eso era seguro.

En fin, apesar de no querer cuidar al pequeño aún así lo hizo y lo ha estado ayudando mucho, sin duda habían sucedido muchas cosas en ese poco tiempo. Aunque pronto comenzarían un nuevo mes, no habían encontrado nada útil sobre el pequeño, si deberían darse prisa, no podía estar bien sabiendo que muy seguramente hay una madre y un padre preocupados por su pequeño retoño, deberían darse prisa y encontrar a sus padres.

Entonces así todo volvería a la normalidad...

Todo volvería a la normalidad.

...

Spreen se había disculpado con el hechicero, por la anterior broma del de pijama.

-che ya no te enojes boludo, era una pequeña broma -callo su hablar cuando miro los ojos de su amigo por esas oscuras gafas.

El oso suspiro -cállate y ven a ayudarme con la comida, si no te sacó de mi casa a patadas con toda y esa lluvia- respondió mientras sacaba un pollo del horno.

Carrera solo asintió y se acercó a ayudar, miro al pequeño quien jugaba con un llavero de juguete -se se, no se sho pero te lo digo así de panas, algo me dice que le gustas al hechicero- río a lo bajo al ver cómo el oso se tensaba -digo, no se, ahora en la misa te buscaba mucho, sho que se, tal vez le atraigas - callo su hablar al ver la oreja roja del oso quien le daba la espalda.

-no... Puede... Ser...- menciono a pausas, rápidamente se acercó al oso quien se alarmó por el repentino acercamiento, -no me digas que ya te lo cogis- el oso lo había empujado levemente haciendo para atrás.

-cashate pedazo de basura - irritado camino ah otro sitio.

-oye, menos violencia viejo, mira que yo solo digo lo que veo, dime dime, no me habías dicho ya que te parecía lindo el hechicero?- este cruzó los brazos y miro cada paso que daba el oso.

El sitio se quedó en silencio un momento, lo único que sonaba era el fuerte viento junto a la lluvia, carre suspiro y se fue a sentar.

-como sea, solo te diré que comienzas a dar otro paso, si no alguien vendrá y te lo robará, y no se te vas a quedar mirando - menciono mientras comenzaba a comer.

Cuando terminaron de comer spreen le mostró el cuarto de invitados a carre pues este se había quedado atorado en el restaurante del oso cuando comenzó a llover. Spreen durmió al pequeño y simplemente lo recostó en una cuna que había comprado.

El oso se recostó y sin poder dormir se quedó mirando el techo.
Era cierto lo que dijo carre, el ya le había confesado al más bajo que el hechicero le parecía lindo.
En una de sus locas conversación carre saco el tema sobre los hombres más guapos, lindos y atractivos de ambos pueblos, mientras el del pijama elogiaba a casi todos los nombrados en su cabeza la imagen del hechicero apareció, y sin pensarlo y en un murmuró soltó que el hechicero se le hacía lindo, cosa que el de pijama había escuchado y que rápidamente comenzó a hacerle burla, pues nunca había escuchado que su amigo elogiara a alguien más que no fuera el mismo.

El oso frotó las palmas de sus manos con su cara y nuevamente recordó.

Cuando llegó la mayoría de la gente se encontraba ahí, algunos se iban por sus caminos, otros ofrecían productos y otros le daban la bienvenida, entonces fue cuando lo observó, con una ruidosa y divertida sonrisa, le hacía curioso, pues de la mayoría era el único con una ropa diferente y sin pensarlo se burló de él, un punto menos para spreen, sabía que partir de ahí todo cambiaría pues apesar de todo su personalidad no era como la de aquel hechicero que siempre pretendía estar feliz a pesar de la situación, no, el era muy calmado y sí quería era burlón y eso fue lo que afecto su relación con el hechicero.

Con el que comenzó a llevarse de burla en burla, sí quería conocer mejor al hechicero pero sabía que ya no podía cambiar su forma de ser con el, sería extraño, así que simplemente se dejó ser.
Todo había cambiado cuando el hechicero le pidió ayuda, claramente se había negado pues estaba algo ocupado con su negocio el pollo feliz, pero al escuchar que era una misión de vida o muerte decidió dejar sus ocupaciones y ayudar al hechicero.

Por supuesto no dejaría que algo le sucediera, creía que todo volvería a la normalidad cuando volvieran de nuevo al pueblo, pero todo había cambiado cuando encontraron a ese pequeño, al fin sentía que podía tener una nueva oportunidad, pero valla que la había cagado cuando se dejó llevar y beso al hechicero, hasta el momento no había podido hablar con el nuevamente, y si lo hacía era solo para ver cómo se encontraba el pequeño.

Claramente no le molestaba pues ambos cuidaban muy bien del niño, aunque claramente era mejor hablar con el hechicero y por supuesto devolver al pequeño a dónde pertenece.

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MR.S