Lali tuvo su primera oportunidad de ser amable con Peter mucho antes de lo que esperaba.
Aquella misma tarde, Peter y dos de los vigilantes de la valla se vieron envueltos en la primera confrontación grave entre el Double Bar y el Sunrise. Peter llegó a la casa con la cara magullada y un breve informe para Nicolás. El rugido que soltó Nicolás se oyó en tres condados. La causa de la pelea había sido la valla de espino y Nicolás se puso furioso cuando supo que los vaqueros del Double Bar argumentaban que él no tenía derecho a cercar sus propias tierras. ¿Cómo si no iba a controlar su ganado y evitar que la gente del Double Bar se metiera donde no debía? ¿Cómo si no iba a proteger su propiedad de los ladrones y los cuatreros?
—Vamos, Nico, espera —se oyó la voz de Peter al otro lado de la puerta del despacho, donde hablaba con Nicolás. El resto de la familia escuchaba sin reparos en el pasillo—. Sé cómo te sientes, pero no puedes culparlos por enfadarse, ya que uno de sus caballos ha muerto por culpa de la maldita valla. El animal quedó hecho pedazos. Ha sido el peor amasijo de carne que he visto en mucho tiempo.
Nicolás no estaba dispuesto a comprender su punto de vista.
—¡No me importa la causa de que se hayan enfurecido! ¡Han atacado a tres de mis hombres, entre ellos mi capataz, y han cortado mi valla! Pues bien, volveremos a levantarla, pero esta vez con cinco alambres en lugar de cuatro. ¡Si George quiere iniciar una guerra conmigo, no tardará en descubrir que esta vez ha dado un mordisco demasiado grande para su boca!
Se produjo un breve silencio. A continuación, habló Peter y, aunque lo hizo con tranquilidad, el tono de su voz exigía atención.
—Cuando construimos la valla, además de tus tierras cercamos unos terrenos que son públicos, Nico, por no mencionar una considerable cantidad de agua. Esto nos hace impopulares a los ojos de casi todos. Mucha gente apoya a George en este asunto. Todos necesitan agua y pastos para el ganado y algunos opinan que nosotros tenemos más de lo que nos corresponde.
—¿Es eso lo que tú piensas, muchacho? —preguntó Nicolás con furia—. ¿Crees que tenemos más de lo que nos corresponde?
—Creo que tú sabes cuándo es el momento de ser diplomático. Te he visto calmar muchos ánimos cuando estaban alterados. Tienes el rancho más extenso de por aquí y esto nos convierte en un blanco fácil. Y, con el tiempo, la situación empeorará, Nico. El derribo de la valla es sólo el comienzo.
—No somos un saco de harina que puedan golpear a su antojo. ¡Hagan lo que hagan, les haremos frente!
—Es posible, pero ¿es eso lo que queremos? Ya tenemos bastante con cuidar del negocio. —Peter suavizó la voz y adoptó un tono persuasivo—. El sistema siempre ha funcionado sin vallas y todos dependemos de todos. No puedes convertirnos en una isla, pues solos no lograremos sobrevivir. Yo soy partidario de emplear todo el dinero que hemos estado gastando en rollos de alambre de
púas y barriles de corchetes en contratar a más vigilantes. No podemos permitirnos el lujo de estar resolviendo todos los problemas que esa valla nos va a ocasionar.
Lali casi pudo ver la expresión de toro enfurecido de Nicolás cuando contestó.
—Yo soy quien manda aquí y yo decido en qué quiero emplear mi dinero. Mañana quiero que los postes de la valla vuelvan a estar en su lugar con cinco hilos de alambre.
Peter maldijo en voz baja y, a continuación, se oyó el taconeo de sus botas camino de la puerta. La familia se dispersó y simularon estar ocupados en diversas tareas. Lali se encontró con Peter junto a la puerta principal cuando él estaba a punto de salir de la casa y, aunque a desgana, sintió lástima al ver el morado que tenía en la mandíbula y la zona oscura que tenía debajo de uno de los ojos.
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Dame esta noche
Science FictionAveces sentimos que lo que vivimos es de verdad pero podemos estar en otra realidad