Como era habitual en los encuentros sociales multitudinarios, se sirvió gran cantidad de alcohol, lo cual ayudó a avivar el estado de euforia general. Algunos de los hombres se habían reunido en pequeños grupos y se daban fuertes manotazos en la espalda mientras charlaban acerca de la tierra y sus negocios con aparente despreocupación. Otros admiraban sin tapujos a las mujeres, quienes estaban muy guapas con sus vestidos de vivos colores y múltiples volantes.Los jóvenes, que habían esperado con ansia aquella noche de música y baile, entablaban nuevas relaciones y se comportaban como creían que debían hacerlo las personas adultas. Los pasos de los bailes no eran intrincados ni extravagantes y la música que tocaba la banda de vaqueros no era muy elegante, pero la tocaban con entusiasmo.
Lali se dio cuenta, con desagrado, de que era muy consciente de la ausencia de Peter, a pesar de que hombres distintos la invitaron a bailar cada uno de los bailes. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no podía evitar comparar a Peter con todos los hombres que conocía y pensaba que a todos les faltaba algo? Los más guapos no eran nada especial en comparación con aquel hombre de vívidos ojos verdes. Ninguno conseguía detener su corazón con su sonrisa, ninguno se atrevía a contradecirla o provocarla de una forma tan directa como Peter. Lali pensó más en él cuando no estaba de lo que lo habría hecho si estuviera allí.
De vez en cuando, Lali vislumbró el rostro de Benjamín entre la multitud, entre las sombras y las luces de las lámparas, y se mantuvo lo más alejada de él que pudo. Él, por su parte, invitó a bailar a alguna que otra mujer, pero no apartó la mirada de Lali mientras ella giraba al compás de la música. El vestido verde azulado de Lali enfatizaba la blancura de su piel y el intenso color castaño de su cabello atrajo más de una mirada masculina.
Cuando no bailaba, Lali permanecía cerca de Nicolás. Le complacía la tregua silenciosa que parecía haberse establecido entre ellos. Ella no tenía intención de disculparse por la discusión que habían mantenido en Sunrise y él tampoco, pero habían tomado la decisión tácita de continuar como si nada hubiera ocurrido. De momento, habían conseguido recobrar parte de la comodidad con la que estaban antes el uno con el otro.
Ya avanzada la noche, y debido a los pasos y giros rápidos de los bailes, a Lali le dolían los pies, y se sintió aliviada cuando la música cambió a un ritmo lento que permitió disfrutar a los invitados menos dinámicos. Lali consiguió convencer a Nicolás para que bailara con ella y lo avasalló a preguntas mientras se desplazaban por la pista de baile.
—Por lo que sé, desde que llegamos nadie te ha comentado nada acerca de la valla —comentó Lali.
Nicolás se rió entre dientes, molesto y, al mismo tiempo, admirado de que ella se hubiera atrevido a mencionar aquel tema.
—Nunca lo habrían hecho durante el baile de una boda, cariño.
—Pero el baile es esta noche. ¿Qué pasará cuando la boda haya terminado y regresemos a casa?
Nicolás se encogió de hombros y decidió no contestar. Lali lo interpretó como que esperaba encontrarse con problemas más tarde y un escalofrío premonitorio recorrió su cuerpo.
—Papá, he estado reflexionando sobre algunas de las cosas que Peter ha dicho acerca de la valla de espino.
—¿Qué tipo de cosas? —preguntó Nicolás en voz baja pero con un deje amenazador—. ¿Peter ha estado hablando en contra de mí a mis espaldas? ¿Ha criticado mis decisiones?
—No, no —respondió Lali con celeridad—. Sólo me ha estado explicando la situación. Yo no comprendía por qué todo el mundo estaba tan alterado a causa de la valla. La razón es que, además de tus tierras, también has cercado el suministro de agua, ¿no es cierto? Los pastos del Double Bar colindantes con los nuestros no valen nada sin agua. No me había dado cuenta de este detalle.
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Dame esta noche
Science FictionAveces sentimos que lo que vivimos es de verdad pero podemos estar en otra realidad