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–Solo me he enamorado dos veces, la primera vez creí que había encontrado el amor verdadero, cuando lo ví sentí una atracción inmediata, me gustaba su mirada, su sonrisa me atraía, al cabo del tiempo nos fuimos conociendo y teníamos muchas cosas en común, algo que me hacía creer que éramos tal para cual, pero todo eso se esfumó cuando no podíamos soportar más los problemas que venían, sufrí porque en el fondo lo quería, quería que funcionarámos, pero de nada servía cuando uno intenta darlo todo, mientas el otro simplemente se rendía. La segunda vez, fue diferente, no llegue a sentir atracción de repente, solo fuimos amigos, que con el transcurrir del tiempo se volvieron mejores amigos, pero después de un tiempo empecé a verlo con ojos diferentes, se estaba metiendo poco a poco en mi mente y era algo que no podía controlar, me gustaba pensar en él, me gustaba pasar tiempo con él, fue ese amor que te marca lentamente sin darte de cuenta, él, sin querer o queriendo, empezó a meterse en mi corazón, supo crear una cicatriz en mi, que yo claramente sabía que iba a hacer difícil de sanar, descubrió un fuego en mi, que yo creía que no existía, me llevo al cielo y me hizo tocar las estrellas, creí que nuestras almas eran lo mismo, que era el amor de mi vida, el que siempre creía desde niña, pero simplemente fue un recuerdo que me marco para siempre. No he amado desde entonces, no como la primera vez y obviamente menos como la segunda vez, creo que la última vez no es fácil de olvidar, porque fue un amor que marcó cada parte de mi ser, supo meterse y marcarme en cada área de mi alma y cuerpo y definitivamente volvería a acceder a sentir todas esas emociones y sensaciones que llegue a sentir, porque nadie sabe ni tienen la menor idea de lo que siente una persona como yo, solemos demostrar por encima, pero somos capaces de entregar el mundo entero cuando nos entregamos sinceramente a alguien y esas dos veces fueron la excepción o bueno, más que todo el último amor que me hizo sentir de todo, pero que a la final, me volvió a mi, en nada.

–Mentiría si digo que no me hacen falta sus besos, sus abrazos y caricias, mentiría si dijera que no me hace falta ser venerada por él, mentiría diciendo que no me hacen falta sus manos tocando cada parte de mi ser, mentiría diciendo que no me causa escalofríos al recordar su boca recorriendo mi cuello, que no extraño su tacto en mi cuerpo, que no recuerdo las palabras que susurraba en mi oído cada que me hacía suya. Pero sobretodo mentiría diciendo que no extraño su típica sonrisa sarcástica cuando le decía que su mirada no ocasionaba nada en mi, porque él y yo sabíamos que me ponía a temblar cada que me miraba, con amor, con deseo, con pasión, me miraba como se mira las obras de arte, su mirada deslumbraba cómo se mira una estrella fugaz y quisieras que fueran eternas, me miraba con ternura, pero a la vez con lujuria. Mentiría diciendo que él solo fue algo pasajero, que no me marco, que fue uno más del montón, porque en realidad él fue un sueño hecho realidad, me enamoré de su faceta fría y sin lugar a dudas volvería a elegirlo por sobretodas las cosas, porque con él aprendí el significado de ser verdaderamente venerada.

–05/11/23. Ayer lo ví, creo que de todas las maneras posibles, disimulada, de reojo, de vez en cuando, de cuando en vez XD, pero es la verdad, trataba de hacer que mi cerebro mandara señales para que calmara la estúpida necesidad de verlo y mis hormonas no hacían caso alguno, porque cada que podía lo miraba, ahora usa lentes, quisiera decir que se ve horrible pero estaría mintiendo, ya que se ve como un estúpido nerd sexy, nunca pensé que un aparato tan particular se vería tan lindo en alguien, pero claramente me equivoqué, no es un secreto que ya no lo veo como antes, ya no me derrito como anteriormente lo hacía, pero cuando levanté la vista y ví que su mirada estaba puesta en mi (O quizás solo estoy alucinando), sentí ese escalofrío que ocasionaba su mirada en mi ser, fue extraño, pero tuve que apartar la mirada y volver a fijarla en mi móvil, aunque ya no somos nada y hemos elegido caminos distintos, fue la única persona que me marcó, la cual (como dicen muchos), estuve obsesionada, apesar de todos los errores que cometimos lo seguí amando hasta el final, inclusive cuando había decidido escribir otra historia, yo seguía amándolo, pero es como dijo Hardin Scott, una cosa es amar a alguien y otra es no poder vivir sin ese alguien, y aunque lo ame con cada partícula de mi alma, mente, cuerpo y fuerza, ya aprendí a vivir sin él. Quizás solo escribo esto para sacarlo de mis pensamientos y no dejar que vuelvan esos sentimientos que tengo tiempo ignorando, inclusive sin ganas de saber de ellos, en estos momentos tengo prioridades y él ya no es una de ellos, por eso tengo que darle un punto y final...

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