12: Bolsas y cinturones.

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Se tiene  la firme creencia  de que los hombres no saben entender indirectas.
Y lan zhan  era la máxima representación  de este echo, ya que  wei wixian  no hacía  más que  revolotear  en su entorno molestando  y pidiendo  cosas y preguntando  cosas.

Esto daba a que  jiang Chen  y xichen  pudieran hablar con más calma. 

-- lo siento  waying no pensé el daño que  te haría  con lo que  hicimos.  -- Xichen  se disculpaba nuevamente.  -- después  de todo  creo  que  fui castigado  por eso.

Jiang Chen lo miró un poco desconcertado. -- ¿Que ocurrió? ¿Donde estuviste?

-- ya te dije  en la encrucijada.  Al parecer  al ángel  sombra le parece  divertido  revivir  mi muerte.  Lo hizo  cuando te golpearon y lo hizo nuevamente  cuando te lastime.

-- bueno creo que  tengo  un benefactor.  -- Jiang Chen  río un poco. 

Jiang Chen  saco una caja de el último  cajón de el buro junto a su cama. 

"Morge de la cuidad "

Decía en la tapa. 

-- esto debe ser lo que traías puesto,  talves  tu tío lo trajo después  de ese día.

En el interior  estaba el teléfono  móvil y el cinturón,  también  estaba aquella  pulsera taoísta. 

-- así que  si profesabas religión.  -- jiang Chen  sostuvo la pulsera en sus manos. 

-- ¿eso? No realmente  el empleado  de intendencia  me lo dio ese día. Si tuviera  una religión  o creencia  el ángel sombra  me habría dejado pasar. 

-- que encuentres tu camino cuando  el resto desaparezca -- dijo Jiang Chen  al leer las cuentas  de la pulsera. 

-- ¿que dices? ¿Entiendes este lenguaje  antiguo?-- dijo Xichen. 

-- claro lo enseñan en la universidad,  lenguaje  tradicional. Tonto. -- Jiang Chen  hizo mofa de esto.

-- ¿crees que  sea una maldición?-- Xichen  estaba preocupado. 

-- no, más bien  un fragmento  de un poema,  de un padre a su hijo..

-- ¿lo conoces? -- Xichen  se mostraba ansioso. 

-- hijo mio ahora  que  tu vida comienza  y que  no puedo caminar a tu lado,  podrás ver luces muy brillantes y caminos bellamente  decorados y amigos en todas partes  si embargo cuando todo eso, desde las bellas luces , los caminos hermosos, y las amistades te den la espalda, te deseo que  encuentres  tu camino  cuando y cuando  el resto desaparezca, y el brilló  deslumbrante  de la falsedad no este habrá algo  para ti. -- Jiang Chen  sostenia aquella  pulsera en sus manos  mientras  recitaba el poema.

En la puerta  se encontraba  lan zhan  mirando  como sostenía aquella  pulsera  y su corazón  latía fuerte mientras  intentaba  no romper en llanto. 

-- bueno  es hora  de trabajar  se esta haciendo  tarde. -- Jiang Chen rompió  el momento  tomando  todo y de manera tosca lo echo en la caja.

Pronto el personal de la mudanza  entraron para llevarse las cosas grandes.

-- muy hermoso  el poema.  -- dijo lan zhan  mientras  ponía  la última  caja en su auto.

-- si lo leí en algún lado,  de echo no se si lo recite bien.

-- yo también  espero  que  mi hermano  esté en un lugar  mejor  ahora. 

-- si todos deseamos  eso. -- Jiang  entró en el auto justo en la parte trasera. 

El fantasma de la encrucijada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora