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Me levanto de golpe sintiendo el aire faltarme mientras que mi cabeza empieza a palpitar del horrible dolor. Miro a todos lados notando como Ian solo fuma un cigarro mientras estamos en otro lugar, a mi parecer uno limpio y fresco. Lo miro con las cejas juntas debido a la forma tan limpia en la que está vestido, observo mi ropa notando como estoy cambiada.

El miedo de que resulte ser el causante de todo esto solo me aterra.

— No soy la rata. Solo di información y nos subieron de lugar, son unos malditos sádicos. Conforme les digas algo te subirán a un lugar mejor o te darán comida. En mi caso, cambie la comida por cigarros y medicamento para tus heridas.— señala la mesa de al lado.

Me levanto de la cama caminando hasta el baño, intento abrir la llave pero no sale nada. Suspiró para ver como solo tira las cenizas en el suelo mirando a la nada. Respiro hondo.

— Sabes qué es lo peor de todo esto, niña? — habla aún perdido en sus pensamientos. — Cuando vi a mi padre morir, tu madre le disparo en la cabeza y jamás sentí ni un rastro de pena. Me alegro que mataran a ese idiota, tanto poder en sus manos y los desperdicio. Pero, matar a mi padre solo me dejó desprotegido en las calles. Terminé en un centro de peleas callejeras en donde vieron mi potencial de adorar el dolor y de amar la sangre, solo para qué? — me voltea a ver.

— Para que una red de trata de menor me raptara a la misma vez que raptaron a los hermanos Morreti. Los niños que no lloraban, ni porque les estuvieran cortando la piel al más pequeño.— menciona mientras se acerca acariciando mi mejilla, yo solo lo miró seria. — Fue un caos horrible, escuchar tu voz tratando de calmar a tu hermano, pero sabes que si fue hermoso? Ver como matabas a cada uno de los hombres que intentaba violar o tocarte a ti o tu hermano.— sonríe.

— No me juzgues, la locura viene de familia. Sabes que tu padre me iba a dejar en ese lugar solo porque mi familia mato a la suya? Fue tu madre la que me salvo y con la que estoy totalmente en deuda.— menciona solo para apagar el cigarro y estirar su cuello.

— Trabajas con mi padre.— hablo y el solo me mira dudoso.

— Yo no trabajo con tu padre, soy uno de los espías de tu madre. Te dije, que tenía muchos nombres, Niña.— habla y yo solo puedo recordar su versión de adolescente.

La forma tan desalmada que mataba a todos incluso usando sus dientes, la forma en la que guardaba su comida y la porcionaba mientras yo se la daba toda a mi hermano.

Antes de poder decir algo, la puerta se abre soltando insultos sobre la dirección errónea. Ian no pierde el tiempo, solamente usa sus dedos para clavarlos en los ojos del hombre, el grito desgarrador me hace mirar a otro lado mientras gira su cuello con tanta fuerza que lo escucho hasta aquí hasta que cae al suelo. Empieza a tocar los bolsillos del nombre tirando su arma y tomando la navaja que tenía. Veo como rompe un pedazo de tela envolviendo la navaja en su muñeca mientras le quita el seguro al arma.

— Te mueves y buscas un arma o te cargo como la niña que eres?— habla con su tono ya agotador. Los demás hombres aparecen pero el los derriba como si de una mosca se tratara, lo veo limpiar las gotas de sangre de su rostro mientras yo tomo dos armas del suelo.

— Bueno, el que salga con vida se lleva la barra de tus padres.— habla sarcástico pero aun así puedo ver su intento de hacerme reír, yo solo disparo al hombre a sus espaldas viendo como sus ojos se clavan directamente en mi, dilatados.

Una cosquilla aparece en mi abdomen pero la ignoro en cuanto el me jala a su lado para disparar al hombre que estaba a mi lado. Su forma de tomar mi mano me hace dudar pero solo lo sigo sintiendo mis pies desnudos tocar toda la suciedad y sangre del suelo. Una arcada de asco llega a mí cuando Ian dispara en la cabeza a alguien y camino por donde mismo tiro su cuerpo sintiendo algo extrañamente carnoso en el suelo.

— Podemos salir de aquí, solamente...— las palabras de Ian se vuelven silencio cuando de la nada se escucha una fuerte explosión que hace las luces del lugar apagarse y ser reemplazadas por unas rojas que no me dejan ver. Tapo mi nariz como puedo para observar a Ian en el suelo un poco aturdido, observo sus oídos llenos de sangre y es ahí en donde capto que la explosión fue cerca de nosotros. Como puedo, tomo el cuerpo de Ian junto con el arma que cargaba. La falta de aire me afecta pero solo intento sacarnos con vida, aun tenía mucho por que pelear y me asustaba no poder volver a ver a mi madre.

En cuanto encuentro el cuerpo de uno de los hombres, dejo a Ian para quitarle los pantalones al cuerpo. Me los coloco ignorando el asco y la sangre, estar tapada ahora mismo significaba menos heridas. El ruido de un arma sin seguro se escucha a nuestras espaldas mientras que yo solo alzo mis manos por instinto para virar por sobre mis talones, la chica enfrente de mi solo tapa su rostro con un casco, su forma de agarrar el arma me da cierta curiosidad pero solo la observo.

Su mano se mueve junto con el arma señalando el suelo, yo solo me quedo en mi lugar para dar un paso alante justo cuando ella intenta disparar, logró acercarme hasta donde ella para tirar su arma y golpear su hombro con tanta fuerza que se tambalea pero aún así logra mantenerse firme y devolverme el golpe. Su mano se vuelve puño y impacta contra mi quijada, esquivo los otros golpes para soltar un puñetazo a sus costillas y otro en su abdomen hasta que observo un tatuaje que me deja en blanco justo cuando su rodilla impacta contra mi nariz.

Retrocedo varios pasos tropezando y cayendo. Observo como me mira en el suelo para alzar su puño, agarrarme de los hombros y intentar golpear hasta que un disparo nos alerta, puedo ver como la bala roza su hombro lo que la hace soltarme y empezar a correr lejos de mi. Mi pecho sube y baja mientras siento la sangre caer por mi nariz. Varios hombres aparecen apuntandome mientras yo me levanto, alzo mis manos por sobre mi cabeza mientras veo al primer hombre apuntarme con un arma, al igual que la chica traía un casco que me impedía ver su rostro.

Toccami e giuro che ti strappo il braccio— (Tócame y te juro te arranco el pelo.)  su arma toca mi nuca dejando una ligera quemazón para luego retirarla y tocarme con su mano limpiando la sangre que cae en mi nariz mientras hace una seña para que los otros bajen sus armas. Lo veo como quita el casco de su cabeza dejando ver el rostro de mi padre.

Mi uccideresti? — ( me matarias?)  Sonrió feliz viendo como pone un abrigo por sobre los hombros y me saca mientras pide a alguien que saque a Ian. En cuanto salgo puedo ver el lugar en donde estábamos, otra corriente invade mi cuerpo mientras paso mi lengua por sobre mis labios para soltarme del agarre de mi padre y solamente ver como todos los hombres de mi padre de encargan de limpiar el lugar no sin antes revelar la cabellera negra de mi madre que deja ver su seriedad hasta que sus ojos caen en mi y solamente hay un brillo que me hace caminar hasta donde ella.

La veo mirarme esperando una respuesta hasta que relajo mi cuerpo y dejo me abrace provocando un suspiro de alivio como si por fin estuviera completa por lo que me dejó llevar por su abrazo sintiendo toda la tranquilidad del mundo.

— Por fin te dejaré ver todo lo que querías ver, Caeli. Pero esta vez no haré nada, solo te encargaras tu.— menciona y yo asiento viendo como me deja un USB en mis manos para darme una sonrisa y gritar que nos retiramos llevándose consigo a un grupo de mujeres y hombres mientras que mi padre da órdenes de volar ese lugar por lo que espero a que eso suceda, me quedo a su lado hasta que todo sale a la perfección.

Me enteraré de la verdad de una vez por todas.

La hija del Rey #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora