La hija del Rey #3

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Todo me daba vueltas, mi estómago estaba en un caos y las nauseas eran tan grandes que no me sorprendería si vomitaba. Mi cuerpo estaba relajado, tal vez porque me encontraba casi desnuda del pecho o porque estaba atada a una camilla. Estaba en un pasillo oscuro pero no tanto, podía sentir la presencia de alguien a mi lado pero no me arriesgaría a delatar que estaba despierta, eso aumentaría mi posibilidad de tortura o de vida. Así que solo decidí memorizar el camino y el ruido.

— Finges tan bien, amor.— abro mis ojos de inmediato arrepintiendome de inmediato, sostiene mi rostro con fuerza mientras otra persona tira de algo liquido en mi rostro que me empieza ahogar. Muevo mi cabeza con fuerza mientras la sostiene con fuerza, en cuanto el líquido deja de caer empiezo a toser todo y quitar todo de mi boca escupiendo. Agarra mi mejilla con fuerza haciendo que lo mire, mi pecho sube con fuerza mientras sus ojos me miran como un maldito loco.

— Es divertido verte enojado cuando nisiquiera recuerdo tu nombre.— digo, el sonríe de lado. Su mejilla impacta contra mí rostro haciéndome sentir el sabor metálico en mi boca, paso mi lengua por mi labio disfrutando del sabor.

El otro hombre me sube quedando de pie pero aún amarrada a la camilla. Igual que los demás tiene una máscara que me impide ver su rostro, me coloca algo en la cabeza no sin antes acariciar mi rostro con un poco de lentitud y abrirme la boca. Deja una especie de goma en mi boca para volver a tirarme el líquido del cubo, alzó mi vista al frente viendo al lunático sentado enfrente de mi.

— Empieza lento y luego sigue.— ordena relajado en su silla, no entiendo lo que dice hasta que la primera descarga de corriente llega.

Todo mi cuerpo se alza de la camilla mientras siento un dolor que nunca jamás antes había sentido. Mis manos se aprietan con fuerza mientras solo siento mi cuerpo en blanco, la risa de ambos me hace eco en la cabeza pero nisiquiera puedo detenerme a pensar en eso, solo siento como mi cuerpo duele y como si mi cabeza se estuviera quemando.

El dolor deja de ser provocado dejando gotas de sudor por mi cuerpo, las ganas de vomitar me invaden y lo hago. Tiran otra vez del cubo por sobre mi, Intento no respirar pero en este punto solamente pierdo y dejo que el agua entre dejándome la sensación de no respirar y de ahogo.

— Ya basta, no queremos que muera. Queremos que sufra como la perra Esquizofrenia que resultó ser.— con fuerza toma mi quijada, me mira a los ojos de una forma tan profunda que por primera vez me vuelvo a sentir como la niña pequeña de antes que tenia miedo de que sus padres no llegarán a buscarla.

Por primera vez, me sentí absoluta y completamente, inservible.

— Estas tan rota, que solo das asco.— murmura justo cuando la otra persona me lanza un golpe en la boca haciéndome sentir como si hubiera perdido gran cantidad de dientes. La sangre no tarda en salir a gran velocidad  mientras yo sigo desorientada por aquel golpe. Pestañeo varias veces concentrándome en como me sonríe mientras tiene mi sangre en la cara. Se da la vuelta dejándome con el hombre que empieza a hacer varios cortes en mis muñecas.

Una risa sincera sale de mi pecho, siento la sangre bajar por todo mi pecho pero la risa es tanta que solamente puedo sentir todo darme vueltas pero no dejo de reír en ningún momento.

— Voy a matarlos, y lo voy a disfrutar tanto.— comentó entre risas, el me agarra del cabello para mirarme con seriedad. Ambos nos miramos firme por varios segundos  en los que solo me imagino cortar su cuello poco a poco bañandome en su sangre.

Suelta mi cabello no sin antes dar un puño en mi nariz que por fin, es el golpe que me manda derecho a la camilla sin pelea. Me envuelvo en todo el dolor y cansancio que solo cierro mis ojos sintiendo un gran dolor.

— La muerte nos protege a nosotros los sinceros pero a ti, Caeli Morreti, Que te sentencien en el infierno y tu alma se pierda.—  aquella voz la sentía lejos de mi así que no le doy importancia, solo me quedo en un punto en donde ya no siento y ya no pienso solo siento el deseo de algo claro.

Y era que los iba a matar a todos.