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El ruido de personas en movimiento es lo que interfiere mi tortura. Mi cuerpo cae por si mismo mientras siento mis ojos sangrar de tanto daño que mi cerebro a recibido a culpa de los electrochoques. Intento levantar mi cuerpo e intentar por lo menos algo de defensa, quería evitar que me atraparon porque subestime sus capacidades mentales.

- Tu maldita madre me pagará todo lo que me hizo.- ese comentario me hace despertar escuchando su nerviosismo, gracias a eso puedo escuchar todos los disparos afuera y las explosiones fuertes que hacían vibrar el lugar. Mi risa sale con tanta fuerza que el ruido retumba en mis oídos, su cuerpo tenso aparece frente a mi por lo que lo subo mi mirada mirándolo con burla.

- Te divierte tanto? Los malditos están bajo mi terreno ahora mismo, tengo miles de minas escondidas que explotarán cuando yo ordene.- habla, sus manos tiemblan mientras sostiene un arma y un control en su mano. Cierro mi boca sintiendola seca, por su radio se escucha como sus hombres cuentan los caídos hasta que el nombre de alguien resuena en mi mente.

- Señor, quien dirige el rescate es el chico menor Malick. Lo tenemos en la mira, usted me indica como procedemos.- el comentario me hace desesperadamente intentar soltarme del amarre, puedo sentir como poco a poco se va soltando por lo que uso más fuerza hasta que el primer agarre me libera, aprovecho que esta a espaldas a mi para soltarme de los otros agarres.

Justo cuando empieza a hablar, impacto mi puño en su nuca sin ningún remordimiento. Su mano suelta el radio y yo lo pateo dejando que caiga en otra parte, se voltea quedando cara a cara frente a mi. Uso mi otra mano para golpear su nariz y su manzana de Adán, puedo sentir mi nariz sangrar junto con mis manos pero no paro, en ningún momento paro el ataque hasta que se inclina y me empuja con sus hombros en mi abdomen, me arrastra contra una de las paredes en donde procede a golpearme sin dejarme salir. Sus manos agarran mi cuello con tanta fuerza que empiezo a sentir el suelo un poco lejos, junto mis dos manos y inclino mis codos en su antebrazo para soltar el agarre, me alejo de el no sin antes darle un último golpe en sus genitales.

Empiezo a correr hasta la radio y salir del cuarto, los pasillos se encontraban desiertos por lo que corro usando mis recuerdos distorsionados.

Izquierda.

Derecha.

Derecha.

Izquierda.

Al final de aquel último pasillo logró ver una puerta de carga, camino hasta ella logrando abrirla. Tapo mis ojos justo cuando noto el amanecer, miro a todos lados buscando a mi hermano y cuando lo encuentro, veo a varias personas apuntándole mientras tenía las manos arriba. Varios de sus hombres habían dejado sus armas para que no le dispararán a mi hermano mientras el solo se queda de rodillas en el suelo.

Veo como alguien golpea a mi hermano por detrás, la ira crece en mi pecho junto con el instinto protector por lo que solamente cierro la puerta empezando a caminar hacia atrás de nuevo, justo cuando camino por los pasillos encuentro un botiquín de primeros auxilios y una hacha de incendios, tomo el hacha entre mis manos con fuerza aprovechando el camino para practicar con ella.

El ruido de pisadas fuertes me alerta por lo que me escondo en mi posición, escucho el ruido de una radio y su respiración pesada por lo que me inclino para no dejar saber mi paradero. Cuando escucho los pasos más cerca, tomo el hacha con cierto aire y fuerza logrando impactar con el pie de la persona la cual cae de inmediato al suelo soltando cuanto insulto y maldición.

Impacto el palo del hacha en su hombro y cuerpo hasta que el suelta todo y alza sus manos. Tiro el hacha y me subo sobre el para agarrar su cuello con fuerza.

- No sabes el gusto que me da acabar contigo, no pude torturarte tanto como quise pero se que, tu muerte me dará paz de igual forma.- sentenció para darle un último golpe y así, empezar a arrastratlo hasta la última puerta en donde encuentro a todos siendo amenazados hasta que me ven. Tomo el arma de uno de los guardias y sin ninguna discreción, le vacío todas las balas en la cabeza a aquella persona en el suelo.

- Tienen dos opciones, Se largan y no vuelven a meterse con mi familia o morimos todos aqui.- alzó mis manos esperando respuesta, el ambiente se queda callado por unos cuantos minutos hasta que la mayoría de los hombres sueltan sus armas.

Doy un respiro bastante hondo mientras veo a Malick levantándose del suelo y dando instrucciones que de hacer con los que siguen protestando.

Miro a los ojos a mi hermano el cual de igual forma me mira pero sin acercarse. Lentamente veo como su cabeza se inclina y camina hacia el otro lado dejándome a mi siendo tratada por las heridas, un dolor punzante se acomoda en mi pecho mientras lo veo irse sin voltear atrás.

Era válido.

Hoy había completado una venganza que había causado por mi propia cuenta y hoy también pierdo a un hermano.

- Adiós, Malick.- me despido en un tono pequeño que se va arrastra con el viento, mi cabello sale volando junto con el mismo aire junto con los sentimientos dolorosos que crecen en mi pecho.

Este era el fin, un verdadero fin.

Y es que, a los que son hijos o viven en la mafia, nada nunca bueno les espera.

La hija del Rey #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora