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Me estaba ahogando.

Eso era más que obvio, pero por alguna razón no podía respirar ni mover mis brazos para poder quitar aquello que me sofocaba, Intento mover mis piernas pero de igual forma no podía, la ansiedad empieza a recorrerme de pies a punta por lo que solamente sigo intentando moverme, lo cual igualmente resulta inútil. Siento mi corazón latiendo de una forma tan desenfrenada que empiezo a sentir como si se me intentara salir de la boca, pero curiosamente gracias a eso es que siento que puedo respirar.

— Caeli,  nos escucha? Tienes que despertar para poder quitarte el ventilador. —

Intento hacer lo que pide pero el dolor me lo impide, aprieto mis puños o al menos siento que los aprieto. En un último intento logro moverme y con ello abrir los ojos, soy testigo de como de mi boca sale un tubo,  me permite respirar mejor y ya no tener el sentimiento de que me estaba ahogando. Mi mirada cae en un punto exacto en donde todos los recuerdos llegan a mi mente, la puerta de la habitación se abre dejando ver a mi padre y mi hermano detrás, ambos me miran mientras el doctor toma su linterna y me apunta a los ojos.

- Sabes donde estas? Cuál es tu nombre exacto? — pregunta, yo solo muevo mis ojos a los cables que tengo pegados al cuerpo, alzó mis manos arrancando cada uno de ellos escuchando como las máquinas hacen ruidos horribles, los doctores intentan pararme pero retiro el último cable que era una intravenosa. Retiro la sabana de mis pies y intento salir hasta que un dolor grande en mi cadera me hace aguantarme de la misma cama. Observo la bata que se empieza a tornar roja pero no me importa, necesitaba ver con mis propios ojos.

Todos los que habían peleado por mi familia.

Familiares.

Mi madre.

Me levanto de un golpe, mientras paso con fuerza entre mi padre y hermano que intentaban hacerme entrar en razón pero solo sigo mi camino. Veo puerta por puerta que contiene el nombre de los pacientes, sigo hasta el donde mi madre abriendo la puerta. Observo a una mujer en uniforme blanco mirarla, sus ojos notan que estoy y me sonríe. Retira todo lo que usaba mientras yo veo un medicamento extra en sus manos.

Coloco una mano en su hombro viendo como se asusta, la miro seria.

— Qué le pusiste?— pregunto justo cuando la misma maquina que tenia en mi cuarto empieza a sonar, observo el cuerpo de mi madre temblando y poco a poco convulsionado, junto mis cejas poco a poco cuando veo que de su boca sale sangre negra. Mi visión se vuelve borrosa pero aún así, me volteo viendo como las enfermeras y doctores pasan por mi lado casi llevándome con ellos, aun así me mantengo firme viendo a la chica intentando huir. Dejo que piense que logro salirse con la suya, hasta que llega a la salida en donde varios de mis guardias la detienen.

Mis pies desnudos hacen ruido en el eco del pasillo pero no me importa, solo llego hasta donde ella para propinar un golpe con mi palma abierta que hace caiga al suelo. Su mano suelta lo que tenía y sujeta su mejilla para intentar calmar el dolor en su rostro, me arrodillo y tomó el frasco.

— Lleva esto a los doctores y dile que esto fue lo que le pusieron.— ordenó, el guardia sale disparado tan rápido termino de hablar. Yo solo la miro desde el suelo, como un ser tan asqueroso y repugnante.

— Me vas a matar?— pregunta, yo solo sonrio.

Tomo su mano para levantarla, sus ojos lo dudan pero se levanta. Cuando esta firme en sus dos pies, sostengo su mano con tanta fuerza que ella intenta soltarse. Aún así, uso mi propio peso para tronar su mano provocando que grite, la observo volver a caer al suelo pero sosteniendo su muñeca.

— Llevensela a la mansión de repuesto. Recoloquen y disloquen su muñeca cada hora. — habló, los ojos de la chica se llenan de miedo pero yo solo me alejo para llegar al cuarto de mi madre.

Al verlo vacío mi corazón se llena de miedo, pero solamente me quedo mirando la cama llena de sangre.

— Cuando se fue a Rusia, ella sufrió mucho. Jamás había tenido una familia tan cercana y tan hermosa aparte de su familia adoptiva. Se muy bien que, no fue tu intención que todo esto pasara pero hay algo muy importante que debes saber.— la voz de Simone se abre paso en la habitación quitando el silencio de ella, me volteo a verla con su labial rojo intacto, su cabello frondoso en un moño y su mirada perdida.

Hago el amago de irme pero ella solamente me extiende el brazo impidiendo salga, ahora veo lo cerca que estoy y puedo ver sus ojos rojos.

— Nayla y Linda son lo único que tengo en esta vida, son las únicas personas que me salvaron de lo horrible que pasaba y créeme que me duele verlas ahí, así que. Si estas planeando una venganza, daría mi vida con tal de ayudarte.— me mira esperando respuesta, yo solo le sonrio.

— Cuida a mamá y a Linda, alguien quiere terminar su trabajo. — asiente, yo solo salgo del cuarto viendo como todos miraban a todas partes esperando por el próximo idiota que crea puede hacer algo en nuestras narices.

Observo a mi padre, mira perdido a la pared a por donde se llevaron a mi madre. Aprieto mis puños observando su mirada perdida mientras pasa sus manos por su cabello dañando todo rastro de cordura.

Ya era hora.

Hora de levantar a un viejo rey.

La hija del Rey #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora