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Se adaptaron con rapidez a su nuevo estilo de vida

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Se adaptaron con rapidez a su nuevo estilo de vida. Jacob y Renesmee solían salir por el día, comprar, dar paseos por la playa, cualquier cosa que mantuviera entretenida a la niña. Rosalie sólo salía por las noches pero, a menudo, cuando volvía de cazar un lobo la esperaba en el porche de casa.

-¿Vas a mover el rabo por verme? –se burló la primera vez que lo vio afuera. El enorme lobo puso los ojos en blanco y Rosalie pasó por su lado, escondiendo una sonrisa esquinada con su melena.

Ambos adultos decidieron escolarizar a Renesmee en casa. Habían usado la tarjeta de crédito bajo el nombre falso para comprar un ordenador lo suficientemente bueno como para que sirviera de apoyo a la educación. El resto eran libros y los conocimientos que Rosalie había adquirido a lo largo de los años.

-¿Cómo sabes manejar eso? –preguntó Jacob desde la cocina viendo cómo Rosalie estaba programando el ordenador.

-Es fácil. –respondió la rubia, centrada en su tarea. El olor a tortitas invadía toda la casa, en el baño Renesmee tarareaba una canción acompañando la melodía con el agua de la ducha que caía. La niña parecía haberse adaptado bien a su nueva vida, teniendo en cuenta su pérdida.

-¿Acaso no tienes como trescientos años? –masculló Jake, aún molesto porque la tecnología nunca había sido demasiado lo suyo y apenas había conseguido encender el ordenador.

Rosalie bufó con la mirada fija en la pantalla.

-Tengo ciento ocho. –respondió y por fin levantó la mirada de su tarea para centrarle en el chico que la miraba fijamente, con una espátula de cocina en la mano. -¿Qué?

-Te conservas fatal.

Antes de que pudiera contestar el olor a quemado sustituyó al apetitoso de la comida cocinándose. La sonrisa de Rosalie se volvió afilada.

-Se te queman las tortitas, querido. –anunció con una voz falsamente dulce.

-Mierda. –maldijo el lobo, apresurándose a salvar las pocas tortitas que no estaban ennegrecidas.

-Karma. –tarareó la rubia, volviendo a teclear en el ordenador.


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-¡Tía Rose! ¡Tía Rose! ¡Tengo una amiga! –un pequeño huracán en forma de niña entró corriendo en la casa hasta lanzarse a los brazos de la rubia, que estaba sentada en el sillón. -¡Tengo una amiga!

Rosalie asintió ante la emoción de su sobrina mientras veía estupefacta cómo la pequeña daba saltos de emoción sobre sus propios pies sin dejar de abrazarla. Su mirada se alzó para buscar la de Jacob, que entraba detrás de Renesmee. La duda en los dorados, una amplia sonrisa en el rostro masculino.

-Renesmee ha conocido a una niña en la playa. –explicó Jacob, acomodándose al lado de Rosalie. La rubia ya ni se inmutaba ante su olor. Llevaban conviviendo casi un mes y su olfato se había rendido ante la evidencia, ese hedor no se iba a marchar. –Sus padres son americanos. Se mudaron hace un año.

-Se llama Charlotte. –anunció Renesmee que había dejado de saltar para mirar a Rose con una sonrisa que iluminaba todo su pequeño rostro. Se parecía más a Bella cuando lo hacía. –Y tiene seis años.

Y esa pequeña niña fue el tema principal durante el resto del día.


Esa noche fue Rosalie la que se sentó al lado de Jacob en los escalones de entrada después de haberle leído un cuento a Nessie para dormir. El chico tenía un cigarrillo en la mano, hábito que había adquirido desde hacía un par de semanas y que sólo seguía fuera de casa porque Renesmee odiaba el olor. Obviamente Rosalie también pero sus quejas tenían menos efecto.

-Eso te acabará matando. –le reprochó mientras apoyaba la espalda en la vieja barandilla de madera. La luz de la luna le daba al ambiente una luz plateada que le otorgaba cualidades casi oníricas al paisaje.

-Soy algo así como inmortal, ¿recuerdas? –se burló Jacob, dando otra calada al cigarro. Dejó que el humo desapareciera de su boca como una pequeña nube tóxica antes de volver a hablar, esta vez con un tono más sincero. –Me ayuda con la ansiedad.

Rosalie hizo un ruidito que se encontraba a medio camino entre el rechazo y la aceptación. Cada uno lidiaba como podía con la situación. Ella se había centrado en la educación de Nessie pero echaba de menos hacer algo más, tener libertad de movimiento. Dios, hasta echaba de menos el estúpido instituto.

-¿Qué opinas de Charlotte? –quiso saber para que sus pensamientos no cayeran en una espiral de desesperación.

Jacob se encogió de hombros pero la sombra de una sonrisa se instaló en sus labios.

-En una niña bastante agradable. Es bueno que Nessie tenga amigas y ahora que su crecimiento se está volviendo más lento puede pasar más desapercibida. –hizo una pausa para tomar otra calada, su gesto se volvió pensativo. –Su padre tiene un taller, me ha ofrecido un puesto.

Rosalie alzó ambas cejas ante esa noticia.

-No necesitamos el dinero.

-No es por el dinero, necesito ser útil. –sus ojos oscuros casi negros reflejaban su angustia cuando se encontraron con los dorados. –Voy a volverme loco aquí encerrado.

La vampiro bufó.

-La última vez que lo comprobé tú sí podías salir a pleno día. –replicó con un tono más afilado de lo que pretendía. En realidad, aunque no lo admitiera, una parte de ella tenía envidia. Él podía trabajar y encima en algo que ella amaba como era la mecánica.

-Los lobos somos seres sociales, necesito más gente.

El tono de voz de Jacob fue lo que acabó por ablandar a Rosalie. El chico apenas era mayor de edad, por mucho que aparentara casi la mitad de sus veinte, y había perdido a toda su familia, a toda su manada.

Con un suspiro acabó por asentir.

-Pero más te vale comprarme algo bonito con el sueldo.

La sonrisa de Jacob fue contagiosa, aunque sólo asomara por la esquina de sus labios.

-Dalo por hecho, rubia.




Me encanta cómo va avanzando la relación entre estos dos. Rose es de mi personajes favoritos y siempre pensé cómo sería su acabara con la única compañía de Jacob🙈

No me decidía a poner un "banner" así que he puesto dos. ¿Cuá os gusta más?

¿Qué os ha parecido el capi? Recordar darle amor a la historia y comentad si os apetece, amo leer vuestras opiniones🥰🥰

Inesperado. | Rosalie x JacobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora