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Se trasladaron sólo una semana después

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Se trasladaron sólo una semana después. No tenían mucho equipaje pero viajar con una niña y dos bebés era complicado, en especial si no se quería llamar mucho la atención.

-No recordaba cómo odiaba el frío. –masculló Jacob cuando entraron en la casa que habían alquilado, una antigua granja deshabitada desde hacía años. Estaba a una hora de donde pretendían iniciar la batalla, sólo la ocuparían ellos ya que el "cuartel general" estaba en el viejo granero.

-A mí me gusta. –comentó Nessie con el rostro casi pegado al cristal de la ventana. Afuera nevaba copiosamente.

-Será algo temporal. –lo tranquilizó Rosalie.

-Eso espero. –farfulló Leah, tanto ella como Seth vivirían con ellos dado que había habitaciones de sobra para todos. –No soporto vivir con demasiada gente.

-Literalmente perteneces a una manada. –le replicó Rose con una ceja alzada mientras mecía entre los brazos a Sam.

-Ya y es suficiente con saber todos sus pensamientos cuando somos lobos. –bajó la mirada hacia la pequeña Alice, que sostenía y su tono cambió a uno más dulce. –Tu papi tiene unos pensamientos muy aburridos.

Seth soltó una carcajada apoyada por una sonrisa de Rosalie mientras Jacob se quejaba.



Consiguieron establecer cierto orden justo antes de cenar. Todo era ruido y alboroto hasta que el cansancio venció a todos. O bueno, a casi todos. Rosalie observó a Jacob tendido en un sofá con la cabeza de Renesmee apoyada sobre su hombro y cubiertos con una manta. Ambos estaban dormidos. Seth y Leah estaban en otros dos sillones, vencidos por el agotamiento. Sólo ella y el pequeño Sam se mantenían despiertos, mientras la pequeña Alice dormía al lado de su hermano.

-Conseguiré crear un mundo mejor para vosotros. –susurró Rosalie acariciando la blanquecina mejilla de su hijo. –Lo prometo.

Sam la recompensó con una amplia sonrisa, como si de verdad creyera en la posibilidad de un mundo mejor.



❆❆❆


Rosalie estaba sola cuando llamaron a la puerta. Los demás se habían ido a dar un paseo, explorar lo alrededores. En realidad, lo único que querían era jugar con la nieve y de eso tenían de sobra en esa zona. Tenía que admitir que Jacob tenía razón, ella también echaba de menos el calor.

Abrió la puerta para encontrarse cara a cara con Jasper.

-Vaya, hola, menuda sorpresa. –no lo habían visto desde hacía dos días, cuando habían llegado. No sabía qué hacía o donde estaba y no estaba segura de querer saberlo.

Inesperado. | Rosalie x JacobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora