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La primera dificultad horas antes de la batalla fue algo que tanto Rosalie como Jacob esperaban pero no por eso fue menos duro. Convencer a Renesmee de que no podía ir con ellos.
-Tienes que quedarte con tus hermanos, Ness. ¿Quién los cuidará si no? –el tono de Jacob era tranquilo, intentando entrar a razón a la niña que estaba con los brazos cruzados firmemente.
-Seth se quedará con ellos. –replicó.
-¿Y de verdad te fías de Seth cuidando a Alice y Sam? –la ceja de Rose se alzó mientras hablaba. –Si apenas sabe calentar un biberón.
Ambos adultos, acuclillados enfrente de la pequeña, pudieron ver el momento en el que Nessie compró su argumento porque la niña suspiró y dejó caer los brazos a sus costados. Su rostro se ensombreció y se mordió el labio inferior en un gesto demasiado parecido al de su madre.
-Y si...¿y si no volvéis?
Jake y Rose intercambiaron una mirada, sin saber bien cómo responder a esa pregunta sin mentirle; porque era cierto, ninguno sabía se volverían o no por mucho que lo desearan.
-Haremos todo lo posible para volver, cielo. –aseguró Rose con voz suave y apartó un rizo del rostro de su sobrina con ternura. –Tío Jasper tiene un buen plan.
-Y nada ni nadie nos alejará de ti y de tus hermanos. –prometió Jacob.
La pequeña los miró con seriedad, sus ojos marrones viajando entre ambos, y algo debió ver en sus ojos -la verdad, la firmeza de su promesa- porque acabó asintiendo y lanzándose a sus brazos.
-Si no volvéis, me enfadaré mucho. –musitó, cubierta por los brazos de aquellos que, a todos los efectos, eran sus padres.
-Volveremos. –aseguraron los dos adultos a la vez mientras la sostenían entre sus brazos como si nunca más fueran a abrazarla. Porque ambos sabían que esa era una posibilidad y les aterraba.
Seth tampoco se había tomado nada bien el verse apartado de la batalla pero alguien se tenía que quedar con los bebés y Leah insistió en que fuera él. Eso valió una pelea entre los hermanos que sólo se resolvió a la hora de despedirse para marcharse hacia el territorio de la batalla.
-Más te vale volver. –masculló Seth mientras su hermana lo ahogaba en un abrazo.
-Estarías perdido sin mí, enano. –arremetió Leah pero su tono hostil contrastaba con la lágrima que se estaba apartando de la mejilla con un movimiento brusco.
Rosalie y Jacob se despidieron de los bebés, ajenos a que quizás esa sería la última vez que verían a sus padres.
-Os amo más que a mí misma. –murmuró Rosalie besando la frente de sus hijos para después agacharse hasta estar a la altura de Nessie. –Tú eres y siempre serás mi primera hija, cariño, tú me hiciste madre. Y estoy orgullosa de ti, siempre lo estaré.