-Te recordaba mejor luchadora.
-Vete al infierno. –masculló Rosalie mientras se levantaba del suelo por cuarta vez. Jasper había organizado una sesión de entrenamiento antes de la inminente batalla.
Todos estaban allí, incluida Nessie que no se perdía detalle de las luchas pero bien cubierta con su abrigo y sentada sobre una roca. Todos menos Jacob, que había optado por quedarse con los bebés en casa.
La relación entre ambos era casi inexistente después de la confesión del lobo. Cuando estaban con los niños intentaban fingir que todo iba bien pero Renesmee no era tonta y sabía que algo pasaba aunque no lo había dicho en voz alta aún sus ojos siempre los miraban con sospecha.
-Pero sigues siendo igual de mala perdedora. –la voz de Jasper sonaba ligeramente divertida. Algo en él había cambiado desde que estaba más en contacto con el resto, quizás la esperanza de tener pronto a Alice lo había vuelto un poco más como su yo anterior a toda la tragedia.
Con un gruñido Rosalie arremetió contra él. Al menos pudo asestarle un par de puñetazos antes de que la mandara volando y su cuerpo se chocara contra un árbol. La boca le supo a sangre cuando se mordió la lengua para no soltar un quejido.
-No todas pueden ser hermosas y fuertes. –la voz de María sonaba como una serpiente arrastrándose hacia ella, lista para morder.
Rosalie la atravesó con la mirada mientras se levantaba y la vampira morena se encogió de hombros con una sonrisita desde su lugar, apoyada en un árbol cercano.
Jasper la ignoró pero dio un par de pasos hacia atrás, saliendo del círculo de lucha y colocándose cerca de Nessie.
-Leah, María. Os toca.
La enorme loba sacó los dientes en señal de conformidad y se adentró en el círculo a la vez que la vampira. Al menos Rosalie tuvo el placer de ver a María aplastada bajo el peso de las patas de Leah. Algo era algo.
Rosalie soltó un quejido cuando se acomodó en la cama esa noche. Sentía como si le hubieran dado una paliza, lo que de hecho había ocurrido. Su cuerpo nunca había recuperado todas las habilidades vampíricas aunque sabía que seguía siendo inmortal se sentía más...blanda, y eso era algo totalmente incompatible con una sesión de lucha contra Jasper.
-¿Te has roto algo?
Jacob la miraba desde la entrada de la habitación, con los brazos cruzados y una arruga de preocupación entre sus cejas. Dormían juntos para seguir fingiendo que todo iba bien aunque la rubia apenas necesitaba descansar un par de horas.
-No, sólo me duele todo. –Rosalie observó a los bebés en su cuna, cerca de la cama, dormidos plácidamente antes de dirigir la mirada hacia él. –Supongo que tendré un buen moratón, eso es todo.
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Inesperado. | Rosalie x Jacob
أدب الهواةCuando lo peor ha pasado, todo lo demás es totalmente inesperado. Y Jacob y Rosalie lo aprenderían rápido.