Un par de días después de toda esta serie de eventos, caóticos pero gratificantes; Wesley se encontraba en el departamento, ese que le habían brindado por parte de la producción, por los meses que estarían en la ciudad para el montaje del show, preparaba el desayuno, mientras hablaba con Oliver.
Le contaba sobre, Jenna, la hermana de la fotógrafa de la otra vez. Había una anécdota divertida derivada de aquel encuentro, y el fanatismo de la chica, por él.
—Fue una locura, te lo juro. Todo fue algo gracioso, no te lo voy a negar. –Si bien Oliver estaba en la pantalla, él no le prestaba mucha atención, porque seguía con lo suyo, mientras hablaba. – Esta chica, Juliet, me envío un video de su hermana, llorando, porque le había contado que conoció al hermano y sobrino de Oliver Barzagli. Y cuando le enseñó una de las fotografías que había tomado, se puso peor. –Hizo una pausa, para voltear hacia el celular. – Fue a buscar el Playbill con mi cara, para reclamarle que no era justo que ella me hubiese conocido. –Oliver no pudo contener la risa. – Había estado en el show hacia una semana, justo en mi día libre. Me pareció adorable. Luego te envío el video para que lo veas. –Volvió hacia lo que tenía sobre la estufa. – Y sí sería un lindo gesto si le envías al menos un saludo.
—Lo voy a hacer, tu solo envíame su usuario, y yo lo hago. Que sucedan esas cosas es muy lindo. Es gratificante. –Oliver iba caminando por la calle. – Es el verdadero pago hacia nuestra labor, darnos cuenta que le llegamos a las personas. –
—Sí, también es lindo verse arrastrado por la buena labor de mis personas cercanas. Que orgullo escuchar que mi tío es admirado.
—¡Me dijo tío! –Expresó con exageración, haciendo reír a Wesley. – Se siente raro, me hace sentir mucho más viejo. Pero me honra, y de algún modo, me hace sentir en paz.
—Claro, el orden natural de las cosas. –Dijo con un fingido tono áspero. – Aprovecha hoy, quizás sea la única vez que te diga así. –Volteó hacia la pantalla, frunciendo el ceño al verle entrar a lo que parecía un edificio de oficinas. - ¿En dónde andas?
—Tengo una reunión en 15 minutos. Firma de documentos, nada de otro mundo. –Esos documentos a firmar, no eran otros que los del divorcio. Pero, Wesley era el único que aún no sabía nada. Y optó por no contárselo, no aún. Sabía que el chico siempre se veía afectado por cualquier cosa que le pasara a cualquier familiar, y no quería que nada interfiriera en su desarrollo emocional. Sonaba estúpido, pero, ellos se conocían bien. – Hablando de reuniones… -Hizo una pausa para cambiar el tema. – Me enteré que el lunes estarás por acá. –Wesley bufó y negó. –
—¿Por qué no me sorprende que lo sepas?
—¡Oye! Hay una explicación a eso… Y no es que yo sea un chismoso. –Se detuvo antes de llegar a la recepción. – Estábamos reunidos, un grupo. Era un almuerzo de trabajo. Justo ahí, llegó tu mensaje. Luego él me comentó que se verían el lunes. Solo me dijo eso. –Wesley torció la boca. – Eso lo celebro, sea cual sea la conclusión de su encuentro. Solo espero todo vaya bien y… -Se interrumpió a sí mismo, observando de un lado, al parecer, había visto a alguien. – Y… -Aclaró su garganta. –Y estén bien, así sea como amigos. Principalmente como amigos. –No le dio a Wesley la oportunidad de hablar, cortó el tema, para poder cerrar la conversación. – Tengo que dejarte… Tu envíame los datos de la chica, y me encargo. Y… Suerte con Darren. –Colgó la llamada, dejando algo desconcertado a Wes. –
Al guardar el celular en su bolsillo, acomodó su saco y caminó hacia la recepción. Ahí, una hermosa rubia esperaba a que la recepcionista terminara de anotar las indicaciones que recibía por teléfono. Como quien no quisiera la cosa, se detuvo junto a ella, saludándole con confianza.
—¡Buenos días! –La mujer volteó con una expresión sorpresiva. –
—¡Oliver! No esperaba verte aquí. –Expresó con naturalidad, moviendo delicadamente su cabello. –
—¿Por qué no? –La mujer no tuvo oportunidad de responder, ya que la recepcionista se dirigió a ella. –
—¡Discúlpeme! Cosas que salen de emergencia. –Se dispensó. - ¡Buenos días!
—¡Buenos días! Tengo una cita con el licenciado Wolf. –La mujer asintió, esperando a que la rubia continuara hablando, que se anunciara, su nombre. – Sally Neumann Barzagli, y Oliver Barzagli. –Oliver arqueó la ceja, ladeando a la vez la boca. –
—¿Vienen juntos? –Preguntó la recepcionista mientras tipeaba algo en la computadora. –
—¡No! –Se adelantó Oliver. –Solo vamos al mismo lugar. –La mujer volteó a mirarle, como si no esperara esa respuesta por parte de Oliver. –
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Lazos Desenterrados
General FictionLa vida de un grupo de hermanos; que, por diversos motivos, tomaron caminos diferentes, se verá golpeada cuando uno de ellos, pierda la vida, justo un año después de la pérdida de su padre. La reunión de todos; traerá consigo no solo pena por la per...