Capítulo 28

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Todo el drama de lo ocurrido es una historia más que contada, todos la sabían. Pero fueron quienes la vivieron, los que sabían cuán difícil fue ese momento para Wesley.

Una recapitulación rápida; Wesley y Cassey se habían ido a vivir a Nueva York, ya como una pareja constituida. Pero, por diferentes razones, quizás excusas provenientes del segundo, nunca vivieron juntos. Wes, durante ese tiempo, vivía con Oliver y Sally.

Estaba todo el conflicto de Cassey con los hermanos Barzagli, no soportaba a ninguno de ellos, especialmente a Adam, quien se había convertido en una piedra en su zapato, porque siempre estaba al pendiente de Wesley. El único que pasaba, era a Oliver, pero por una cuestión de admiración.

Hubo manipulaciones, engaños, traiciones y más. Mismas que todos los hermanos se empeñaron en señalarle a Wes, pero él no hacía caso. Llegó el conflicto de la decisión de ir o no ir a L.A, lo que hizo que Cassey se volviera un poco más hostil, porque Wes estaba dudando, y más cuando Oliver intervino. Porque sí, al momento de girar la ruleta y elegir tanto sueños, como personalidad y modelos a seguir, Wesley se lo saltó y eligió directamente a Oliver y Adam.

En toda esta maraña, Cassey engañaba a Wes, con cualquiera que se le atravesara. Pero esto el chico no lo veía, ni lo aceptaba. Un día, de mera casualidad, Adam fue testigo de uno de estos engaños y amenazó a Cassey con una de las cosas que más le importaban; cerrarle las puertas con diversos proyectos en L.A. Y no se la puso fácil, no iba a dejar que simplemente terminara con Wesley, porque sabía que, si lo hacía así, solo iba a necesitar regresar un día, y lo tendría de vuelta. Le exigió que hiciera que Wesley viera esa verdadera cara. Sabía que le iba a romper el corazón, pero era necesario.

Y así lo hizo, Wesley descubrió a Cassey con alguien más, cayéndole de golpe todo lo que sus hermanos le decían.

El proceso fue difícil para el chico, muy difícil. Había caído en una fuerte depresión, porque estaba de verdad enamorado. No salía de la habitación, muchas veces no comía, y no había nada que le levantara el ánimo.
Una de esas tardes, Sally le comentaba con inquietud, todo esto a Oliver. Porque era preocupante su situación.

—Te lo digo enserio Oliver. Yo entiendo que cuando uno tiene el corazón roto, se encierra en un círculo de sufrimiento y agonía. Es natural, algunos tardan más que otros en levantarse. Pero me pone muy mal verle así. Ya ha pasado más de un mes, y todavía hay que insistir para que coma, eso no está bien.

—Lo sé, te entiendo. Créeme que no lo estoy justificando, pero los periodos depresivos en esta familia, son muy intensos.

—¿Y qué se supone que vamos a hacer? ¿Vamos a dejar que le dé algo al pobre muchacho?

—No, obviamente no. Sé que estás haciendo lo imposible por intentar sacarlo de ahí. Yo también estoy intentando hacer algo, pero ya esto va mas allá. Por eso estoy esperando a Adam. Estoy casi seguro que él podría ayudarle. –Sally respiró profundo, cruzando los brazos. –

—¿Hablaste con tu papá? –Oliver asintió. - ¿Él habló con Wesley?

—Sí, y al final, terminó diciéndome que hiciera que Adam hablara con Wesley. Que él tendría que ayudarle como se debe. –Sally frunció el ceño. –

—¿Y porque sería diferente con Adam? ¿Cómo su papá no puede ayudarlo?

—No tienes idea de lo complicado que este asunto. –Respiró profundo, pasando sus manos por su cabello. –

Varias horas después, cuando la tarde comenzaba a caer; Adam llegaba directo a casa de Oliver, este era uno de esos viajes súper exprés, en donde cruzaba medio país, solo para poder estar con Wesley. La situación era delicada, Oliver se lo dejaba claro, pero el mayor, se había cerrado en la idea del hermano mayor.

Lazos DesenterradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora