Capítulo 23

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El inesperado regreso de Cassey, colocaba a Wesley en una situación bastante extraña, porque realmente no sabía cómo sentirse al respecto. Era alguien a quien no esperaba volver a ver, por lo menos no tocando a su puerta, y sí le sorprendió, pero no podía decir que le molestaba o le alegraba verle, simplemente no entendía qué podía hacer él de regreso.

Lo que sí entendía era la reacción de Andy. Sí, para cualquier otra persona podría ser exagerada. Pero, Andy fue el primero en decirle que no confiaba en él, fue el único que insistió en que era una mala idea la relación que tenían, e incluso llegó a pedirle que no continuara con ella, porque lo desconocía.

Para ese momento, Wesley lo tomaba como una tontería. Siempre lo decía; Si Andy sobreprotege, no le prestas atención, porque él es así. Pero la verdad era que sí tenía razón con respecto a Cassey. Y con todo lo relacionado a las decisiones que pensaba tomar en su vida, por Cassey.


Hacia unos años, cuando Wesley se encontraba en esta intensa relación con Cassey, en donde para él todo era perfecto. Solo encontraba un problema en su vida; el trabajo.
Por más que lo intentaba e intentaba, no lograba encontrar algún papel en Broadway. Él quería estar ahí, y no dejaba de jugarle a la suerte. Era agobiante ver como en cada audición era rechazado, o dado de alta con la típica frase “Nosotros te llamamos”. Sabía que tenía lo que se necesitaba para estar sobre esas tablas. Y aunque podría tocar puertas off-Broadway, él anhelaba los grandes escenarios.


Para ese tiempo, vivía junto a Oliver y Sally, quienes le brindaron su techo en la ciudad, por un tiempo. Wesley apenas había acabado la universidad en Boston, donde había conocido a Cassey en una fiesta. Al poco tiempo, ya estaban juntos. Y cuando este último le propuso irse a NY, Wesley no lo dudó. Y no precisamente por lo persuasivo que podría llegar a ser Cassey, sino porque realmente deseaba adentrarse a la ciudad, adentrarse a su sueño. Y sabía que no estaría solo, mas allá de su pareja, tendría a su hermano cerca, el hermano con el que tenía más afinidad.

Ok, es cierto que durante su adolescencia había creado un vínculo especial con Andy, mismo que se vio quebrantado después de cumplir 18. Pero con Oliver era diferente, porque no solo lo veía como su hermano mayor, sino como su amigo, y hasta su modelo a seguir, profesionalmente hablando. Y aunque no compartían tanto, tenía esta afinidad arraigada, porque Wesley había crecido con él, y fue viéndole a él, que dio el paso y dijo “Quiero dedicarme al teatro musical”.

Ahora, había que volver al punto. Durante el tiempo que estuvo en Nueva York, intentando conseguir un papel; Cassey se había hecho con el papel principal en un pequeño musical que estaría una temporada limitada. Todo parecía ir en buen camino, claro, si contabas el hecho de la manipulación como algo bueno. Pero las cosas se volvieron un poco más intensas, cuando la temporada de Cassey acabó, y Wesley había conseguido un pequeño papel en el ensamble de un nuevo musical.


Una mañana, se encontraba desayunando junto a Patrick, Renzo y Andy, en una cafetería. Había sido algo improvisado, porque era muy extraño que todos coincidieran en la ciudad por trabajo. Sí, en la ciudad también estaba Oliver, pero él se encontraba hasta el cuello de trabajo, porque estaba a nada de empezar los previos de su próximo show, sí, ese que le terminaría dando su primer premio Tony. Y en ese momento, solo estaban ellos cuatro reunidos.

La conversación se había afianzado en el trabajo. Cada uno estaba en lo suyo, muy diferente el uno del otro, pero cuando le tocó a Wesley hablar, las cosas fueron un poco más allá.


—Siento que estoy corriendo en círculos. –Pasó sus manos por su cara con angustia. – No importa cuanto lo intente, siempre me doy contra la pared. Pasa el tiempo y no logro nada. –

—Créeme que todos podemos entender lo que estás pasando. –Hablaba Renzo. – Este es un negocio bastante competitivo, en donde las oportunidades son muy efímeras. Pero no por no conseguirlo a la brevedad, vas a dar un paso atrás.

—No es sencillo Wesley. –Intervino Adam. – El espectáculo, en general, es un negocio sumamente competitivo, en donde te dirán más veces que “No”, en lugar de “Sí”. Y aunque es frustrante la mayoría de las veces, si realmente lo deseas, hay que seguir. Y tú estás muy joven, tienes mucho camino por recorrer, acabas de salir de la universidad. El papel perfecto no te va a aparecer por obra y gracia a la primera.

—Oliver no terminó la universidad porque mientras estaba estudiando, obtuvo un papel en un tour por el país. –Esto más que una afirmación, sonaba como un reclamo. – A mi edad, Oliver ya había debutado en Broadway, incluso ya había actuado en “Wicked”.

—¡Ay por favor! –Se quejó Patrick. – Prácticamente todo el mundo ha estado en “Wicked”. –Al escuchar eso, Adam volteó violentamente hacia su hermano. –

—¡Patrick! –Expresó con reproche, observándole con los ojos un tanto más abiertos de lo normal. –

—Pues, yo no. –Respondió de vuelta Wesley. – Y eso me agobia.

—Bueno, pero… -Patrick hizo una pausa la notar que Adam aun le veía fijamente. Pero apenas encogió los hombros y continuó. - ¿Qué es lo que realmente buscas? ¿Hacer una carrera en el teatro o parecerte a Oliver? –Wesley torció la boca. – Porque si tu respuesta es la segunda opción, tengo que decirte, tampoco es tan sencillo, él no siempre la tuvo tan fácil. –Volteó hacia Renzo. - 

—Es cierto, porque si bien Oliver ha tenido suerte, también ha trabajado muchísimo, y lo ha intentado como un loco. Incluso, más de una vez, cayó bastante decepcionado porque a pensar de llevar una carrera, no ha conseguido el reconocimiento que esperaba. Y no es porque no se lo merezca, solo que así es este mundo. Pero ahí está, aun de pie, disfrutando de su trabajo, pero sin dejar de intentar conseguir su meta personal. Entonces, no deberías sentirte abatido solo porque las cosas no van de acuerdo al plan.

—Quizás sí deba intentarlo de otra forma. –Todos se le quedaron viendo intrigados. Wesley bebió un sorbo de su café. – Obtuve un papel, uno pequeño, ni siquiera como parte del cast central, solo una pieza del ensamble.

—¿Qué? Eso es grandioso. –Expresó Andy visiblemente emocionado. - ¿Por qué no nos habías dicho nada?

—Porque no lo voy a aceptar. –Sus tres hermanos le miraron con el ceño fruncido, sin entender. – No voy a aceptar un papel que no tiene nada impacto, solo por esta ahí. Como les dije, quizás sí deba intentar hacer las cosas de forma diferente. –Tomó aire. – Posiblemente me vaya a Los Angeles. –El desconcierto se apoderó de los tres hombres que le acompañaban, expresando un “¡¿Qué?!” al unísono. –

—¿Qué acabas de decir? –Cuestionó sin entender Renzo. –

—Quizás me vaya a L.A. Cassey me propuso hacerlo. –Andy al escuchar el nombre, viró los ojos, y lo entendió todo. – Sería una forma de empezar de cero, de hacer las cosas diferentes en otro terreno y…

—¿Te estás escuchando? –Patrick le interrumpió. – Primero, no tengo idea de quién demonios es Cassey, pero no creo que sea una persona que tenga las cosas muy claras. Hace unos minutos hiciste un berrinche porque no te daban ningún papel en Broadway, cuando resulta que sí tenías uno, pequeño, pero lo tenías. Y no quieres aceptarlo, porque ¿Alguien te dijo que mejor te fueras a Los Angeles? ¿Qué estupidez es esa? –La indignación en el tono de su hermano, era visible, y no pudo evitar sentirse pequeñito. –

—¿Qué te hace pensar en L.A las cosas serán más sencillas? –Cuestionó Renzo. – Estás en tu elemento, en el epicentro de tus sueños ¿Por qué querer salir de aquí para adentrarte a algo que no garantiza nada y que, además, es mucho más complicado?

—Bueno, que ustedes me reclamen por querer irme a Los Angeles, es algo hipócrita. Todos ustedes han estado ahí, han trabajo allá… -Volteó hacia Andy, que no decía nada, pero que le veía con pena. – Incluso tú, dejaste todo y te fuiste, olvidándote de toda tu familia.

—Sí, es cierto. Pero lo hice porque lo que quería hacer, en donde quería afianzar mi carrera, era allá, porque yo quería estudiar y trabajar allá ¿Tu de verdad quieres irte a Los Angeles?

—Cassey piensa que…

—¡No! –Andy le interrumpió, dejándole frío. – A mí no me importa lo que Cassey quiera, te estoy preguntando a ti ¿Tú quieres irte? Y quiero que me respondas como tú, no con lo que el otro quiere que tú digas, o quiere que tu hagas… -Wesley tragó fuerte y torció la boca. – ¿Cassey es quien te está haciendo compórtate así? Porque te escucho y te desconozco, es estúpido pensar que el mismo chico que pidió a los 13 años, venir a Nueva York, es quien hoy está diciendo que quiere irse a intentar otra cosa, cuando ya tiene algo en las manos. –

—Primero, no me regañes. –Fue directo Wesley. – Segundo… -Tomó aire y tragó fuerte. – Por amor se pueden hacer pequeños sacrificios que… -Patrick al escucharle, cayó en sí, sobre quien era el tal Cassey. – Todos alguna vez han hecho sacrificios por amor y…

—No quieres irte. –Andy no se lo preguntó, lo afirmó. –

—No he dicho que sí, pero tampoco he dicho que no. Es una decisión importante que… -


Wesley no logró terminar su idea, porque notó que Cassey se había adentrado a la cafetería, yendo hacia donde este se encontraba con sus hermanos. El chico, caminaba con una actitud petulante, de esos que van por el mundo como si tuvieran todo a sus pies, de los que no les gustaba dar explicaciones a nadie sobre su andar. Era mayor que Wesley, unos 6 años, más o menos. Pero su aspecto era bastante juvenil.

Se detuvo detrás de Wesley, tomándole de los hombros para hacerle voltear. El más joven de los Barzagli, le saludó con un tierno beso, bajo la mirada expectante de sus hermanos.

—Perdón por tardarme tanto. Había tráfico. –Se disculpaba Cassey acariciándole el rostro. –

—No pasa nada. Estaba platicando con mis hermanos. –El chico de ojos verdes, volteó a mirarles. – Recuerdas a Andy… -Las miradas de estos dos se cruzaron, llenas de resentimiento. Claramente a Andy no le agradaba Cassey, y ese sentimiento era mutuo. – Renzo y él, es Patrick. No se conocían aún. –El ultimo, extendió la mano para saludarle, pero el chico le miró de lado, sin extender la suya. –

—¡Oh! Pensé que era al contrario… Entonces Patrick es el que hacia el patético alivio cómico en es terrible serie de policías. –La cara del involucrado, fue de incomprensión. Este muchacho hablaba como si no estuviese presente. – Renzo vendría siendo el coreógrafo sobrevalorado. Ya me ubico. –Los gemelos se vieron el uno al otro, se habían quedado en completo silencio, no sabían qué responder. – Bien ¿Nos vamos? –Le preguntó a Wesley, ignorando a los demás. –

—Ehhhh. –La situación hizo sentir algo incómodo a Wesley, así que intentó llevar la conversación. – Estamos todos juntos aquí, vamos a quedarnos a desayunar y…

—Ellos están juntos… -Le interrumpió. – Tu y yo, tenemos una cita.

—Pero estamos aquí, podríamos quedarnos.

—¡No! –Respondió con firmeza. – No cambies lo que teníamos estipulado, tu y yo íbamos a desayunar juntos, así que nos vamos a ir a otro lugar. –Le miró fijamente, quedándose en silencio un momento. Wesley respiró profundo y asintió. – ¡Vámonos! –Prácticamente le ordenó. El chico tomó su celular y el café que tenía frente a él, para ir apartándose de sus hermanos. –

—Nos vemos luego ¿Sí? –Esperó nos segundos la respuesta de alguno de ellos, pero ninguno fue capaz de decir nada. Entonces, se fue junto a Cassey. –
  
Los tres Barzagli, se habían quedado pasmados, por lo menos Patrick y Renzo. Andy estaba muy molesto, pero solo había dejado pasar el momento.

—¿Qué fue eso? –Cuestionó Patrick. –

—¿Piensas decir algo? –Le preguntó Renzo a Andy, que solo se había quedado con el ceño fruncido, y la boca de lado. – Pensé que ibas a saltar en algún momento.

—Quería que vieran que no estaba exagerando, quería que tú te dieras cuenta que no estaba exagerando cuando te decía que Cassey manipulaba a Wesley. Que no lo decía solo por ser sobreprotector. –

—Yo no tenía idea de quién era el tal Cassey, pero… -Patrick bufó con fuerza. - ¿Digo lo que estoy pensando? –

—Es un imbécil. Eso es lo que es. –Completó Renzo, haciendo que su hermano encogiera los hombros. – ¿Quieres que te dé la razón? –Le habló a Andy. – Te la doy. El tipo es de lo peor, no le conviene a Wesley. Está claro que lo manipula, y meterle esa idea en la cabeza, es una de las peores cosas que puede hacer. La pregunta ahora es ¿Qué se supone que vas a hacer?

—¿Yo? Yo no tengo ninguna autoridad para hacer nada. Me jode esa situación, y eso que lo que acaba de pasar ahorita, fue bastante sutil.

—Me insultó. –Saltó Patrick. – En mi propia cara.

—Sí, y fue leve. Si tan solo escucharas las cosas que dice de mí. –Renzo movió la cabeza de un lado, tenía razón, él mismo lo había escuchado. – Wesley lo ha escuchado, pero está como hechizado con él ¿Qué se supone que voy a hacer? Por más que me gustaría alejarle de él, no puedo. Todo lo que le digo, le entra por un oído, y le sale por el otro. Solo escucha lo que Cassey le dice, y por lo que se ve, todos nosotros le caemos mal, menos Oliver. Entonces, cualquier cosa que le digamos, vale madres.

—Bueno, entonces que Oliver hable con él. –Habló con firmeza Patrick. – Mira, a mí me da igual lo que hagan ustedes con sus vidas, siempre y sea algo bueno. Pero que Wesley se vaya a Los Angeles, es un error, y más con el tipo ese.

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