Desperté con el primer rayo de sol filtrándose por la lona de la tienda de campaña. Aún era temprano, probablemente las seis de la mañana. Me estiré, sintiendo la frescura del aire matutino en mi piel. Giré la cabeza y vi a Dan, todavía envuelto en su saco de dormir. Su respiración era lenta y tranquila.
—Dan —susurré, tocándole suavemente el hombro—. ¿Estás despierto?
Dan abrió los ojos lentamente, parpadeando para ajustar la vista.
—Sí, ese maldito sol no para de molestarme ¿Qué hora es? —murmuró, todavía adormilado.
—Aún es temprano, alrededor de las seis. Si quieres, vamos a salir antes de que los demás se despierten.
Dan asintió, sacudiéndose el sueño. Nos movimos con cuidado, intentando no despertar a Chan y Jeongin, quienes seguían profundamente dormidos. Salimos de la tienda de campaña y respiramos el aire fresco de la mañana. El bosque estaba envuelto en una tranquila serenidad, con el canto de los pájaros y el susurro de las hojas moviéndose con la brisa.
—Vamos al río —sugerí, y Dan asintió con una sonrisa.
Caminamos en silencio hacia el río, disfrutando de la paz de la mañana. El sol apenas comenzaba a elevarse, pintando el cielo con tonos rosados y dorados. Cuando llegamos al río, el agua cristalina reflejaba el amanecer, creando un espectáculo de colores sobre la superficie.
Nos sentamos en la orilla y nos quitamos los zapatos, metiendo los pies en el agua fría. La sensación era refrescante y estimulante. Jugamos un rato, salpicándonos y riendo, disfrutando de la tranquilidad del momento. El río estaba rodeado de árboles altos y frondosos, sus hojas creando sombras danzantes en el agua.
—Esto es perfecto —dijo Dan, sonriendo mientras salpicaba agua hacia mí.
—Sí, lo es —respondí, sintiendo una paz profunda.
Después de un rato, sentí que era momento de regresar y hacer algo especial para nuestros amigos.
—¿Qué te parece si preparamos un desayuno español para sorprender a los chicos? —sugerí.
Dan sonrió, sus ojos brillaban con entusiasmo.
—¡Me parece una idea genial! Vamos a enseñarles lo que es un buen desayuno mediterráneo.
Regresamos al campamento y comenzamos a buscar los ingredientes. Teníamos pan, tomates, aceite de oliva, ajo, jamón serrano y algunas frutas frescas. Encendimos el fuego con cuidado de no hacer demasiado ruido y comenzamos a preparar todo.
Mientras Dan cortaba el pan, yo rallaba tomates y los mezclaba con un poco de sal y aceite de oliva para hacer pan con tomate. Cortamos algunas rebanadas de jamón serrano y preparamos un plato con frutas frescas. El aroma del desayuno empezó a llenar el aire, despertando lentamente a los demás.
Uno a uno, nuestros amigos comenzaron a salir de las tiendas de campaña, atraídos por el olor delicioso. Sus caras somnolientas se iluminaron al ver el festín que habíamos preparado.
—¡Wow! ¿Qué es todo esto? —preguntó Han, frotándose los ojos.
—Es un desayuno español —dijo Dan, sonriendo—. Queríamos sorprenderos y enseñaros lo que es un buen desayuno mediterráneo.
Nos sentamos todos juntos alrededor del fuego, compartiendo el desayuno y disfrutando de la compañía. La frescura de la mañana, la comida deliciosa y la amistad crearon un momento de felicidad pura. A medida que el sol seguía elevándose, el día prometía estar lleno de aventuras y risas.
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Hasta la última canción - Bang Chan - Stray Kids
FanfictionDesde que nacemos, empezamos a desarrollar gustos. Poco a poco, tenemos nuestros primeros sueños: ¡ser una princesa! ¡Tener un dinosaurio! - estos suelen ser bastantes imposibles. Conforme crecemos, llegan los más realistas - ¡Policía! ¡Médico! ¡Vet...