Antojos

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📌AU ángel y demonio.
📌 Aziraphale x Crowley.
📌 Mpreg.
📌 Están casados.

— Ese ángel siempre está pidiendo crepas, ¿qué más me pidió? —murmuraba para sí, leyendo la lista de cosas—. Chocolate, té, unas galletas, donas...

Observaba alrededor buscando las tiendas cuando el móvil sonó en sus bolsillos, sacó el artefacto contestando la llamada, era Aziraphale.

— Querido perdón que moleste nuevamente, ¿podrías comprar también sushi y unas manzanas? —pidió, haciendo pucheros aún si Crowley no lo veía.

— Ngk, ¿cuanto más vas a comer? Reventará tu estómago —le advirtió, pasando a una de las dulcerías—. El restaurante de sushi está un poco lejos, ¿esperarás a que llegue con todo?

— Esperaré —sonrió—. Y Crowley...

— ¿Algo más que desees comer?

— No querido, cómprate algo lindo con mi tarjeta.

Crowley suspiró al escuchar que colgaba la llamada, terminó de comprar en la dulcería dirigiéndose hacia las demás tiendas para terminar las compras, no iba a comprarse nada en verdad, quería llegar pronto a casa, era la tercera vez que iba de compras aquél día. Al llegar a su departamento fue recibido por el rubio, quién se le fue encima y atacó las bolsas buscando sus pedidos, a Crowley le causó gracia ver como parecía un mapache buscando sus cosas.

— ¿Y mis galletas de vainilla con crema de limón? —preguntó tomando la caja de galletas de avena—. El bebé no quiere de estas.

— No habían, pero traje el sushi.

Crowley le sonrió pero en cambio Aziraphale hizo una expresión desaprobando aquello, dejó las bolsas de compra sobre la mesa y se marchó a la habitación seguido de Crowley, se tumbó en la cama envolviendo su cuerpo entre las sábanas. Ahí estaba, la tercera perreta del día ¿cuantas más le haría? Aaah, pero Crowley había querido tener un hijo, ahora tenía que tratar con un ángel caprichoso y unos cambios de humor infernales.

— Mi esposo no me ama —comenzó a quejarse, con dramatismo—. No me trajo las galletas que le pedí, ¿ahora quién complacerá mis deseos? ¿Quién en este mundo se atreverá a comprar las galletas que me gustan?

— ¡Ya ya, voy a comprar tus galletas! —exclamó frustrado, tomando las llaves del Bentley—. Pero tienes que comerte lo que traje ahora ¿okay?

— ¿Y me traes un heladito de vainilla? —le preguntó asomando la cabeza por entre las sábanas.

— Si ángel, lo que quieras —sonrió, Aziraphale bajó de la cama fue hacia él dejando un beso en sus labios—. ¿Y de qué sabor querías las galletas?

— No, ya no quiero galletas, sólo helado, por favor.

Crowley gruñó por lo bajo con expresión de sufrimiento, sabía que eso sería un infierno, no había manera de complacer los antojos de Aziraphale.

🦔
Embarazados, en fin.

One Shots Good OmensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora