Noviecitos

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— Es precioso, sus ojos, su sonrisa, la forma de su cabello, sus manos al agarrar los libros, como sus labios se posan sobre la taza, su aroma natural. Ay, es perfecto.

Soñaba despierto, hablando en voz alta mientras el agua caliente de la tina se iba enfriando de tanto tiempo que llevaba metido ahí. Desde afuera le escuchaba su prima Beelz, quién tocó varias veces la puerta.

— Crowley, ya sal del baño, voy a llegar tarde al trabajo y debo ducharme.

Ella sabía, sabía que no debía de haberle presentado al hermano de su novio, sabía que esos dos iban a terminar así. Su móvil sonó y contestó escuchando a Gabriel del otro lado, parecía un poco harto, estresado también.

— Beelz cariño, estoy en el salón de urgencias con mi hermano, llegaré tarde al trabajo —le informó.

— ¿Qué le pasó? ¿Fue algo muy grave?

— Nada, se quemó con el agua caliente del té, todo por andar en las nubes, hoy está un poco raro.

— Ay, ya veo que no eres el único con ese problema, aquí mí primo también, está hace dos horas en el baño —pellizcó el puente de su nariz—. Envía la dirección del hospital al número de Crowley para que vaya a recoger a tu hermano.

Crowley salió viendo a Beelz, esta le empujó a un lado de la puerta para poder entrar, antes de cerrar le dio una ojeada al que andaba con la toalla en las caderas.

— ¿Qué miras?

— Vístete para que vayas a recoger a Aziraphale en la dirección que te envió Gabriel.

Tras escuchar las palabras "Aziraphale" y "recoger" se lanzó directo a su cuarto para vestirse, claro que recogería a su precioso angelito, ¿cómo no? Ya quería verlo y llenar su cara de besos.

One Shots Good OmensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora