Capítulo 8

98 14 0
                                    

Diferentes sinfonías

La Primavera de Vivaldi sonaba con el alegre cantar de los pájaros en esa esplendida y soleada mañana de domingo, en el exterior hacían veinticinco grados Celsius, había unas pequeñas nubes cumulo a lo lejos y el sol brillaba con la pasión de principios de otoño, el ambiente era mágico y el aire que se respiraba te podía sanar hasta el mayor problema en tu alma, el día parecía querer decir "alegraos humanos de estar vivos y poder disfrutar de una mañana como yo".
Mientras tanto, dentro del cuarto de dos adolescentes sonaban dos melodías completamente distintas y disruptivas con la organizada música que sonaba en el exterior; en una, la quinta sinfonía de Beethoven sonaba en su más mágico caos, una sinfonía que producía desamparo y horror a quien la escuchaba en su cabeza que no era capaz de levantarse de su cama , por el otro lado, Moorning Mood de Grieg hacía sonreír a una joven que se acababa de levantar muy animada y con ganas de lanzarse para comerse el mundo con toda su energía.

Nube

Eran ya casi las doce y media de la mañana, se había despertado a las once porque se durmió a las cuatro de la mañana jugando videojuegos y escuchando música electro a todo volumen y todavía no había hecho otra cosa que bajar y bajar por las redes sociales, con cara agotada y viendo memes y reels que le pudieran distraer del sufrimiento en el que se encontraba.

Tenía la casa sola y todo el tiempo del mundo pues sus padres se habían ido al campo, su madre se dio cuenta de que después del partido necesitaba tiempo sola: "pobre de mi pequeña, es normal, una beta ha herido su orgullo de alfa" había pensado al ver a su hija salir con las orejas bajo una capucha y el rabo entre las piernas" motivo por el cual tenía filetes de su carne favorita en la nevera.

En su cama, donde el único movimiento existente eran el de unos parpados, un dedo y a veces incluso un giro en la cama para poder encontrar una posición más cómoda era lo único que se podía apreciar desde fuera, mientras deslizaba por la pantalla llegó hasta una noticia, un comunicado de que se celebraría una manifestación en contra de "nosequecastas", estaba tan cansada que simplemente pasó de la noticia como había hecho con el resto, hasta que minutos más tarde se levantó para iniciar por fin su día, su horrendo y desastroso día.

Después de tratar de disfrutar de la carne a la que le había añadido un buen puñado de queso para que a su gusto estuviera mucho mejor, se deslizo (literalmente) hasta su habitación, limpiando así parte de la casa con la espalda de su chaqueta de estar por casa, empujó a un lado la puerta del armario y se incorporó apoyándose en los laterales de este, miro su ropa y la luz volvió a su cara "si quiero tener una mínima opción la ropa es una arma potente para poder evitar las preguntas, dependiendo de mi look si logro parecer lo suficientemente pasota tal vez le reste importancia y consiga que no le de tanta importancia como para considerarlo un cotilleo que pueda compartir"- en su mente esta idea cobraba bastante más sentido del que aparenta, "entonces me decantaré por ti y por ti, sí, esto me dará una opción". El outfit se componía de unos pantalones militares cargo, un top con cuerdas negro y una chaqueta oversize marrón, para complementar su look "intimidante" se puso unas gafas negras del chino.

"Tú puedes, tú puedes, tú puedes, tú puedes, tú puedes..." se repetía para sí misma mientras salía por la puerta de su casa.

Gaia

Eran las nueve y media de la mañana, al despertador no le dio tiempo ni siquiera de terminar su primer molesto sonido antes de recibir un duro golpe por parte de Gaia que al no controlar su fuerza acabó reseteando la configuración de este.

Tenía mucho que hacer esa mañana, era domingo, lo que significaba día de limpieza y reparaciones, así que, tras un breve desayuno compuesto por zumo, tostadas y un vaso de leche, se ató el pelo en una coleta y se puso un pañuelo cubriendo los mechones que quedaban sueltos, cogió los productos de limpieza y empezó a trabajar limpiando todo el piso, también repintó la habitación especial, que hacía meses que necesitaba una brocha de pintura, limpió la habitación extra que suponía ser para invitados, pero como nunca tenía la mantenía como un cuarto donde guardar los trastos. Por último se fue a ayudar en el orfanato de la ciudad, donde todos los domingos echaba una mano por la mañana hasta la hora de comer, la gerente del orfanato la conoció hace tres años y desde entonces estaba de voluntaria cuidando de los niños y jugando con ellos, era una especie de supervisora pero la verdad es que más que supervisar se dedicaba a jugar.

Le gustaba estar allí, era un sitio acogedor, y los niños siempre eran muy buenos con ella, de vez en cuando tenía que parar alguna pelea entre los infantes, pero estas casi nunca ocurrían, su momento favorito era cuando todos los niños se ponían de acuerdo en que ella era un dragón feroz y entonces todos se aliaban para derrotarla con sus cojines, tirándose encima de ella y persiguiéndola por el cuarto de juegos, la piscina de bolas y entre los columpios, se lo pasaba muy bien sin duda. [ esa sala eran los máximos lujos que se podía permitir el orfanato pues no recibían las ayudas suficientes por parte del ayuntamiento, de hecho Gaia ayudaba porque había falta de personal]

Después de acostar a todos los niños pequeños para su siesta tras la comida, se preparó para irse y se despidió de sus compañeras; al llegar a su casa abrió el armario con decisión y eligió cuidadosamente la ropa para tratar de lucir imponente y fuerte pero a la vez intensa, con mangas de hilo fino blanco que acababan en una corta chaqueta, combinados con un top y pantalones negros, un look capaz de hacer que cualquiera saque a la luz hasta los deseos más ocultos en su interior, se miro al espejo mientras posaba como las mujeres de esas películas de agentes secretos mientras en su cabeza sonaba un alegre "perfecto, con esto caerá", cogió dinero, llaves y salió por la puerta ya metida en su papel.

"A por ella" pensaba relamiéndose mientras se encaminaba al centro.

¿Quién eres? __//YURI OMEGAVERSE//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora