Un día como cualquier otro, Ari había descubierto a su novia siéndole infiel en su segundo aniversario. Toda su rabia y rencor lo llevaron hasta un bar, una copa de cualquier bebida alcohólica era lo que necesitaba para olvidar aunque sea por un mom...
--Andrés mamá dice que bajéis a-.-- de inmediato tanto Andrés como yo volteamos, y si, nos atraparon en medio acto. Ariana cerró lentamente la puerta y nos miramos aguantando la risa.
Digamos que nos ganó la calentura y…estábamos…teniendo sexo básicamente, y nos terminaron interrumpiendo. Aún entre risas Andrés se levantó de mi regazo, haciendo que saliera de él en el proceso, se puede decir que lo hicimos con ropa, ya que solo me bajé un poco el pantalón y Andy se quitó sus prendas inferiores.
Después de darnos un rápido beso y arreglarnos un poco, salimos de la habitación rumbo al primer piso, justo ahí se encontraba mi cuñada a los pies de las escaleras.
--¡Andrés Felipe!.-- cogió a Andrés de la oreja y este solo se quejó.
--¡Ay! ¡¿Que quieres, coño?!
--¡¿No puedes estar sin coger aunque sea un día?!.-- soltó la oreja del castaño y posó sus manos en sus caderas, Andrés pues, en su rostro se veían las ganas de matar a su hermana.
--¡Cállate, a ti no te importa mi vida sexual!.-- hasta ahora no me había involucrado, pero para evitar que estos dos se maten a putazos tengo que intervenir. Me acerqué a para abrazarlo por detrás y aunque quiso soltarse soy ciegamente un poco más fuerte que él.-- Sueltaameeeeeeeee.
Besé su mejilla y él solo hizo un puchero.-- No, buscapleitos. Bueno ¿Que era lo que querías decirnos?.-- dirigí mis palabras a Ariana que solo nos observaba.
--Oh, cierto.-- se regañó a sí misma, para volver al tema.-- os llamaba para ir a almorzar.
--¿Almorzar?.-- pronunciamos Andrés y yo al unísono confundidos, apenas eran las diez y algo de la mañana cuando llegamos y en mi mente, no había pasado más de media hora.
--Si, parece que estaban tan metidos en su mundo que no tenían noción de la hora.-- meh…tiene sentido.
--Mierda.-- lo apreté un poco y solo volvió a quejarse.
Fuimos hasta la cocina-comedor innecesariamente grande, ahí se encontraba Elizabeth y creo, un cocinero, son tan asquerosamente ricos que ni se preocupan por cocinar, total, si tienes dinero ¿Para que hacerlo cuando puedes contratar a alguien que lo haga por tí?
--¡Mamá! ¡Adivina lo que estaba haciendo tu hijo!.-- llegó Ariana corriendo con Andrés detrás de ella, como si fueran unos niños pequeños.
--¡No le hagas caso!.-- cuando logró alcanzarla comenzó a jalarle el cabello, ay Dios.
--Dejad de pelear, por el amor de Dios, sois peores que de niños.-- no me quiero ni imaginar cuando eran pequeños.-- Ari, siéntate no estés ahí parado.-- obedecí y después de sin ningún esfuerzo separar a Andrés de la mini pelea con su hermana fuimos a sentarnos, Andrés al lado de su madre y yo junto a él.
