ᑕᗩᑭITᑌᒪO 23

438 37 53
                                    

-- Entonces…¿Puedo decir que soy novio de esta preciosura?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-- Entonces…¿Puedo decir que soy novio de esta preciosura?.-- dije. Rocé nuestras narices mientras nos mirábamos a los ojos.

-- Si…~.-- arrulló mis mejillas con sus pulgares.-- Mierda, no puedo explicar con palabras lo malditamente feliz que estoy ahora.-- sonreímos. Andy juntó nuestros labios en un suave beso, abracé con más fuerza su cintura atrayendo su cuerpo al mío.

-- Estoy igual, ahora me puedo considerar el hombre más feliz de este maldito mundo.-- Andy mantenía esa hermosa sonrisa en sus labios.-- Bueno…¿Y ahora qué?

-- Emm…¿Quieres ir a por un trago? Un brindis por nuestra relación que recién empieza.

-- Suena bien pero, ¿No es muy temprano?

-- Hombre, ni que te fuera a emborrachar. Una copita de vino no le hace mal a nadie.-- terminé accediendo. Volvimos a paso lento hacia el jardín donde todo estaba decorado para el evento, todo estaba hermoso, aunque no tanto como mi guapo novio.

Nos dirigimos hasta una mesa, donde habían diferentes bocadillos, ponche y por supuesto, vino.
Andrés sirvió dos copas hasta menos de la mitad, mentiría si no admitiera lo sexy que se ve este hombre. Me trae mal, lo sé.

--Un brindis, por nosotros, mi amor.-- canturreó extendiendo una de las copas hacia mi. Tomé la copa manteniendo una sonrisa.

Chocamos nuestras copas, ambos bebimos del contenido sin apartar la mirada del contrario. Andy se acercó lentamente a mí para abrazarme del torso, correspondí reposando mi mano en su cadera. Besé su cabeza apegándolo más a mi.

Transcurrió un rato en el que Andrés y yo solo nos enfocamos en nosotros, y con eso me refiero a estar coqueteando y andar mirándonos como los bobos enamorados que somos. Todo era perfecto hasta que llegó una señora con aspecto de "Karen," si saben a lo que me refiero, a joder todo.

-- Andy, mi sobrino lindo, cuanto has crecido, eh.-- mi niño volteó a ver a esa mujer de cabello castaño oscuro con la sonrisa MÁS hipócrita que vi en mi vida.

-- Hola tía Diana, ¿Cómo ha estado?.-- en definitiva no sonaba muy feliz.

-- Oh, perfectamente, Sarai se graduó de medicina hace unos meses, posiblemente trabaje en el hospital mejor pagado de Barcelona.

-- Que bien…

-- Ay, no estés celoso, querido, tuviste tiempo de elegir un mejor futuro, ahora solo eres barista de un restaurante decadente.-- esto se va a poner feo.

-- Mire señora, no tengo ni idea de quién es usted pero quiero que sepa que el restaurante de Andrés es uno de los diez mejores en Andorra. Por si no lo sabía, ganará incluso más que esa tal Sarai, a los médicos aquí les pagan una mierda, por si no sabía, además de que es el dueño.-- ¿Qué? Debía intervenir. Nadie tiene el derecho de decir tales cosas de MI novio.

ᗷᗩᖇᗰᗩᑎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora