Un día como cualquier otro, Ari había descubierto a su novia siéndole infiel en su segundo aniversario. Toda su rabia y rencor lo llevaron hasta un bar, una copa de cualquier bebida alcohólica era lo que necesitaba para olvidar aunque sea por un mom...
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Pov's Omniconsciente
El castaño se apartó repentinamente de la ventana, sentándose en el suelo recostado a la pared, tenía miedo de lo que podía ocurrir, Samuel era literalmente un mafioso encubierto, fácilmente podría matar a todos esos policías; solo abrazó sus piernas escondiendo su rostro entre sus rodillas, sollozando, rezando que por fin lo saquen de aquella prisión, y que ninguno de los oficiales saliera herido en el proceso.
Unos momentos antes, nos concentramos en el grupo de policías que habían abierto la puerta, en total eran unos doce los que entraron, contando a Víctor, quien era el encargado especialmente del caso de su hermano, y obviamente con la posibilidad de que su hermano se encontrara en ese lugar, estaría presente, mientras el resto de la patrulla vigilaba afuera. Al entrar no vieron a nadie, estaba extrañamente tranquilo, Samuel aparentemente no se enteraba de nada, y es que el cucaracho, como le gusta nombrarlo nuestro Andy, se había quedado en su oficina escuchando música a tope en sus audífonos, tenía cierta obsesión por atormentarse los oídos. Revisaron el primer piso completo de la mansión, nada, únicamente más guardias y sirvientes, tuvieron que llamar a algunos de los de afuera.
Víctor junto a un escuadrón de cuatro fueron hacia el segundo nivel de la edificación, varias habitaciones, en alguna debía estar Andrés, solo se preguntaba en cuál. Internamente, quería encontrar primero al bastardo que secuestró a su hermano para llevarlo de inmediato a la cárcel. En las primeras habitaciones no tuvieron suerte, ya estando por la quinta, tumbaron la puerta encontrando a aquel mafioso, con un cigarrillo de lo más relajado, y siguió así, aún estando consciente de que la ley invadía su casa.
-- ¡Manos arriba! ¡Está bajo arresto! ¡Y no tiene derecho a un abogado!.-- gritó Víctor apuntándolo con su arma.
-- Ehh…señor, de hecho si tiene derecho a uno.-- el mencionado fulminó con la mirada al que decidió hablar.-- M-mejor me callo.
-- Sí, es lo mejor que puedes hacer, ahora.-- volteó dónde aún se encontraba Samuel observando todo.-- tú…
-- ¿Qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Dispararme?.-- pronunció en un tono de burla, desafiándolo ya que según él, no sería capaz.
-- Que bueno que mi cuñado no está aquí.-- murmuró refiriéndose a la verdadera pareja de su hermano. Apuntó al hombro del pelinegro y sin expresión o piedad disparó a aquella parte de su cuerpo.
-- ¡Agh! ¡Mierda!.-- sostuvo fuertemente su hombro en un intento de parar el desangrado, necesitaba una oportunidad para escapar cuanto antes.-- Dime…¿Te gustaría saber dónde está tu querido hermanito?
-- ¡¿Qué cojones hiciste con Andrés?! ¡Responde!.-- se acercó amenazante al sujeto levantándolo por el cuello de la camisa.
-- N-no lo sé, tal vez esté en un lugar mejor, si sabes a lo que me refiero.-- Víctor abrió los ojos como platos, estupefacto. No quería creerle, pero algo le decía que en verdad sería, o fue capaz, de hacerle algo al castaño.
