Love Gummy - SHIMKONGZ.

056

[ Paso Final ]

Hacer a Gyuvin estallar

El ser humano tiende a expresar sus emociones a través de la música, pintura o literatura, en los deportes e incluso durante su entorno social contando sus penas a sus conocidos. Sin embargo, ¿a dónde se van todas esas emociones que nunca expresas? ¿Existe un lugar para los sentimientos ocultos? No puedes contener los sentimientos bajo presión, porque algún día... Estallas.

Zhang Hao conocía la importancia de este paso. Si este paso fallaba, todo el plan se iría al carajo.

Aunque era fácil, el pelirrojo había notado como era que el menor había estado actuando distante. Estaba guardando muchas cosas para si mismo, y sin tener a Jiwoong para desahogarse, era sólo cuestión de tiempo.

Todo estaba bien, sólo debía esperar la hora del almuerzo. Y soltaría el detonante.

¿El detonante? Sencillo.

Lee Jeonghyeon, de la clase F.

Un chico que fácilmente puede catalogarse como carismático y sumamente atractivo, dueño de múltiples suspiros. Aunque totalmente gay a conocimiento público.

El chico camina con seguridad fuera del aula donde estuvo hablando con Zhanghao, quien a cambio de ayudarlo accedió a salir con él, y no podía estar más satisfecho.

¿Han escuchado que todas las personas tienen un precio? Pues Hao se sentía culpable por saber que el de Jeonghyeon era tan barato.

La cafetería estaba en su barullo usual; podía escucharse la sinfonía de cubiertos y risas escandalosas contando alguna broma dentro de su grupo con amigos. Es entonces cuando el chico de piel tostada y sonrisa radiante entra con actitud nerviosa, tomando el papel que Zhanghao le había dictado. Debía fingir muy bien para poder conseguir su cita.

Gyuvin no está demasiado lejos del susodicho, al que ignora completamente sin deparar a donde es que se dirige. Pues está más concentrado en cuestionarse la ausencia del pelinegro, francamente lo extraña.

¿Había sido porque lo rechazó? ¿Había perdido a su único amigo?

No quería perder su amistad, no podía perderlo por algo tan...

Sus pensamientos se ven interrumpidos por un silencio sofocante, seguido de murmuros alrededor de la cafetería, todos mirando en la misma dirección. Gyuvin no pudo evitar mirar también.

¿Ese es Lee Jeonghyeon con un ramo de rosas?

El espacio se vuelve denso cuando el chico llama al nombre de Ricky, toca su hombro y espera pacientemente a conseguir su atención.

¿Qué demonios estaba pasando aquí?

ㅡ ¿Jeonghyeon? ¿Te sientes bien? ㅡcuestionó Ricky al darse vuelta, intercalando miradas confundidas entre el rostro del chico y el ramo que llevaba entre brazos.

ㅡ Yo...Me armé de valor para venir hasta ti, Ricky-ah. Eres un chico sumamente inteligente y atractivo, tienes una personalidad maravillosa y... me gustas. ㅡel mundo enmudeció ante la confesión de aquel chico, incluso el rostro del rubio fue un divino poema.

Gyuvin no daba crédito a lo que escuchaba.

¿Quién era ese idiota para decir todo eso? ¡Nadie conocía a Ricky como él!

El mayor estaba atónito. Un chico se le estaba declarando a mitad de la cafetería. Por alguna razón su mirada viajó hasta cierto azabache, quien nada más verlo desvió su vista a la comida y siguió en lo suyo como si nada pasara alrededor. Ricky bajó la mirada, suspirando.

ㅡ Es muy lindo de tu parte pero...

Gyuvin intentó con todas sus ganas hacer oídos sordos a la escenita que se montaban esos dos, hasta que muchos grititos ahogados llamaron nuevamente su atención; aquel atrevido chico estaba besando al rubio justo frente a todos.

Sintió que la sangre bajaba hasta sus tobillos. No quería ver eso, ¿por qué dolía, maldita sea?

Rickt había estaba enamorado de él, de él y nada más. Ricky...

El almuerzo que había estado ingiriendo le revolvió el estómago ante tantos sentimientos girando alrededor y antes de seguir pensando, salió de ahí tratando de huir.

Siempre huyendo.

El sentimiento amargo y náuseoso pareció aplacar al salir de ese lugar, lo que agradeció internamente. Ahora se dedicaba a buscar algún lugar donde sentarse para ¿llorar? Tal vez maldecir, y quien sabe, golpear algo.

El pasillo estaba desértico, al menos eso dedujo hasta que sus pasos resonaron en conjunto con alguien más.

Apenas alzó la mirada, el nudo de su garganta se tensó.

ㅡ ¿Gyuvin? ¿Estás bien? ㅡla voz del pelinegro llegó hasta sus oídos, sonando tan preocupada como suave.

ㅡ H-Hyung...ㅡlas lágrimas retenidas comenzaron a caer por sobre sus mejillas, incapaz de controlar el torbellino de sentimientos. Él aceptaba que aquella escena en la cafetería había sido un golpe bajo a su orgullo.

ㅡ ¿Qué pasa, niño? ㅡtemiendo que Zhanghao tuviera algo que ver con su estado de ánimo, sintió ganas de matarlo, pues su estúpido plan había hecho llorar a Gyuvin.

Eso no era parte del trato.

ㅡ Me duele aquí...ㅡseñaló su pecho, donde ambos supondrían que se hallaba el corazón.

Jiwoong recordaba vagamente que debía encarar a Gyuvin.

ㅡ ¿Por qué?

ㅡ N-No lo sé, estoy enojado y...

ㅡ ¿Enojado? ㅡla confusión se vió reflejada en su rostro, mientras fruncía el ceño.

¿Ahora que había hecho Zhanghao?

ㅡ Él está con alguien más, el idiota es...

ㅡ ¿Ricky?

ㅡ ¿Cómo lo sabes? ㅡle miró confundido, tratando de secar sus lágrimas.

ㅡ Es al único que llamas idiota. ㅡsonrió por lo bajoㅡ Te hizo llorar. ㅡaclaróㅡ Iré a romperle la nariz a ese imbécil justo ahora, se paso de la raya. ㅡel pelinegro hizo ademán de irse decidido con su mejor mirada molesta y fulminante.

ㅡ ¡¿Qué?! ¡No, hyung! ㅡlo detuvo al instante, Jiwoong no tenía la mejor reputación del mundo. Sabía que sí era capaz de golpearloㅡ No le hagas daño. ㅡmurmuró con vergüenza.

ㅡ Pero él... ¿Ricky? ㅡel pelinegro miró por sobre el hombro del menor, viendo al rubio con expresión confundida. El ramo de rosas entre sus manos explicaba lo que había seguido en el plan.

El azabache volteó al instante para mirarlo, su rostro enrojecido en cólera nada más de verlo.

ㅡ ¡Eres un estúpido traidor! ㅡle gritó con suma molestia, más hastiado de ver el dichoso ramo.

ㅡ ¿Disculpa?

El mayor de todos temió por la próxima discusión, pero prefirió irse dejándolos solos. No quería ser participe de un homicidio.