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[ D Í A 001 ]


Lunes.

Gyuvin no era apático frente a los lunes, pero especialmente hoy no deseaba ir al colegio. No quería ver al irritante rubio, se arrepentía de aceptar su trato. Solo iba a aprovechar para molestarlo sin inhibiciones.

¿Por qué no lo pensó antes? Si tan sólo no hubiera estado babeando mentalmente por pensar en golosinas, habría usado su completo raciocinio para negarse rotundamente.

Resopló resignado, tendría que ir. Ni siquiera deseaba abrir los ojos y salir de la cama, empezar el día era la parte más difícil de cada mañana.

ㅡ¡Kim Gyuvin! ¡Se te hará tarde! ¿Qué se supone que haces aún babeando?¡ARRIBA! ¡ARRIBA! ¡Nuevo día, nuevas oportunidades! ㅡla mujer azabache de menuda estatura arrasó cuál remolino, abriendo cada cortina que adornaba el cuarto de su único hijo. Apenas su habitación tuvo la iluminación suficiente para cegarlo, su progenitora abandonó el espacio para hacerle algo de desayunar.

Gyuvin suspiró. Bien. Ahí iba.






— ♥︎ —






Usualmente no iba por el mundo deseándole maldades a las personas, pero justamente hoy suplicaba porque Ricky pezcara al menos un resfriado. Entonces faltaría a clases y se liberaría de su inocente trato, ingrata fue su sorpresa al toparlo leyendo al final del aula.

¿Siempre estaba leyendo? ¿Cómo es que no lo había notado? ¿Y por qué le toma atención ahora? Bufó, pasando de largo el flujo de sus pensamientos.

Ignoró olímpicamente su presencia al fondo, y fue a su pupitre; todos sus pensamientos negativos se fueron al desagüe cuando vió la bolsita de gominolas atada con un lazo color lila. Sonrió, mirando la nota.

❝ Puedo ver galaxias
completas en tus ojos;
pero tu no puedes ver
ni una sola estrella en los míos ❞
ㅡ O4


La sonrisa de Gyuvin se desvaneció hasta quedar en una mueca confundida e inconforme. ¿Cómo esperaba su chico misterioso que mirara sus ojos? A menos que... ¿Lo conociera?

Su análisis se vió interrumpido por el típico rechinar de la puerta del aula, anunciando que su flojo profesor de aritmética había llegado.

El menor de la clase se limitó a disfrutar del regalo mientras sentía un nudo en su estómago. Era dulce, y amargo.

Dulce en sus labios, y amargo en su corazón. Disfrazando la corazonada en un simple malestar.

Los tortuosos segundos se volvieron minutos, y los minutos en horas. Horas que terminaron en un sufrimiento gracias a las tareas que les dejaron. El profesor abandonó el aula mientras el resto se reunía para hacer sus planes de almuerzo. Gyuvin sólo pudo quedarse ahí, mirando la pizarra tachada con plumón difuminado.

ㅡ ¿Te piensas quedar ahí todo el día, rata? ㅡuna profunda voz, con la cual comenzaba a alucinar, se burló de él a sus espaldas.

ㅡ Deja de... llamarme así. ㅡgruñó, dentro de un bufido.

Ricky sonrió, complacido de hacerlo exasperar, y le robó una de sus gomitas con el único objetivo de hacerlo enfadar.¿Pues qué más si no?

ㅡ ¡Hey! No toques. ㅡel azabache no dudó en dar un manotazo al rubio ladrón, quien sonrió en grande.

ㅡ Sólo fue una. ㅡla comió sin culpa alguna, ignorando su pobre advertenciaㅡ Vamos a comer, y deja de enojarte o te saldrán arrugas a temprana edad.

Love Gummy - SHIMKONGZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora