Loreto abrió la puerta de su casa. No tuvo que llamar. Su madre apareció al momento, saliendo de la sala.
—¿Cómo está Luciana?
—Quiere vivir —dijo suavemente ella.
—Pero... —la mujer pareció no entender el significado de sus palabras.
—Mamá.
La abrazó, con fuerza, a pesar de su debilidad. Detrás de las dos apareció su padre. Tampoco él pareció entender qué sucedía.
—Loreto, ¿qué te pasa? —quiso saber su madre.
—Estoy enferma, mamá, pero quiero curarme.
Era la primera vez que lo decía en voz alta. Los psiquiatras se lo habían dicho decenas de veces: todo terminaba con la aceptación de la enfermedad por su parte. Ése era el primer paso.
—Loreto...
—Yo también quiero vivir —suspiró su hija—. Ayudadme, por favor.
Continuaban abrazadas, así que la mujer no pudo ver su cara, inundada de dolorosa pero firme paz. Su padre en cambio sí la vio. Él las abrazó a las dos.
Entonces Loreto cerró los ojos, y su mente volvió junto a Luciana. Libre.
Su voz seguía allí.
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Campos de Fresas - Jordi Sierra i Fabra
Genç Kurgu________ Luciana, 17 años, está en coma por haber ingerido una pastilla de éxtasis. Es «el día siguiente». Mientras sus amigos se preguntan qué ha pasado, Eloy, el chico que la ama, busca desesperado al camello que le vendió la pastilla para tratar...