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Semanas después.

Falta poco para mi cumpleaños y no estoy nada emocionada al respecto. Yoongi no volvió, así que ya asumo lo que pasó en esa entrega.

Sin embargo, no quise preocuparme por eso, en su lugar, corté cualquier lazo con esos protagonistas.

Le dije a mi padre que cancelaría el compromiso con Jimin, además de que cambiaría de escolta porque Taehyung extendió su permiso de vacaciones, simplemente quité cualquier conexión o pretexto con el que podamos vernos de nuevo, volviendonos desconocidos.

Con Yoongi no es muy difícil, ya que él es quién me buscaba, ahora no tendré a nadie entrando por mi ventana.

Pero no todo es tan malo, estoy cubriendo esos vacíos con nuevas experiencias.

Yurim y yo intercambiamos cartas y nos visitamos, además, Seokjin también me visita seguido y tomamos el té mientras tenemos alguna conversación seria, cosa que me ayuda bastante a superar esto.

Hoy decidí salir, no quería encerrarme en mi habitación sintiéndome triste, así que el aire del pueblo y las personas alegres aquí son una bandita para la herida.

Además recordé una cosa, esa panadería a la que mencioné ir.

Anne me sigue de cerca junto a un nuevo escolta asignado por mi padre, ambos solo caminan detrás de mí mientras llegamos a la panadería.

Ahora que el pueblo sabe quién es la princesa, me saludan educadamente y sonríen cómo si fuera algo espectacular.

No me siento incomoda, pero es extraño, un poco.

–Es aquí. Estaré bien por mi cuenta, pueden dar un paseo y volver cuando el sol esté en esa dirección–, indico.

El escolta duda, pero Anne, acostumbrada, le hace entender que todo está bien.

Creo que llamo más la atención con ellos siguiendome, es por eso que les pedí que se fueran.

Anne se despide, llevándose al escolta para darme mi espacio.

Yo solo sonrío y entro en la panadería. De inmediato el olor a pan y galletas recien horneadas me envuelve.

–Bienve.....alteza–, Namjoon se impresiona.

Solo hay cuatro personas aquí, Namjoon, alguien a su lado que parece trabajar aquí, una señora comprando un poco de pan y yo.

Afortunadamente somos pocos.

–Hola, espero no sea un mal momento–, digo.

Namjoon se limpia las manos, quitándose un mandil y dejándolo a un lado.

–No, para nada, siempre es bienvenida–, sonríe.

Imito su acción y asiento levemente. –Me sentaré por ahí–, indico una mesa

–¡Oh!, por supuesto, le llevaré su pedido, ¿Hay algo que deseé probar?–, me mira con atención.

–Quiero probar esas galletas de antes, ¿Tiene tiempo?, me gustaría conversar sobre algo–

¿Qué es más terapéutico que comer?, cocinar. Al menos para mí, en mi mundo original hacía algunos postres cuando tenía tiempo, para sobrellevar el estrés del trabajo y toda mi vida en general.

–Por supuesto, estaré ahí un momento, siéntese–, me lleva a la mesa.

Me siento y él rápidamente va con el otro empleado, el cual atendía a la señora.

Ella al verme me saluda educadamente, por lo que solo hago un gesto con la cabeza y doy un ligera sonrisa.

El empleado está sonrojado y no me ve, se ve desde lejos que está nervioso.

𝓞𝓷𝓬𝓮 𝓾𝓹𝓸𝓷 𝓪 𝓽𝓲𝓶𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora