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- ¡Eso, Tom!- Alentaba Chantelle al ver a Tom correr y dar vueltas por la pista, la cual se encontraba alejada de la ciudad y de la sociedad. Era algo similar al callejón de la primera carrera, solamente que este era utilizado únicamente para prácticas.

El de trenzas se encontraba acompañado por todo su grupo de amigos, el cual no había dejado de reflexionar luego de lo que había dicho Bill sobre ellos.

- Bueno, no lo sería si no hubiera personas que juzgan a cualquier ser humano que respire diferente a ellos.-

Se encontraba dando vueltas y vueltas por la pista, frustrado y sin pensar en sus movimientos. No sabía el por qué de su frustración pero si sabía quien era el culpable. Frenó de golpe luego de sus incontables vueltas, saliendo del auto para reencontrarse con sus amigos. Georg, Sparky, Blas, y Chantelle y su novia.

- Has mejorado demasiado, si continúas así llegarás a las finales.- Habló Georg golpeándole el hombro a Tom.

- No hay tal vez, llegaré si o si.- Afirmó el mayor re-acomodando su bandana blanca.

A Tom no le molestaba demostrar el alto ego que cargaba, es más, era lo que le atraía a todas las chicas con las que estuvo. Era algo que lo diferenciaba al encontrarse con Bill, con él se comportaba más nervioso de lo normal, y no sabía el por qué de eso. Parecía que con él si le importaba cada cosa que iba a decir.

Todos sus amigos le habían felicitado por haber rotó un récord de vueltas dadas en cuestión de minutos, pero a Tom realmente no le apasionaba esto, últimamente se sentía menos motivado consigo mismo, quería hacer otras cosas, deseaba salir de la rutina, de salir siempre con sus mismos amigos y de estar encerrado aquí en Leipzig.

Ahora que lo veía, podía admirar como Bill era un ser con mucha más libertad que Tom, sabía que pronto tendría que dejar todos estos temas "ilícitos" para cumplir con el deseo de su padre en su empresa, bien, era un puesto de trabajo garantizado, pero no era lo que le apasionaba a Tom, no sabía que le apasionaba verdaderamente, sabía que esto de las carreras solamente surgió por mero aburrimiento y que no iba a ser algo duradero. Bill en cambio, parecía ser alguien más seguro de sí mismo, parecía estar feliz con sus pocos amigos y con su carrera actual, era alguien mucho más independiente que el mayor.

Tom suponía que eso le envidiaba al menor, pero a la vez, parecía ser alguien con demasiada inseguridad de mostrar su verdadero ser, era alguien de perfil bajo y que prefería ocultar sus habilidades, que solamente lo hacían ver aún más genial y misterioso de lo que ya aparentaba.

Tom vuelve a la realidad al escuchar hablar a uno de sus amigos.

- ¿Te acuerdas del maricon de aquel día, que parecía estar confiado de ganarle a Tom?- Se rió Sparky y sus demás amigos le siguieron la corriente.

Al final y al cabo, Bill tenía razón, sus amigos eran una mierda de personas y Tom nunca se había percatado de la mierda que eran sus actitudes. Tampoco parecían tener vergüenza al demostrar sus opiniones sobre los otros, siempre preferían juzgar antes de ver lo que era la realidad.

El chico ya se sentía completamente irritado por la presencia de sus amigos, si fuera por él ya se hubiera ido a la mierda, pero prefería estar mal acompañado que solo. Sus amigos continuaban hablando de cosas que Tom no tenía idea, ni que tampoco le interesaran en lo más mínimo, solo miraba con su rostro neutral, mostrando indiferencia en la conversación.

corredores | TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora