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Aquel encuentro que había logrado curar cualquier tristeza dentro de Tom, se había dado por finalizado al llegar a su casa, luego de volver aferrado a la cintura de su chico mientras él aceleraba felizmente sobre su motocicleta.

- ¿Nos vemos el lunes?- Interrumpió el triste silencio que siempre se generaba cuando era hora de despedirse.

- Si...- Asintió Bill luego de un suspiro. - Duerme bien.-

- ¿Me escribirás?- Cuestionó ahora, ansioso.

- Si, Tomi.- Volvió a contestar. - ¿Qué te tiene tan preocupado?-

La verdad era que, sentía que luego de haber estropeado su relación cada vez que se daba la oportunidad, la confianza de Bill había desvanecido en él.

- No lo sé...- Se encogió de brazos manteniendo su mirada al suelo. - Nos hablamos.- Dijo en forma de saludo, levantando apenas su mano e inmediatamente dándose la vuelta para entrar a su casa.

El menor pudo notar el comportamiento extraño de Tom, realmente no sabía a qué se debía pero tampoco se encontraba necesitado de indagar el por qué. Suspiró y se volvió a colocar el casco para emprender camino vuelta a casa luego de aquella larga noche.

...

La puerta se abrió lentamente al introducir la llave, con la mayor intención de ser cauteloso, entró a su casa, con los pasos más suaves posibles, pero su plan fue abruptamente interrumpido por las luces.

- Creías que te ibas a salvar de mi?- Habló ahora Andreas, quien se encontraba junto al interruptor de la luz.

- Andy...- Suspiró rendido al ser encontrado por su hermano, sabía que ahora tendría que comerse la interrogación de su hermano.

- ¿Te importaría explicar?- Se cruzó de brazos luego de hablar.

- Tengo sueño.- Se quejó por el comportamiento tan insoportable que llevaba Andreas. Se llevó una mano a su frente, acariciandola por la frustración.

- ¿Piensas que yo no?- Contestó con una mano en su pecho, acercándose a Bill. - ¿Cómo te piensas que está tu hermano luego de esperarte toda la noche?-

Se encogió de brazos, mostrando su enfado. - No lo sé, ¿Ok?- Optó por no continuar una conversación que no terminaría en nada bueno.

- Bill.- Volvió a hablar, siguiéndole los pasos.
- Donde carajos estuviste.-

- ¿Qué te importa?- La paciencia del pelinegro estaba a su límite a este punto. - Tengo veinte años, no entiendo por qué te metes.-

- Porque me preocupo por ti.- Intentó desafiar a su hermano, cogiendole del hombro antes de que pudiera encerrarse en su habitación y evitarlo.
- Solamente estoy intentando protegerte.-

- Bueno, tal vez no necesitas protegerme.- Le contestó intentando soltarse del agarre de su hermano. - No voy a dejar una chica embarazada como tú, si eso es lo que te preocupa.- Reiteró, logrando que Andreas lentamente soltara su mano del hombro de Bill, simplemente dirigiéndole una mirada decepcionado.

- Bill.- Respondió a secas, antes de tomar un suspiro y continuar hablando - ¿Por qué estás tan raro?-

- Son cosas tuyas.- Contestó amenazante Bill.

La tolerancia de Andreas había explotado, luego de tenerle tanta paciencia para lograr entablar una conversación con Bill, fue en vano, su ira se desprendió al segundo.

- Todo esto por permitir a ese rapero entrar a casa.-  Rió, intentando provocar a Bill.

- ¿Te das cuenta de lo que dices?- Replicó, logrando hacer enojar aún más a Bill. - No metas a Tom en esto.-

corredores | TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora