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Ignorando a sus amigos, intentando mantener su calma, se dirigió hacia Bill quien estaba siendo apoyado por todo su grupo. Planeaba felicitarlo él también, y aprovechar para irse ellos dos solos, no lo había visto hace bastante y tampoco planeaba enojarse con él por una estúpida carrera. Estaba feliz por él, solamente que lo había tomado por sorpresa.

- Bill.- Habló llamándole, interrumpiendo la fiesta que se estaban montando todos sus amigos. De repente, todos se callaron al escuchar su voz y la expresión en el rostro de Bill, cambió por completo, como la de sus amigos.

- Vámonos, Bill.- Habló Natalie cogiendole el brazo. - Se nos hace tarde.- Y sin más iniciaron a arrastrarlo fuera del callejón, con el fin de retirarse de ahí.

- Ey, te estoy hablando.- Insistió el trenzado, siguiéndole los pasos. - Bill.- Lo llamaba mientras lo observaba continuar sus pasos dado vuelta de él mientras sus amigos continuaban con sus risitas insoportables. Parecían estar ignorándolo. Mierda, ya sabía que no les caía bien pero no había necesidad de comportarse así, no había hecho nada malo, o al menos eso creía.

De repente, Bill frenó sus pasos por fin y se dio vuelta, dejando a sus amigos esperando. - Los alcanzó más tarde, ¿Si?- Indicando que quería hablar con Tom, aunque ellos no supieran de su "relación", no tenían intenciones de dirigirle la palabra Tom, menos por lo que había sucedido entre Natalie y Chantelle. Ante la petición de Bill, ellos simplemente asintieron y siguieron de largo, dejando a Tom y Bill, solos y alejados de las otras personas.

- ¿Tenías algo que decirme...?- Cuestionó Bill al darse la vuelta, era notoria su incomodidad.

- Te felicito.- Le dijo mostrándole una sonrisa genuina.

- Gracias.- Contestó sin más. - Bien. Me iré.- No quería continuar sintiéndose peor, menos viéndole el rostro a la persona que lo arruinó por completo en cuestión de 24 horas. Rápidamente se dió vuelta para retomar sus pasos y no tener que continuar una conversación forzada con el trenzado.

- Bill.- Habló Tom, cogiendole del brazo, no podía dejarle ir sin más, no sabía de qué, pero necesitaba más. - ¿Qué pasa contigo?- Rió al notar el berrinche de Bill. Pero el menor no parecía estar riéndose en lo absoluto, estaba en completo silencio, aún sin verle a los ojos a Tom pero siendo sostenido por su mano.

- Sueltame.- Gruñó soltándose de su agarre y comenzó su camino de vuelta, nuevamente.

Pero Tom no se quedaría de brazos cruzados, como había hecho antes, volvió a seguirle y le insistió, cogiendolo otra vez. - No, vamos.- Intentó hacerle verle los ojos. - ¿Qué te pasa?-

- Nada.- Bufó. - Dime tú.-

- ¿Yo?- Lo miro confundido, soltándole el brazo. - ¿Qué hice ahora?-

- Tom.- Habló al darse vuelta y pararse firme ante el trenzado. - ¿Qué somos?-

La pregunta de Bill lo había dejado en trance. Era difícil contestar a eso porque ninguno de los dos sabía bien como darle una respuesta a eso. - Bill, ya lo hablamos...- Suspiró y nervioso inició a acariciarse la nuca.

- ¿Y por qué no volver a hacerlo?- Ahora parecía que el menor estaba testeando la paciencia de Tom.

- Bien, Bill. No lo sé, ¿Eso querías escuchar?- Contestó encogiéndose de hombros, ya se había enojado.

El menor resopló al escuchar la respuesta, ahora enojada de Tom. - Bien.- Y no pudo evitar volver a su estado débil cuando se enteró de lo que había hecho Tom. Estaba intentando permanecer fuerte al verle el rostro y tener que mandarlo a la mierda. - Suerte con tu novia.- Juntó valor y habló, largándose de ahí.

corredores | TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora