Lauren pretendía ir a estudiar algunas frases y escrituras árabes del diccionario pero sin duda esta imagen era mucho más fuerte que mil hombres juntos. Un hombre acariciaba el vientre de la hija mayor de los Musalem que se movía serpenteadamente.
Lo estaba haciendo otra vez ante su prometido, estaba bailando Belly Dance. Tenía su rostro al descubierto. Azhaar quería sentir con su palma la piel oscilante de su futura Za'oga (esposa), y poder disfrutar de cómo la cintura de la chica se movía tan fácilmente.
A la ojiverde le llamaba profundamente la atención todo esto y aunque la mujer que bailaba no era precisamente de su agrado, si que sabía moverse. El hombre de tez morena y ojos grises quería darle un beso, pero la chica se alejaba juguetonamente para después pararse encima de un mueble en medio de la sala de estar.
Lauren se preguntaba, si eso estaba permitido. Rashid orgullosamente había mencionado que su hija mayor iba a casarse pero de las costumbres musulmanas en el matrimonio no le había dicho cosa alguna. Apoyó su cuerpo juvenil en un pilar para secretamente mirar la escena, decir que no quería presenciar su baile sería mentir, porqué seguía detenidamente cada movimiento de la morena.
Su caderín y las monedillas en ella se movían incesantemente mientras giraba con las manos en su cabello. Era obvio que Camila disfrutaba esto, el bailar. Se le notaba la pasión y la seducción.
El cuerpo de Lauren recibía todos esos estímulos visuales y canalizaba las respuestas a su parte baja. ¿Es que era un baile hipnotizante? Recordó cuando la vió bailar por primera vez en la privacidad de su habitación. No quería ser noqueada otra vez con la radio en la nuca, pero es que no era consciente de ella misma si veía una mujer moverse tan bien como el vaivén de las olas marinas.
Musalem tomaba su ondulado cabello castaño y lo dejaba caer una y otra vez sobre sus hombros. Su trasero y sus piernas las movía al ritmo de las palmas de Azhaar. Reclinó su cuerpo hacia atrás mientras su cintura quedaba en posición horizontal, con un brazalete en el vientre que se levantaba cada vez que el oscilante ombligo de la chica lo hacía.
Luego se levantó para mirar a Azhaar pero lo que vio no fue lo que esperaba. La extranjera estaba absorta en ella. Camila no había parado de bailar pero ahora más que moverse sensualmente para su prometido, lo hacía para ella. Fue en ese segundo en que sus miradas colisionaron.
¿Era posible que Lauren no supiera que pronto tendría una nueva vulnerabilidad?
Luego de que Camila rompiera el cruce de miradas, decidió irse para no recibir otro golpe en la cabeza, y caminó silenciosamente hacia su habitación.
—Voy a mi habitación y vuelvo —Camila se dirigió a su prometido.
El árabe no fue conciente del real motivo por el que la morena caminaba hacia otro sector, y aprovechó para tomar su teléfono y marcar a su padre en Dubai.
Mientras, la chica avergonzada y con ira acumulada daba pasos hacia la habitación de la extranjera. La vio sentada encima de un mueble con un libro a mano y la mirada fija en su contenido
—¡¿Qué haces espiándome otra vez?! —le gritó en árabe.
La ojiverde alzó una vista con el ceño fruncido, si pudiera hablar árabe le preguntaría qué quería, pero no sabía hacerlo, y prefería no cruzar palabra con la hija mayor de Rashid.
—¡Eres una pervertida! —levantó su mano para golpearle la mejilla pero los reflejos de la ojiverde eran más rápidos.
Le sostuvo la muñeca mientras sin darse cuenta bajaba la vista a su traje y lo muy expuesto que su cuerpo y piel quedaban. Fue en ese momento que Yazmín había escuchado a su hermana enojada y corrió para ver que le sucedía.
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『 Harām 』─ {Camren}
Hayran Kurgu"Uno no elige a su familia, su país o costumbre. Antes de llegar a este mundo ya tenemos asignado un lugar." Por más que las personas le dijeran eso, ella seguía odiando su origen. ¿Acaso debía agradecerle a Dios por tener a sus padres narcotrafican...