{..Camila POV..}
Sentí bajo mis pies el sonido de su cuerpo al chocar con el suelo. Se había golpeado la cabeza y aunque mis intenciones eran esas, me dio pavor verla inerte. ¿La había matado? Los trozos de la radio estaban esparcidos encima de su espalda, el CD estaba lejos de mí, resortes y otros metales se encontraban entre sus negros cabellos.
Decidida a que sus malas intenciones no fueran cumplidas, arrastré a esa delincuente por el brazo hasta algún armario cercano. No me cabían dudas de que iba a secuestrarme y pedir dinero a cambio de mi liberación, papá es un hombre con dinero y con un cargo importante en el país, mi prometido es hijo de un famoso empresario en Arabia Saudita.
La chica pesaba bastante, apenas podía con su cuerpo vestido de forma extraña, de hecho, sus rasgos y todo daban a entender que no era de aquí. ¿Sería de alguna mafia? El pánico ante esa idea surgió tan fuerte que me apresuré a esconderla en un armario. Papá debía saber qué demonios estaba pasando y que la seguridad en esta casa era pésima. Mi cuerpo temblaba aún porque fue increíblemente potente el trauma de verme en peligro. Ajusté mi ropa de mejor forma porque dice Allah en el Corán: "No os acicaléis como lo hacían las mujeres de la época del paganismo".
Aunque, debía decirlo, las interpretaciones varían mucho y no estábamos en una época antigua. Por ejemplo, baba me permite bailar múltiples danzas en un famoso teatro en Rabat, eso significa que parte de mi cuerpo queda expuesto y contradeciría todo lo que dice los profetas. Era una lucha y crítica que recibía por parte de mis abuelos sobre nuestra forma de vivir, aunque, tampoco deben imaginarse que vivo en el libertinaje porque sea como sea, debo ser una mujer recatada.
Ajusté mi Hiyáb alrededor de mi cabello mientras caminaba buscando a papá. De hecho, al verlo parado leyendo para sí el Corán me dio mucha tranquilidad. Corrí hasta él y lo abracé angustiada.
—Baba, baba, necesito mostrarte algo que entró a mi habitación —ceñudo me observaba como si estuviese delirando—. Vamos.
Ansiaba ver que descubriera a la intrusa y le diera un castigo bien merecido, más de mi golpe que la dejó inconsciente. Mientras subíamos las escaleras de mármol, él me preguntaba que era exactamente, pero yo le dije que lo viese con sus propios ojos.
—Baba, allí le encerré —le indiqué con el dedo sutilmente cuando se acercaba al armario. Apreté mi Hiyab ansiosa mientras colocaba su mano en la puertecilla. De pronto, abrió fuertemente preparado para cualquier cosa y mi sorpresa fue mayor, el armario estaba totalmente vacío.
—Mi vida, has estado practicando demasiado —me abrazó de costado—. Baja en 10 minutos, Halima tendrá la cena lista —antes de irse me miró con cariño—. Ibna (hija), es mejor que te cubras un poco más, nuestra invitada llegó y ya te dije, no sé sus costumbres, prefiero protegerte.
Yo tan solo asentí mientras me colocaba más ropa, sea lo que sea que vi, tal vez fueron solo ilusiones provocadas por el cansancio.
.....
Todos se reunieron ansiosos en la mesa mientras el Sr.Musalem fue en busca de la chica extranjera. La decoración era muy hermosa y habían preparado cosas especiales por su llegada. Halima esta vez fue quien preparó todo sin ayuda de las sirvientas para impresionar a esa jovencita.
Que viniera de otra cultura y formara parte de esta familia los llenaba de intriga. De pronto todos se pararon en la mesa porque se escuchaban voces en otro idioma.
Lauren no podía sentirse más insegura, fue todo tan repentino que aún no podía mitigar el dolor de dejar a Christopher solo en Villa alegre. Rashid comenzó a hablar ahora en árabe para su familia.
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『 Harām 』─ {Camren}
Fiksi Penggemar"Uno no elige a su familia, su país o costumbre. Antes de llegar a este mundo ya tenemos asignado un lugar." Por más que las personas le dijeran eso, ella seguía odiando su origen. ¿Acaso debía agradecerle a Dios por tener a sus padres narcotrafican...