Sábado 11 de diciembre 2010
Azhaar agachó la cabeza mientras los padres de la chica asentían en forma de saludo. De pronto se acercó su novia tan tímida como siempre, era blanca y rubia, exótica para los característicos rasgos de medio oriente. Tenía un hiyab blanco envolviéndole todo el rostro, a excepción de sus ojos.
Azhaar Nasiff era un hombre que de cierta forma estaba trasgrediendo las costumbres de su religión, él podía tener una segunda mujer siempre y cuando ya hubiese contraído matrimonio con una, no podía tener dos sin que ninguna de ellas fuera su esposa.
Los de la familia Almonacid tenían conocimiento de la que sería su primera esposa, Camila Musalem, pero sentían que de cierta forma su hija, Sahira, estaba siendo menospreciada o que Azhaar no la amaba.
—Pasemos a la sala de estar —le dijo el padre de Sahira, su madre no podía acompañarlos porque era un asunto de hombres en el cual ella y su hija no se verían involucradas. Se sentaron en unos cómodos sofás mientras un hombre de tez morena les acercaba una bandeja con dos vasos llenos de jugo natural—. Yo sé que tienes el privilegio de ser uno de los mas cercanos al alcalde Musalem, y que en 4 meses contraerás matrimonio con su hija mayor —estaba sentado derecho, con una postura que demostraba la seguridad en sí mismo—, pero te recuerdo que primero le propusiste matrimonio a mi hija. Debes decirle a Rashid sobre esto, porque si Sahira no es tu primera esposa, no voy a ceder para entregártela, ni aunque tu dote sea de mucho dinero y joyas —Azhaar rascó su formada barba para pensar, el padre de la rubia tenía razón—. Además conoces las reglas del Islam, según el Corán hay que dotar a la esposa con algo material, como seguridad, para que si en algún momento ella se tiene que separar de su esposo, cuente con algo para vivir.
—Pero recuerda que el mismo Corán dicta que un hombre debe amar a sus mujeres por igual y sin preferencias de la primera, la segunda o la tercera. Y aquí estaría teniendo preferencias por Sahira.
—No puedes casarte con las dos al mismo tiempo. O eliges a mi preciada hija primero o te quedas sin el contrato matrimonial.
Los Almonacid eran mucho más estrictos con el tema de la religión. Si bien Rashid seguía las reglas del Islam como mejor creía, era permisivo en algunas cosas. Ahora se venía lo más duro, ¿Camila lo tomaría bien? En realidad no tenía derecho ni poder para cuestionar las decisiones de un hombre. Además de que por la gran dote que ofreció por ella, se podría decir que tenía más derecho a no ser cuestionado. No muchos practicaban la poligamia, pero si tienes dinero y sustento para tu gran familia, puedes hacerlo.
Se paró con educación y avanzó hasta donde se encontraba la rubia para dejarle un beso en los nudillos, tan delicados y blancos como su pureza corporal.
De pronto recordó que tenía que viajar a Fez para representar a su padre en la compra de un hermoso edificio, quien quería venir a vivir a Marruecos para disfrutar en un futuro cercano de todos los nietos que su hijo le diera.
—Beslama Ayuni (Adiós, mis ojos).
Pretendía no demorar mucho, no más de dos días pues vendrían los abuelos de su otra prometida y debía estar presente para conocerlos.
.....
Lauren entró con la moto rugiendo, cada rincón del hogar se llenaba de ese sonido cada vez que llegaba de algún lugar. Había visitado por primera vez la mezquita donde iban los musulmanes de Rabat a rezar los viernes. Había entrado descalza, admirando el tamaño de aquella fortaleza. No compartía ni era de la religión musulmana, pero trataba de mostrar respeto.
Fue junto a Rashid y Samir, y ahora había regresado con el niño sentado en el vehículo de 2 ruedas. El chiquilín era muy divertido y parlanchín, entusiasmado con cada cosa que Lauren le decía en inglés, tal vez ninguno de los dos podía entender el idioma del otro pero a través de gestos o dibujos se comunicaban. Era un milagro que el señor Musalem dejara que su hijo menor se subiera a aquello tan peligroso, pero lo dejó siempre y cuando llevase un casco.
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『 Harām 』─ {Camren}
Fanfic"Uno no elige a su familia, su país o costumbre. Antes de llegar a este mundo ya tenemos asignado un lugar." Por más que las personas le dijeran eso, ella seguía odiando su origen. ¿Acaso debía agradecerle a Dios por tener a sus padres narcotrafican...